“¿Qué te pasa a vos?” “¡Tomá esto, para que nunca más te hagás el loco!”. Estas fueron las únicas palabras que se escucharon en Blas Parera al 500. Inmediatamente resonaron los tres disparos que acabaron con la vida de Mario Angel “Cheíto” Graneros, de 20 años. El crimen, que conmocionó a Villa 9 de Julio, ocurrió ayer a la madrugada, y los investigadores no descartan un ajuste de cuentas. Temen que se trate de un enfrentamiento entre bandas, y que la muerte de Graneros haya sido el epílogo de una escalada de violencia que puede llegar a estar vinculada con la venta de droga, dijeron fuentes de la investigación.
Según se determinó luego, “Cheíto”; su novia, Verónica Fernández, de 15 años, y su hija de 2, habían estado en la casa del concuñado del joven, Alberto Barrión. Cerca de la 1, decidieron volver a su domicilio, ubicado a unos 150 metros. Cuando se encontraban en la vereda, dos jóvenes que se movilizaban en una motocicleta los interceptaron.
Sin dudar
Según el testimonio de Fernández, el que iba detrás del conductor se bajó del rodado y, después de increpar a Graneros, sacó el arma que llevaba a la altura de la cintura y le disparó tres veces. La adolescente y la beba resultaron ilesos. El asesino, según la testigo, llevaba puesto casco, por lo que no pudo identificarlo. No ocurrió lo mismo con el conductor de la motocicleta, a quien habría reconocido, aunque hasta ahora no pudo aportar datos precisos para que se realizara un retrato hablado.
“Escuchamos los gritos y salimos. Lo vimos tirado en la puerta, pero lamentablemente lo único que sabemos es que eran dos tipos”, expresó Barrión.
Graneros recibió dos disparos en el abdomen y otro en la pierna derecha; fue trasladado al Centro de Salud, donde falleció a los pocos minutos. “Era un buen chico, nunca se metió con nadie. Trabajaba para mantener a su familia”, le dijo a LA GACETA una hermana, que se excusó de hacer algún cometario acerca de los motivos del mortal ataque y ni siquiera quiso identificarse.
Un misterio
Cuando comenzaron a hacer investigaciones, los policías llegaron a la conclusión de que posiblemente estén frente a un ajuste de cuentas. “El problema es que nos enfrentamos a un manto de misterio. Hasta el momento, los parientes y los vecinos de la zona se negaron a ser interrogados”, aseguró el subcomisario Miguel Gómez, jefe de la División Homicidios, que está al frente de la investigación. La víctima, según fuentes cercanas a la investigación, había sido detenida en otras oportunidades por robo. En su contra pesan al menos cuatro procesos penales y otros cuatro contravencionales, informaron voceros de la Policía. Según los informantes, “Cheíto” está enfrentado con miembros de una familia de Villa 9 de Julio que también tendrían antecedentes delictivos.
Inclusive, los pesquisas tratan de establecer la veracidad de una versión, según la cual, durante una pelea, Graneros hirió a un joven de esa familia, vinculada a la venta de drogas en la zona. Se dice que ese muchacho recibió al menos ocho balazos y que también habrían quemado un automóvil. La Policía aseguró que no se radicó denuncia alguna al respecto.
La titular de la Fiscalía IX de Instrucción, María de las Mercedes Carrizo, pidió informes a distintas fuerzas de seguridad para determinar si la víctima y/o los agresores efectivamente están relacionados con negocios ilegales.
Anoche, teniendo en su poder el nombre del principal acusado, analizaba la posibilidad de pedir varios allanamientos para detener al sospechoso y tratar de secuestrar el arma con la que se perpetró el ataque.