Juguetes para chicos con cáncer

Juguetes para chicos con cáncer

La Fundación Flexer agasajará a pacientes del Hospital de Niños. Habrá espectáculos, comida, golosinas y regalos.

OLVIDAR EL DOLOR. Celina espera la quimioterapia junto a su madre. LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI OLVIDAR EL DOLOR. Celina espera la quimioterapia junto a su madre. LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI
12 Agosto 2007
La Fundación Flexer dedicada a ayudar a los niños con cáncer y a sus familias, celebrará el Día del Niño, el jueves en el Club Unidad Sionista de Tucumán. Aproximadamente  100 pequeños acompañados por sus familiares compartirán una jornada especial, donde habrá espectáculos, comida, golosinas y juguetes, donados por empresas y comercios locales. Son los pequeños pacientes oncológicos que están bajo tratamiento en el Hospital de Niños.
Hace más de diez años, los pequeños que padecían leucemia o algún tipo de tumor sólido eran derivados  por lo general al Hospital Garrahan donde la Fundación tiene su sede central. Dada la necesidad de contener y ayudar a las familias con hijos enfermos de cáncer de las provincias, la Fundación se constituyó en el Hospital de Niños convirtiendo a este en el  centro de referencia para tratamientos oncológicos del Norte argentino.
 Liliana Ramponi, representante de Flexer para el NOA, dijo que por año se registran en el Hospital de Niños entre 40 a 50 nuevos pacientes con algún tipo de cáncer. Desde que la fundación sentó su base en Tucumán, las derivaciones se han reducido casi al 90%. La otra ventaja es que a través de la fundación, especialistas y técnicos del Garrahan viajan a Tucumán una vez a la semana a supervisar los tratamientos y a atender interconsultas con los médicos tucumanos.   “Me enteré de la existencia de la Fundación cuando los médicos descubrieron que mi hijita Sofía, de un año y siete meses, tenía un tumor en el cerebro. Fue derivada al Garrahan donde vivimos  tres meses. Ahora que Flexer está en Tucumán el tratamiento lo hago aquí; la Fundación siempre está con nosotros”, dijo María Constanza (32), madre de Sofía.  En el servicio, ubicado en el 3º piso del hospital trabajan jóvenes voluntarias que como Ana, estudiante de Psicología, dedican un día a la semana a los pacientes que acuden a hacer los controles.  “Lo que más me conmueve es ver cómo luchan los papás por sus hijos; aquí juegan, leen y comparten horas con sus hijos mientras esperan el control”, dijo. La jefa del servicio, Patricia Luna, indicó que entre los 15 casos de leucemia que se diagnostican, el 80%  son recuperables. “Cuando se nos muere un paciente, trato de superarlo, viendo de qué manera, los que quedan, van a estar mejor”, dijo Liliana.