La plaza San Martín fue un gran jardín de infantes

La plaza San Martín fue un gran jardín de infantes

Alrededor de 300 chicos reprodujeron en el paseo las salitas que tienen en sus escuelas. Investigaron, jugaron y bailaron danzas folclóricas.

 También hubo espacios para “explorar” el mundo. También hubo espacios para “explorar” el mundo.
27 Mayo 2006
La plaza San Martín se pobló de delantales multicolores y se llenó de risas infantiles. Unos 300 niños de 4 y 5 años, de distintas escuelas, celebraron ayer el Día Nacional de los Jardines de Infantes, en una jornada plena de sol y de alegría.
Acompañados por sus señoritas y sus papás, los pequeños mostraron habilidades y logros recreando los espacios que tienen en sus salitas de jardín: por ejemplo, instalaron rincones de ciencia, donde los más pequeños se dedicaron a investigar cómo viven los caracoles o por qué el huevo se transforma en una pelotita de goma con el vinagre. Mientras Said Nassar, de la escuela Especial del Hospital de Niños, observaba con curiosidad la casita de los caracoles, Cintya, de la escuela Luis Braille, pasaba su cuerpito por un gusano de colores, en el rincón de juegos. Los niños ciegos sortearon obstáculos e hicieron acrobacias con los aros. Las niñas de la escuela Griet, sostenían cañitas de pescar con imanes sobre una gran cartulina azul que imitaba un lago lleno de pescaditos de colores. Otros hacían caritas de asco al observar en una pantalla de computadora al bicho que les pica las cabecitas. “Este es un piojo asqueroso”, dijo un pequeño del colegio El Salvador, mientras repartía originales recetas para combatirlos.

Gauchos y chinitas
La música atrajo la atención de los vecinos y muchos se sumaron a los festejos. Los niños de la Escuela Alfredo Cossón se lucieron con danzas folclóricas, ataviados con trajes de gauchos y de chinitas. “Es importante, como padres, apoyar a los niños y a los docentes de nuestros hijos; en el jardín de infantes adquieren lo elemental para su desarrollo futuro, en la escuela y en la vida”, opinó Graciela Ortiz, una de las mamás que asistieron al acto. “Esta etapa es la base del desarrollo; es fundamental la socialización y que aprendan normas”, dijo la titular de la Asociación de Maestras Jardineras de Tucumán (AMJIT), Elba Agüero.
“Está en nuestras manos el desarrollo de la primera infancia. Si no amamos, no podríamos enseñar. Debemos construir y fortalecer vínculos de calidad con los niños, con los padres y con las instituciones; depende de nuestra vocación”, dijo, dirigiéndose a los docentes, la directora de Nivel Inicial, Patricia de Tauber, durante el acto.
Por su parte, la secretaria de Educación, Susana Montaldo, destacó la tarea de las maestras jardineras, que exige una entrega importante de afecto para cada uno de los niños. Señaló que la infancia es la etapa más hermosa de la vida, pero también es la que necesita mayor protección, lo que implica también dejar espacios de libertad para el juego y para la exploración del mundo. “Recuerden -dijo- que un niño feliz será un hombre o una mujer que podrá desarrollarse plenamente en la vida”.