Nadie le da importancia

El problema del crecimiento de la obesidad es que nadie, ni los sectores privados ni los estatales, se ocupó en forma temprana del tema ni la consideraron como una enfermedad crónica e incurable, con cargas hereditaria y ambiental. Comenzaron a darle importancia un poco tarde, cuando observaron que el exceso de peso provoca un gran impacto en los gastos de la salud pública, por sus complicaciones severas (enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial,diabetes y accidentes cerebrovasculares, que dejan secuelas discapacitantes, etcétera). En nuestro país, casi ninguna de las obras sociales estatales y privadas tienen registrada a la obesidad como una patología. Para que afronten los costos de los tratamientos y de las distintas cirugías que existen hoy para salvar la vida de un obeso mórbido, el paciente debe hacer un sinfín de trámites, mientras su vida corre peligro. Tratar al obeso significa ahorrar mucho dinero en el futuro: se evitan los gastos por las graves complicaciones y las jubilaciones laborales por discapacidad. Estos gastos son innecesarios. La obesidad es crónica pero prevenible.