Lamentan que Tucumán sólo mire al Atlántico

En 1984, Tucumán participó de los primeros contactos con funcionarios de la III Región de Atacama con el objetivo de formar una macrorregión argentino-chilena. Pero no perseveró y quedó afuera del Atacalar (Atacama, Catamarca y La Rioja), al que hoy está asociado Córdoba y busca hacer lo mismo Santiago del Estero. La finalidad es que el Atacalar sea la plataforma de integración comercial, cultural y social entre parte del NOA argentino y la III Región. "Tenemos que redescubrirnos. Ustedes vivieron mirando a Buenos Aires y a Mar del Plata, y nosotros, hacia el mar (por el Pacífico) por ser un territorio harto estrecho", asegura el intendente (el equivalente a un gobernador argentino) de la III Región, Rodrigo Rojas Veas. Este no puede creer que la producción tucumana salga por el Atlántico. "Tienen que mirar al Pacífico como una salida hacia Asia. Con sus productos agrícolas pueden llegar al mercado chileno o partir desde este hacia otros rumbos", dice. El secretario de Coordinación Regional e Integración de Catamarca, Luis Rebellato, coincide. "Tucumán, Córdoba y Santiago del Estero deben sumarse", asevera.

La producción argentina podría tener espacio en dos puertos
La III Región de Atacama dispone de tres puertos (Barquito, en Chañaral; Caldera y Huasco). Los dos primeros (ver infografía) están más cerca del Paso de San Francisco, porque el tercero está a 478 kilómetros, hacia el sur.
El de Barquito, con una capacidad de 100.000 metros cúbicos para embarcar, es manejado por la empresa estatal Codelco. Trabaja principalmente con el cobre que es extraído de la zona minera de El Salvador, ubicada a unos 100 kilómetros del paso. En el futuro, las autoridades del puerto pretenden destinar el 50% de la capacidad para embarcar productos argentinos. "Queremos recibir y dar mucho" es la consigna.
En Caldera existen dos puertos. Uno de ellos es exclusivamente metalero y de gestión privada, porque la propietaria es la empresa minera Candelaria. Trabaja todo el año y, en promedio, de él parten entre cuatro y cinco barcos por mes.
El otro puerto sólo trabaja tres meses al año, entre diciembre y febrero, para exportar la fruta (uva principalmente) que produce Atacama. "El resto del año está ocioso. Si existe un eventual desarrollo, seguramente encontraremos un privado que lo pueda acondicionar", afirma Raúl Cornejo Foundes, director de Vialidad de la III Región.

>Apuntes de viaje
EXPERIENCIA.- Un cronista y un fotógrafo de LA GACETA, junto a una treintena de periodistas del NOA y de Buenos Aires, participaron de un viaje organizado por el gobierno de Catamarca y por el Consejo Federal de Inversiones (CFI), para promocionar el Paso de San Francisco.
EXTENUANTE.- Aunque el viaje empezó en la capital catamarqueña, la ascensión al paso propiamente dicho comenzó una mañana, a las 9, cuando la comitiva partió desde Fiambalá (ver infografía) en un ómnibus especialmente rentado. Las únicas detenciones se realizaron por los trámites en el puesto de Gendarmería Nacional (migraciones) y en la aduana chilena. El colectivo demoró 12 horas para llegar hasta el puerto de Barquito.
FRIO Y VIENTO.- A 4.700 metros de altura, el puesto de control argentino, situado a unos 100 kilómetros del Paso de San Francisco, es una vieja casa de tres dormitorios. En ella viven cinco gendarmes, que son relevados mensualmente, y un funcionario de la Aduana (este es cambiado todas las semanas). El puesto fue instalado en 1978 por el Ejército. En la zona había instaladas minas por los conflictos con Chile, pero ya todas fueron retiradas. Durante esta época, de día hace entre 5º y 6º grados bajo cero, y de noche, entre 16º y 20º grados bajo cero. La casa cuenta con un equipo para suministrar oxígeno a las personas a quienes la presión de la altura y el viento les dificulta la respiración.
GRAN DIFERENCIA.- El complejo Fronterizo chileno de Maricunga es un palacio a la par del argentino. "La fiebre aftosa está en el límite. Nuestro Chile hay que cuidar", reza un cartel.