Tras la tanda de penales, Franco Armani se abrazó con Marcelo Gallardo para celebrar el pase a los cuartos de final.
River volvió a sonreír en los penales gracias a la figura de Franco Armani. En el partido de octavos de final de la Copa Libertadores frente a Libertad, el “Millonario” empató 1-1 en los 90 minutos, pero logró avanzar a cuartos tras imponerse en la tanda decisiva. El arquero se vistió de héroe al contener el último disparo paraguayo, lo que selló el pasaje a la siguiente ronda, donde lo espera Palmeiras.
El desahogo fue inmediato. Armani rompió en llanto, abrazado a Enzo Pérez y Marcelo Gallardo, en una imagen que reflejó mucho más que un triunfo deportivo: fue la liberación de años de frustraciones. River arrastraba una dura estadística en definiciones por penales: de 10 series, apenas había ganado dos, contando esta. La anterior había sido en 2019, ante Cruzeiro, también por la Libertadores. En el medio, había sufrido ocho derrotas consecutivas, incluidas dos recientes este año: contra Talleres en la Supercopa Internacional y ante Platense en el Torneo Apertura.
Las cifras de Armani en penales marcan la dificultad de estas instancias: enfrentó 92 remates en su carrera (85 con River y 7 con la Selección Argentina), de los cuales atajó 15, cinco se fueron desviados y 72 terminaron en gol.
Consciente del peso de la historia, el arquero reflexionó: “No se nos venía dando, esa es la realidad… Hoy, gracias a Dios, tuvimos recompensa al trabajo, al sacrificio y a no darse por vencidos”, dijo. Para el “Pulpo”, esta serie “no fue una más”. Su emoción confirmó que, aunque las estadísticas lo persigan, su sed de revancha sigue intacta.






