ARCHIVO COMUNICACIÓN PÚBLICA
A partir de la lista de los candidatos del oficialismo provincial, tres de ella testimoniales y una posible cuarta también, es lógico preguntar: ¿quién asumirá en el caso hipotético de que el Gobierno provincial obtenga tres de las cuatro bancas de diputados nacionales en juego? Para responderla es posible que los tucumanos deban concurrir a alecciones complementarias para definirlo. Se sabe que si el gobernador, Osvaldo Jaldo, resulta electo será reemplazado por el legislador Javier Noguera, el tercero en la lista, ya que el mandatario encabeza testimonialmente la boleta “Tucumán Primero”. Allí habría corrimiento de postulantes. Hasta ahí todo claro, entendiendo que se produzca un reparto por igual de dos bancas entre el oficialismo y la oposición. Sin embargo, si el peronismo logra conseguir tres diputaciones sobrevendrían los nuevos comicios a partir de las otras postulaciones testimoniales en la nómina, según se deprende de la lectura de las leyes electorales en vigencia y de la Constitución nacional, como ya veremos.
Sin embargo, antes de ir a los tecnicismos legales, vayan algunas consideraciones de índole política. Primero, con la unidad del peronismo que trasunta la lista, el tranqueño pretende evitar la dispersión del voto de los compañeros y, segundo, aspira a que todos trabajen para la mayor obtención de adhesiones posibles para conseguir, de mínima, dos bancas, o tres o cuatro de máxima. Para que esto último suceda, el PJ debería realizar una notable elección y, a la vez, debería producirse una gran fragmentación del voto opositor para que el Gobierno resulte beneficiado por la aplicación del sistema D’Hont; tal como sucedió en 2005, cuando el oficialismo obtuvo las cuatro bancas en disputa con Beatriz Rojkés a la cabeza.
Ahora bien, ¿Jaldo sólo quiere lograr dos bancas nomás o realmente va por más? Por la arenga eufórica de su discurso de presentación de los candidatos, deslizó que desea más que un empate con la oposición, hecho político que por cierto necesita para enfrentar -y negociar- con mayor fuerza institucional a Javier Milei. Tiene que lograr una victoria contundente para no debilitarse políticamente frente al Presidente. Además, como ya lo dijimos, un fracaso electoral pondría en peligro hasta su reelección en 2027. Yendo a los números, y para que se entienda con un ejemplo, si la lista “Tucumán Primero” consigue 500.000 sufragios (obtuvo 440.000 para diputados y 514.000 en el balotaje en 2023), para hacerse de tres bancas, la boleta que resulte segunda debería conseguir menos de 166.000 adhesiones; y para lograr las cuatro bancas en juego, el opositor que vaya en segundo lugar no debería alcanzar los 125.000 sufragios. En aquella ocasión se presentaron cinco listas (Unión por la Patria, Fuerza Republicana, Juntos por el Cambio, Movimiento Libres del Sur y el Frente de Izquierda de los Trabajadores), FR sacó 285.000 votos y JxC 170.000. Para la votación del 26 de octubre se presentaron nueve listas (Tucumán Primero, FR, CREO, La Libertad Avanza, Frente del Pueblo Unido, Frente Unidos por Tucumán, Frente de Izquierda Unidad, Política para la Clase Obrera y Partido del Trabajo y el Pueblo). En la teoría optimista del peronismo, unidad frente a la fragmentación.
Políticamente, Jaldo apostó a la unidad del peronismo incorporando tres candidaturas testimoniales (la suya, la de Juan Manzur y Miguel Acevedo) para que el justicialismo obtenga la mayor cantidad de sufragios (Gladys Medina podría ser una cuarta testimonial, ya que su mandato vence en 2027). Entonces, ¿por qué podría habría elecciones complementarias si el oficialismo se queda con tres o cuatro diputados? Vamos al caso de la obtención de las tres bancas para que se comprenda: a Jaldo, si renuncia, lo sucede Noguera, y el puesto vacante de Noguera debería ser cubierto por el primer postulante suplente, en este caso el senador Juan Manzur, o en su defecto por el tercer suplente, el vicegobernador Miguel Acevedo, que son los aspirantes masculinos y los sucesores directos atendiendo a la ley de paridad de género, 27.412. Si estos dos últimos renunciaran a la banca, al igual que Jaldo, según esta última normativa -al no haber más suplentes posibles-, deberá aplicarse el artículo 164, que fija que, ante dimisiones de candidatos, estos deben ser reemplazados por postulantes del mismo sexo. Además, establece que al agotarse la nómina de los suplentes se considerará a la banca como vacante. Para subsanar esta situación hay que recurrir al artículo 51 de la Constitución nacional: “en caso de vacante, el Gobierno provincial procederá a la elección de un nuevo miembro”.
Ocurriría también en el caso de que Manzur asumiera la diputación y que renunciara a la banca que ocupa actualmente de senador, ya que no hay suplentes posibles para reemplazarlo en la Cámara Alta. En ese caso se aplicaría el artículo 157 de la ley de cupo y el artículo 62 de la Carta Magna nacional, similar al 51 en sus determinaciones. Ergo, si Jaldo obtiene más de dos bancas en los comicios y no se pueden reemplazar a partir de los corrimientos y de las renuncias, habrá que ir, indefectiblemente, otra vez a las urnas. Vale una pregunta al respecto: ¿lo habrán evaluado y calculado en el Gobierno? Además, habría que analizar cuándo debería convocarse a esa elección. La Constitución no lo dice taxativamente, sólo apunta que el Gobierno deberá “proceder inmediatamente” a la elección del nuevo diputado.






