Maximiliano Villa, cada vez más firme en Atlético Tucumán: “A veces ya no hay tiempo para adaptarse, hay que trabajar y jugar”

El lateral derecho, de 28 años, fue titular en los últimos dos partidos del "Decano".

Maximiliano Villa. Maximiliano Villa.
06 Agosto 2025

Hay futbolistas que aterrizan en un nuevo club y necesitan tiempo. Tiempo para conocer, para entender, para sentir. Y hay otros que, aun sabiendo que el fútbol no espera, intentan adaptarse en movimiento. Maximiliano Villa, lateral derecho uruguayo de 28 años, es de los segundos. No pidió margen, no especuló: entró a la cancha, jugó contra Boca y luego frente a Riestra, y de a poco va ganándose un lugar en el equipo titular de Atlético.

“Estamos bien, con muchas ganas de jugar contra Rosario. Venimos de una derrota que para nosotros fue dura, porque sentimos que no merecimos perder. Pero bueno, eso ya quedó atrás. Ya estamos preparando la semana”, dice Villa con un tono sereno. Contra Riestra, el “Decano” perdió más que tres puntos: fue un golpe inesperado que los obliga a reaccionar rápido en una seguidilla exigente.

Villa no llegó como una figura rutilante, ni con bombos ni con platillos. Pero en silencio empezó a hacerse notar. Con paso firme y piernas veloces. Su inclusión en el “11” titular en partidos clave –frente a Boca en el Monumental y luego en la visita a Riestra- lo puso en el radar. Su rendimiento, claro, también.

“Me tocó debutar con Boca y por suerte me voy adaptando bien. Siempre es mejor ganar, porque todo se hace más fácil, pero los compañeros me ayudan mucho en el día a día, el club también. Y ahora, de acá para adelante, como te dije, se viene un partido importante y a veces ya no hay tiempo para adaptarse: hay que trabajar y jugar”, resume.

En ese trabajar y jugar, el uruguayo parece haber encontrado un hábitat. No le pesan las exigencias del puesto, ni la competencia directa con un jugador de recorrido como Damián Martínez. Se siente cómodo con el esquema que plantea Lucas Pusineri, que lo libera por la banda, le da vuelo y recorrido. “Me siento cómodo. Como carrilero tengo más libertad para subir, para llegar. Hay que hacer más esfuerzo físico, pero estamos preparados para eso”, explica.

El fútbol, muchas veces, es una suma de pequeños gestos, rutinas y vínculos. Para Villa, esos detalles hacen la diferencia. Que la familia esté cerca, que su hija Esperanza -que acaba de cumplir un año— ya haya empezado el jardín maternal, que los días tengan un ritmo entre entrenamientos, descanso y hogar, son señales de una adaptación que va más allá del club. “Mi señora, mi hija, pueden llegar rápido. Ya estamos adaptados. El día a día es entrenar, ir a casa, descansar”, cuenta, con naturalidad.

Pero si hay algo que no falta en su valija de uruguayo es el mate. Y en ese terreno, encontró un aliado esencial: Franco Nicola. El defensor, que también pasó por Montevideo Torque, lo ayudó en sus primeros días a conocer al grupo, a acomodarse en la ciudad y hasta a encontrar la yerba ideal. “Franco me ayudó mucho. Ya habíamos sido compañeros. Me recomienda lugares para comprar, me avisa que algunas yerbas no se consiguen acá. El mate va a todos lados, siempre”, dice entre risas.

Ese grupo en el que Villa empieza a integrarse con naturalidad es el mismo que ahora se prepara para una serie de partidos intensos. Rosario Central aparece en el horizonte inmediato, y luego vendrán más pruebas. “Nosotros vamos a hacer lo nuestro, más jugando en casa. Sea quien sea el rival, vamos a tratar de ganar todos los partidos. En el Monumental todo se hace más fácil, eso nos ayuda mucho”, explica.

En ese “hacer lo nuestro”, Villa ya no parece un recién llegado. Participa, se proyecta, defiende. “Jugando de carrilero, a veces me toca atacar, a veces defender. Va dependiendo del partido. Pero estamos preparados para cualquier escenario”, advierte.

Aunque habla con perfil bajo, se nota que está atento a todo. Que entiende el momento y que no quiere desaprovecharlo. En un club que necesita solidez en cada línea, su crecimiento puede ser clave. “Por posición, hay varios jugadores que lo pueden hacer bien. Eso nos deja tranquilos, porque el que entre lo va a hacer bien”, dice.

Villa llegó sin estridencias, pero con convicción. Desde que se puso la camiseta de Atlético, su presente no dejó de crecer. Mientras toma mate, mientras lleva a Esperanza al jardín, mientras se afianza por derecha, demuestra que -a veces- adaptarse no es cuestión de tiempo, sino de actitud. (Producción periodística: Carlos Oardi)

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