
Carabajal, de 33 años, anotó un gol en el triunfo frente a Atlanta.

Gabriel Carabajal necesitó apenas unas horas para escribir su primer capítulo en la historia de Quilmes. Ayer, fue presentado por la mañana como nuevo refuerzo del “Cervecero” y esa misma noche, frente a Atlanta, ya estaba festejando un golazo con la camiseta del club. Su debut no solo fue sorpresivo por la rapidez de su inclusión, sino también inolvidable por la calidad de su actuación y el valor del triunfo.
Carabajal, de 33 años y con una carrera repleta de camisetas, vivió una jornada atípica y memorable. Quilmes lo presentó oficialmente en la mañana del martes y, horas después, ya estaba en cancha listo para sumar sus primeros minutos en un partido clave por la Primera Nacional. La decisión del cuerpo técnico y la dirigencia de apurarlo para el duelo terminó siendo un acierto total.
Con el partido todavía sin goles y cargado de tensión, apareció su zurda. Recibió el balón libre por la banda izquierda, levantó la cabeza y, sin dudarlo, sacó un remate potente y preciso que se clavó en el ángulo del palo derecho. Fue un golazo que abrió el marcador y desató la locura en las tribunas.
El encuentro fue de pierna fuerte y con roces constantes, pero Carabajal no se escondió. Se mostró activo, participativo y estuvo cerca de convertir otro tanto a los 12 minutos del segundo tiempo. A pesar del empate parcial de Atlanta, Quilmes terminó imponiéndose por 2-1 con un tanto de Ignacio Capano. Los tres puntos lo acomodaron en la parte alta de la tabla, un objetivo prioritario en esta recta final del torneo.
Carabajal llegó con la mochila de una carrera larga y diversa: jugó en Colombia (Patriotas Boyacá), Perú (USMP), Brasil (Santos) y México (Puebla), además de vestir camisetas en casi todo el mapa argentino: Talleres, Godoy Cruz, San Martín de San Juan, Patronato, Unión, Argentinos Juniors, Newell’s y Sarmiento, entre otros.
Tras el partido, no pudo contener la emoción: “Estoy muy contento, tenía muchas ganas de volver a jugar”, confesó con la voz entrecortada. “Sabiendo la adversidad que estaba pasando el club, poder aportar un poquito me pone muy feliz”, agregó. Con lágrimas en los ojos, también dedicó su actuación a los suyos: “Pienso en la familia, los hijos, que siempre están ahí apoyando los días difíciles. Esta alegría es parte de cada familia”.
En una sola jornada, Carabajal selló su llegada, debutó, convirtió y emocionó. Un comienzo perfecto. La historia recién empieza, pero ya tiene un golazo para recordar.







