El brutal cambio físico de Mario Casas para Netflix: sin gimnasio, sin comida y en silla de ruedas

El actor español se sometió a una exigente preparación física y mental para su papel en El practicante, una de sus actuaciones más desafiantes.

El brutal cambio físico de Mario Casas para Netflix: sin gimnasio, sin comida y en silla de ruedas El brutal cambio físico de Mario Casas para Netflix: sin gimnasio, sin comida y en silla de ruedas
21 Julio 2025

Mario Casas, uno de los rostros más conocidos del cine español, volvió a ser noticia por una de las transformaciones físicas más impactantes de su carrera. A sus 39 años, el actor no solo demuestra compromiso con cada proyecto que encara, sino que se entrega por completo, tanto física como emocionalmente, para meterse en la piel de sus personajes. Así lo hizo en El practicante, la película de Netflix que lo llevó al límite.

Conocido por su presencia física y su disciplina en el gimnasio, Casas decidió romper con todo lo habitual para encarnar a un personaje profundamente perturbado: un socorrista vengativo que, tras un accidente, queda confinado a una silla de ruedas. “No bajarme de la silla durante dos meses fue clave para entender lo que vive mi personaje”, contó en una entrevista con Men’s Health, donde relató detalles del intenso proceso de transformación.

Una transformación que fue más allá del físico

Mario no se conformó con modificar su cuerpo: también trabajó el perfil psicológico del personaje con ayuda de un psiquiatra. “Quería saber cómo piensa alguien con ese nivel de frustración y dependencia”, explicó. La inmersión fue tan profunda que incluso visitó hospitales especializados. Antes del rodaje, pasó dos semanas en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y en el Instituto Guttmann de Barcelona, donde conoció a Mario Roque, un joven con una lesión similar a la de su personaje. “Me enseñó a hacer transferencias de la silla a la cama, al baño… estuvo presente durante el rodaje”, reveló el actor.

10 kilos menos y sin gimnasio

Pero sin duda lo más duro fue la transformación física. Casas, que suele entrenar con pesas y mantener una rutina de ejercicio constante, abandonó todo eso para perder peso y lucir el físico debilitado de su personaje. “Tuve que dejar el gimnasio. Me dediqué a hacer solo cardio, correr mucho... y perdí casi 10 kilos”, detalló.

La dieta también fue extrema. “Comía sano: algo de fruta por la mañana, pescado para el almuerzo, sobre todo salmón, porque la grasa que aporta me daba fuerzas”, explicó. Sin embargo, reconoció que lo más difícil fue el control alimenticio: “Con lo que más se sufre es no comer. Te aniquila”.

En una declaración a Fotogramas, confesó que buscaba una transformación radical, similar a la de Christian Bale en El maquinista: “Quise hacerme un Christian Bale, pero sin llegar a esos extremos tan destructivos”.

Reconocimiento y madurez actoral

Esta entrega total no pasó desapercibida. Aunque Mario Casas ha sido objeto de críticas en el pasado por su estilo interpretativo, sus últimos papeles, como el de No matarás o el de El practicante, han sido elogiados por la crítica y por el público. Hoy, su carrera se encuentra en un punto de madurez y prestigio, donde el compromiso con cada rol habla por sí solo.

Más allá de los músculos o del aspecto físico, Casas demuestra que es un actor dispuesto a arriesgar, aprender y salir de su zona de confort. Y, en un mundo de apariencias, eso también se aplaude.

"Cada personaje te deja algo. Pero este, sin dudas, me cambió a mí también", concluye el actor.

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