Juan Fernández de Ullivarri, de la Sección Caña de Azúcar de la Estación Experimental Obispo Colombres (Eeaoc), abordó el tema “Cosecha: control y evaluación de pérdidas” durante la Primera Jornada Anual de Caña de Azúcar.
La cosecha mecánica de caña de azúcar puede generar pérdidas importantes de materia prima, que se estiman entre un 5% y un 25% del total producido en el campo. Sin embargo, una parte considerable de estas pérdidas puede recuperarse mediante un adecuado control y correcta configuración de las cosechadoras, lo que permite aumentar la producción y obtener más azúcar por hectárea.
Claves para el control
• Regular la máquina: el objetivo principal es minimizar las pérdidas invisibles, que suelen representar el mayor volumen de pérdidas en la cosecha mecánica. Se originan, principalmente, en el funcionamiento del extractor primario y el troceador. Una regulación precisa de los componentes permite alcanzar niveles aceptables de pérdida.
• Ajustes del extractor primario, adaptados al modelo de cosechadora (por ejemplo, Case: 800–900 rpm; John Deere CH570: 700–800 rpm). Regulación del troceador, procurando obtener longitudes de corte iguales o superiores a 20 cm. Otros aspectos clave incluyen la velocidad de avance (óptima entre 4 y 6 km/h) y el estado de las cuchillas, que influyen tanto en la limpieza como en la reducción de pérdidas.
• Medir pérdidas visibles: la medición en campo de las pérdidas visibles brinda una referencia para comparar distintos frentes de cosecha, máquinas o maquinistas, y así determinar cuándo se está cosechando de forma más eficiente. Además, clasificar estas pérdidas por tipo permite realizar ajustes más precisos en la regulación de la máquina.
• Evaluar la carga: más allá del control de la máquina y la medición de pérdidas visibles, es esencial observar y analizar la carga enviada al ingenio. Subir al camión y revisar lo que se está transportando permite detectar la presencia de materia extraña, excesivo despunte o incluso cepas, elementos que pueden afectar negativamente el rendimiento fabril de la caña.
Existe un margen considerable para reducir las pérdidas mediante acciones simples y de bajo costo. Las pérdidas invisibles suelen ser más importantes que las visibles, por lo que la configuración de la cosechadora debe ser una prioridad. Medir y registrar, tanto las pérdidas en el campo como la calidad de la carga enviada al ingenio, es fundamental para mejoras continuas en el proceso de cosecha.







