"Mi papá luchó muchísimo": el desesperado pedido de justicia por el trabajador del 107 asesinado durante un asalto
Tras el asesinato de Pablo Eugenio González, trabajador del Sistema de Emergencias 107, su familia sigue exigiendo justicia. El hombre fue atacado el pasado 11 de mayo cuando regresaba a su casa tras una guardia de 12 horas. El violento asalto ocurrió en la calle Viamonte al 2.500, cerca de las vías del tren y del cruce hacia Lomas de Tafí.
"Mi papá no se resistió, y aun así le dispararon en el abdomen. Estuvo 16 días hospitalizado, luchando con todas sus fuerzas. Tenía muchas ganas de vivir", contó a LA GACETA, entre lágrimas, su hija Micaela González.
Pablo tenía 72 años y era padre de ocho hijos. A pesar de su edad, seguía activo y con una vitalidad que su familia destacaba con orgullo. "Salía de trabajar, iba a comprar, cocinaba, leía… tenía una energía admirable. Para mí, era como un pibe de 25", recuerda Micaela.
Tras el ataque, Pablo logró desbloquear su teléfono y comunicarse con su familia. "Pudo hablar con dos de mis hermanos y les pidió que recemos por él. No quería morir", relató Micaela, visiblemente conmovida.
Un agresor con antecedentes
El presunto autor del disparo ya fue detenido, gracias a la colaboración de vecinos y a una rápida actuación policial. “Era una persona conocida en la zona, con antecedentes. Ya había cometido un asesinato siendo menor de edad y estaba en libertad condicional al momento del ataque”, explicó Micaela.
La familia de Pablo exige que el detenido no sea liberado nuevamente y pide colaboración a cualquier persona que haya presenciado el hecho o tenga información relevante. "Fue a las 7.20 de la tarde, una hora donde hay mucho movimiento. Puede haber testigos que aún no declararon", señalaron.
La familia solicitó que si saben de datos pueden acercarse a la Fiscalía de Homicidios N°1, a cargo de Pedro Gallo, en la causa caratulada como "González Pablo Eugenio".
Una vida dedicada al servicio
La comunidad del 107 también está de luto. Compañeros y compañeras de trabajo han expresado su dolor y cariño por Pablo, a quien llamaban afectuosamente “el viejo”. Incluso, realizaron un homenaje en su memoria dentro de la base del servicio de emergencias. “Nos acompañaron todos los días en el hospital. Siempre estuvieron pendientes”, destacó Micaela.
No era la primera vez que Pablo enfrentaba situaciones difíciles en el cumplimiento de su labor. “Hace unos años fue agredido mientras asistía una emergencia. Pero él decía que era entendible por la desesperación de la gente. Nunca guardó rencor”, contó su hija.
Justicia para cerrar el duelo
“Nos cuesta hacer el duelo porque tenemos que salir a buscar justicia. No hay tiempo para llorar tranquilos”, afirmó Micaela, quien pide que este caso no quede impune. “Ya no somos la primera familia que esta persona destruye. No puede tener otra oportunidad”, concluyó.