RAYECTORIA. Manuel Villarrubia, rodeado de Pondal y de Nasci.
Desde hace 27 años, Manuel Villarrubia despliega el arte del transformismo en la escena tucumana, como pionero de un género que construyó su identidad con brillo, humor e imitaciones. Esta noche, en el teatro municipal Rosita Ávila (Las Piedras 1.550) estrenará su varieté “Me encantan las mujeres”, un espectáculo que comparte con Ezequiel Nasci y Nacho Pondal para reunir distintas estéticas que incluyen actuación y arte circense en escena.
Villarrubia toma como eje el encantamiento que produce el mundo femenino y cómo se transforma en impulso creativo, en espejo de la vida cotidiana y, sobre todo, en homenaje en una puesta en escena dinámica y festiva. “Es un agradecimiento a la comunidad que acompañó mi recorrido artístico”, le adelanta a LA GACETA.
Por el formato elegido, “no hay una historia única, pero sí unifica la propuesta la idea del impulso en torno a la mujer que nos transforma; se articula con la huella artística que cada uno de nosotros tiene, por lo que hay actuación, monólogos, destrezas, coreografías con una estructura súperequilibrada con momentos juntos en escena que son imperdibles”, promete.
La idea surgió porque “de un tiempo a esta parte quería poder hacer algo, ya que mucha gente me preguntaba dónde estaba actuando; es una manera de agradecerles a quienes confiaron en mí y que apostaron durante todo este tiempo en mi servicio y mis animaciones, a quienes me permitieron entrar en la intimidad de su festejo”.
Tres décadas
En sus casi tres décadas en el transformismo, resalta que “ya está instalado de una manera magistral con diversas propuestas de gran nivel, con estéticas y estilos propios porque ya no hace falta justificar o explicarlo desde la provocación, sino desde una complicidad que provoca más impacto”. “Los personajes empolvados y estilizados se meten en una historia que se sostiene hasta el final, tocando fibras humanas comunes; el humor ya no permite el bullying y se quiebran los estereotipos como el de ‘La jaula de las locas’”, añade.
El título de la puesta remite a la fascinación “de contemplar el mundo femenino, que reproduce un espejo de la realidad de la mujer de hoy, en la vida cotidiana”. “Es inherente a la dinámica de roles, pero durante años se opacó su accionar y su desempeño, se quiso eliminar o negar la complementariedad, por lo que hay que volver a construir estos espacios, conceptos, criterios y demás cuestiones que no permiten evolucionar. La resiliencia, la presencia himnótica a la hora de definir y comunicar ideas, el uso e incorporación de la moda, la pasión de sostener el día a día, su lucha y la nuestra. Definitivamente nuestro trabajo es un homenaje a las mujeres”, completa.
La obra llega en un instante especial para la escena local. “En este momento, el humor es el amortiguador social más necesario , sin ser anestesia, porque sirve para tomar fuerzas y continuar. Hace uso de la ironía, una herramienta que es muy potente... En nuestro caso, nos reímos de lo que nos reíamos antes y con lo que hemos crecido. Y como lo conocimos, lo referenciamos más que nunca”, finaliza.







