Consejos para combatir a dalbulus maidis

Consejos para combatir a dalbulus maidis

El achaparramiento está causando estragos en el cultivo del maíz, en toda la Argentina. Productores, investigadores y funcionarios se están reuniendo, para coordinar estrategias y para hallar soluciones. El experto Eduardo Virla, investigador del Conicet, destacó una serie de aspectos clave que los productores deben cumplir para mermar los efectos de la plaga.

Consejos para combatir a dalbulus maidis

La información respecto del daño que viene generando en el maíz en casi todas las zonas productoras de granos el vector Dalbulus maidis -causante del achaparramiento- es muchísima. Todos los medios destacan las pérdidas casi irreparables que se están registrando en una gran cantidad de lotes sembrados con esta gramínea estival.

La situación genera gran preocupación a todos los productores de maíz del país, ya que las pérdidas totales de lotes o la importante disminución en los rindes de lotes cosechados o por cosecharse golpeará muy fuerte los ingresos productivos.

El productor de la región se organizó para ver la forma de darle pelea a este flagelo; y se movilizaron los investigadores, que estudian todo lo relacionado a la biología del vector y de la enfermedad. Funcionarios del Gobierno se reunieron para conocer la real situación y para tratar de hallar herramientas que les sirvan a técnicos y a productores para enfrentar la problemática.

Sobre la enfermedad y sobre su vector, hace poco más de un mes publicamos en esta sección información muy valiosa sobre el trabajo de Eduardo Virla -investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y profesor titular en el Instituto de Entomología de la Fundación Miguel Lillo- acerca de la biología y de cómo proceder para manejar esta plaga.

Antes de entrar en estos detalles es bueno comentar la iniciativa realizada por el comité Salvemos al Maíz, que detallamos en este suplemento. Muestra a las claras la real situación que atraviesa la producción del maíz en la provincia, en la región y en el país.

Virla viene trabajando en este tema desde 1990. Ese año publicó su primer aporte científico sobre los aspectos biológicos de la chicharrita del maíz.

Desde 2013 trabaja en diferentes aspectos de la plaga, para dilucidar puntos cruciales de su biología. En ese sentido, puntualizó que la chicharrita cumple su ciclo biológico solo en plantas de maíz.

Es un muy efectivo vector del achaparramiento o raquitismo del maíz. Una enfermedad compleja que solo afecta a este cultivo, producida por tres patógenos -en forma individual o combinados-: el virus del Rayado fino, el fitoplasma del Bushy Stunt y el espiroplasma del maíz, Spiroplasma kunkelii.

Es considerada una enfermedad, endémica en el NOA y el NEA; en las plantas de maíz genera pérdidas muy importantes. Y en cultivos severamente afectados, la producción es nula.

Virla indicó que la peligrosidad de esta plaga y el efecto de sus daños -directos e indirectos- se agravan por su ciclo de vida corto -menos de 25 días-, por su alto potencial reproductivo y de dispersión, y por la capacidad de los adultos de sobrevivir 75 días sin comer durante el invierno.

Dijo que, en trabajos realizados en la Fundación Lillo junto al Proimi concluyeron que la chicharrita prefiere los germoplasmas de maíz templados por sobre los tropicales. E indicó que las hembras infectivas soportan el período mucho mejor que sanas.

La epidemiología del achaparramiento depende de la dispersión y la dinámica poblacional del vector que generalmente es influida por acciones agronómicas equivocadas que se vinieron haciendo en los últimos años; principalmente en cuanto a la adopción de germoplasmas templados, a la expansión del área sembrada con maíz, al doble cultivo de maíz en la misma zona y campaña, y a la falta de oferta de maíces resistentes a la enfermedad, entre otras razones.

Añadió hasta que se mejore la resistencia del cultivo a la enfermedad o un sistema eficiente y sustentable de control de las poblaciones del vector, ninguna medida que se tome de forma aislada va a ser eficaz para evitar la ocurrencia de la enfermedad y deben ser aplicadas en un nivel más amplio, regional.

Subrayó que el sector debe cumplir aspectos clave:

• La primera fecha de siembra debe estar distanciada al menos cuatro meses del momento de senescencia del cultivo del otoño pasado.

• Reducir al máximo la presencia de maíces “guachos” a fines de otoño y principios de la primavera.

• Evitar hacer cultivos “escalonados” en fechas en una misma zona/región: hacer rotaciones y no hacer maíz sobre maíz.

• Usar un buen curasemilla, sembrar genotipos tolerantes; monitorear el vector y proteger el cultivo en los primeros estados vegetativos.

Son aspectos que deben ser tomados en cuenta. Y el sector productivo está consciente de esta realidad, y debe actuar en consecuencia.

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