Gracias a un compilado de jugadas que subió a YouTube, fue contratado por un equipo de futsal italiano

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El ex pivot de Cariocas pasó de jugar por hobby en el ámbito local a vivir del deporte en una ciudad italiana de ensueño.

EN ACCIÓN. Ferroni domina la pelota durante un partido del torneo italiano. EN ACCIÓN. Ferroni domina la pelota durante un partido del torneo italiano. Foto: Gentileza Franco Ferroni

Es común ver en las escuelas a cientos de niños pateando tapitas, botellas, latas aplastadas, o cualquier objeto que reemplace o se asemeje a una pelota de fútbol. Los guardapolvos blancos, a medida que va pasando el año, van mostrando signos de las revolcadas que hacen los arqueros, de los agarrones o de las barridas.

Mientras en los patios la pelota rueda sin cesar, en las clases de geografía el globo terráqueo hace más llevaderas las jornadas. Probablemente, Italia es uno de los países más fáciles de reconocer en el mapa. Ubicarlo es tan sencillo como reconocer la forma de una bota, lo que probablemente haya salvado a más de uno en un examen.

Franco Ferroni pasó su niñez y juventud en la Escuela Normal Juan Bautista Alberdi, conocida simplemente como “La Normal” o en el ámbito del fútbol como “La N”. “En 2016 me invitaron a jugar en el equipo de futsal de mi escuela, en ‘La N’. Además, desde los siete años, hasta los 14, jugué futbol 11 en San Martín”, recordó.

En los últimos años, la escuela Normal (La N), Gymnasium (Club Social Gymnas) o Instituto Técnico (Instituto Técnico) y Agricultura (Agricultura) son algunos colegios que se sumaron a la fiebre por el futsal en nuestra provincia. Así, mientras estudiaba, “Perrito” pasó de jugar fútbol “5” en las semanas colegiales a patear la N°4 en las categorías más chicas del futsal tucumano.

Gracias a un compilado de jugadas que subió a YouTube, fue contratado por un equipo de futsal italiano

Hoy, a ocho años de aquel primer acercamiento a la disciplina, se puede dar el gusto de decir que vive del deporte, y en una ciudad de ensueño. "Estaba jugando en Cariocas hasta que me fichó el Real Five Carovigno de Ostuni, Italia”, le dijo a LA GACETA desde Europa.

“Nunca me hubiese imaginado vivir aquí; es un sueño. Vivo en Santa Sabina, un lugar que está lleno de turistas y en el que el agua de las playas es transparente. Trabajaba, estudiaba y me entrenaba mucho en Tucumán. Pasar de eso a vivir sólo para jugar al futsal es una locura”, agregó el pivot, que ya jugó ocho partidos, marcó cinco goles y entregó 11 asistencias en el equipo italiano.

Los que lo conocen saben que siempre fue un futbolista muy aplicado. Formó parte de la selección tucumana desde el 2017, pasando por las categorías C17, C20 y Mayores. Pero su arribo se dio gracias a un video. ¡Bendita tecnología! “Subía jugadas o goles; Franco Ceracchi vio un video y se contactó. Llegamos a un acuerdo y ahora él es mi representante. Comenzó a ofrecerme en diferentes clubes y así me contrató el Carovigno”, explicó. “Aquí estoy cumpliendo el sueño de todo jugador de futsal: ser profesional”, aclaró.

La adaptación no fue un problema para Ferroni. Pese a la barrera del idioma, entró en sintonía rápido. Claro, ayudó la convivencia con los otros tres argentinos que integran el plantel. “Fue todo bastante rápido. Al principio costó un poco por el idioma, pero mis compañeros argentinos me hicieron todo más llevadero. El juego aquí es muy físico, parecido al nuestro, por lo que la adaptación deportiva no fue un problema”, explicó el ahora jugador de Serie C1.

Gracias a un compilado de jugadas que subió a YouTube, fue contratado por un equipo de futsal italiano

El sueño de “Perrito” es llegar a la selección argentina, claro. “Es un objetivo, pero voy poco a poco. No hay apuro”, contó entre risas el jugador que tiene 21 años, que firmó contrato por un año y que vive hace dos meses en Italia. “Cuando se confirmó todo, le comenté a mi mamá y no lo podía creer. Igualmente, no me emocioné nunca hasta que tuve que despedirme de mi hermanito en el aeropuerto. Allá dejé mi carrera (es estudiante de Educación Física) mi familia y mis amigos. Dejé todo por cumplir un sueño; mi vida cambió radicalmente en muy poco tiempo”, remarcó.

Una de las cosas que más sorprende a Ferroni es la ciudad en la que se instaló. “Es muy pintoresca y está llena de turistas. La pasta típica de la Puglia (región donde queda Ostuni) es "Orecchiette" y la bebida típica es el vino. Hay muchos viñedos y muchísimos olivos”, cuenta desde el sur italiano.

Claro, en la escuela probablemente nunca haya escuchado hablar de esa ciudad. No es de las típicas de Italia, sin embargo las murallas aragonesas brillan desde lejos y las subidas sinuosas con peldaños guían a los turistas a callejones que, con cada paso, se vuelven más estrechos. En la ciudad se destaca la concatedral, la basílica di Santa Maria Assunta y las murallas aragonesas, lugares de ensueño que Ferroni intentará conquistar con sus gambetas y sus goles. “Perrito” quiere hacerlo como alguna vez conquistó el cemento de cada uno de los patios de la escuela Normal, en donde jugó una infinidad de partidos y vio miles de veces ese globo terráqueo, sorprendido por aquel país con forma de bota, en el que hoy vive.

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