En Instagram, es mejor no hablar de ciertas cosas

En Instagram, es mejor no hablar de ciertas cosas

En Instagram, es mejor no hablar de ciertas cosas

En reuniones de amigos o familiares nos proponemos evitar temas controvertidos para no caer en crispadas discusiones, pero nuestro ímpetu destroza ese plan en cuestión de segundos. La política nunca será un tema tabú en los café o en las sobremesas, porque en sus conversaciones hilvanamos nuestra manera de vivir y proyectar el mundo. Sin embargo, la tecnología tiene formas particulares de resolver problemas con los que los humanos fracasamos constantemente. El algoritmo de una red social puede cortar repentinamente la discusión y proponer a sus usuarios una “experiencia valiosa” cuando usen sus productos.

Este es el espíritu de una decisión que ha tomado Meta, la empresa que desarrolla Instagram y Facebook y que ha sorprendido a sus usuarios en los últimos días. De ahora en adelante, las cuentas en Instagram y Threads no tendrán acceso a contenido político en los espacios de recomendaciones de dichas redes sociales, como el “feed”, los “reels” y en la sección “Explorar”. Es decir, las plataformas dejarán de recomendar contenido que los usuarios todavía no siguen y que están relacionados a temas políticos en todo el mundo.

Si bien este cambio tomó por sorpresa a las personas, la novedad ya había sido anunciada por Instagram a principios de febrero de este año, con un comunicado en el que la plataforma señalaba que ya no quería recomendar de manera proactiva contenido político de cuentas que los usuarios no seguían. Además, aclaraba que dichas actualizaciones se aplicarían a las cuentas públicas y en los lugares en los que recomiendan contenido, pero especificaron que no cambian la manera en que muestran a las personas el contenido de las cuentas que deciden seguir. Por lo tanto, si un usuario ya sigue a un candidato o a un referente político, dicho contenido no se vería afectado en la distribución de su alcance.

“La gente nos ha dicho que quiere ver menos contenido político, por lo que hemos pasado los últimos años perfeccionando nuestro enfoque en Facebook para reducir la cantidad de contenido político”, detalló Meta a través de otro comunicado y además adelantó que dicha implementación se aplicará también en Facebook.

Este comunicado ya llevaba varias semanas publicado, pero recién en los últimos días las aplicaciones se actualizaron y llegaron los cambios a los usuarios. Con ellos también apareció la posibilidad de desactivar esta limitación. Para cambiar la configuración, los usuarios tienen que ir al menú de “Configuración y privacidad” de Instagram en sus perfiles y allí pueden cambiar sus “Preferencias de contenido”. En este menú, “Contenido político” es el último elemento de una lista de controles de “Contenido sugerido” que permite a las personas establecer preferencias sobre qué clase de publicaciones se recomiendan en sus feeds. La opción de “Limitar contenido político de personas que no sigues” estará activada de forma predeterminada y se puede activar desde ese apartado.

Si bien puede parecer solo una actualización en la manera en la que las plataformas muestran su contenido, esta implementación se materializa en un año de elecciones en Estados Unidos y es imposible no relacionar dicha decisión en ese contexto. La compañía ya estuvo en el centro de las críticas en otros momentos de tensión política por la manera en que distribuía contenido político y también por las formas en la que lo moderaba. Al parecer, la opción de limitar las recomendaciones refleja su intención de distanciarse de la discusión más crítica que se desarrollará en los próximos meses, cuando Donald Trump y Joe Biden se encaminen, entre debates y cruces, a alcanzar la presidencia.

Sin embargo, esta acción de Meta también despierta un debate urgente sobre el protagonismo inherente que hoy tienen las plataformas en la distribución de contenido político, la necesidad de promover discusiones valiosas sobre lo público, la libertad de expresión y la posibilidad de promover entornos sanos para que los ciudadanos se encuentren y se comprometan. En este punto, las mesas familiares o las charlas de café no son espacios donde fracasan las discusiones. Allí no hay algoritmo que corte la pasión y el debate, todo queda en manos de los presentes y su posibilidad de al menos entendernos y respetarnos.

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