Bulldicus: la fusión triunfante dominó el CrossFit nacional

Pese a no ser una de las disciplinas tradicionales y populares, el CrossFit tucumano va ganando cada vez mayor adhesión, y ahora se instaló en lo más alto del ámbito nacional. De la mano de Diego Pece, Valeria Muñiz, Danae Fernández y Javier Moreno, el equipo Bulldicus se quedó con el primer puesto de la categoría RX, en la segunda edición de la competencia Argentina Throw Down que se llevó a cabo en el Parque Olímpico de Buenos Aires.

“Fuimos el único equipo del norte que fue a representar el CrossFit regional en una competencia que reúne a mucha gente de nivel. Es un torneo del que participan atletas de nuestro país y del extranjero”, dice Moreno, comentando que para consolidar el cuarteto campeón tuvieron que realizar una fusión entre dos box. “Con mi pareja, Danae, tenemos nuestro gimnasio que se llama BullBox y, como está competencia era en equipos de cuatro, nos unimos con los chicos de Nordicus con quien ya teníamos una gran química y amistad. De esa unión surgió el nombre que nos parece genial. Ya habíamos competido juntos en una competencia en Santiago del Estero que se llamaba Freedom Battle, en la que habíamos logrado el tercer puesto”.

Pece comenta que el proceso clasificatorio comenzó con medio de un video en el que mostraban sus aptitudes para realizar diversas pruebas que estaban estipuladas. “El jurado evalúa la técnica de los ejercicios y largan la clasificación. Generalmente, según el puesto en el que entrés, vos ya sabés a qué podes aspirar dentro del evento. En nuestro caso, terminamos segundos por lo que estábamos con la mente puesta en lograr un gran puesto. Finalmente, todo ese trabajo terminó dando sus frutos", indica, dejando en claro que la categoría RX es la segunda división más importante de CrossFit.

La competencia, que duró tres días, tuvo múltiples pruebas: ejercicios sincronizados de a dos o de a cuatros en los que se pusieron a prueba la fuerza y la resistencia de los participantes. “Como ganamos, tenemos el derecho a participar de la categoría elite, lo que es un gran logro para nosotros”, expresa Pece. “El resto del premio fue un dinero que cubría el costo de la inscripción y el sponsor principal del evento nos dio una riñorera”, detalla.

Según explicó Muñiz, la lista de “sacrificios” para entrenar al alto rendimiento y lograr llegar a una competencia es larga. “Cualquiera puede practicar CrossFit, pero no todos tienen la disciplina para llegar a estos eventos. Tenés que entrenarte entre dos o tres horas por día, dormir y comer bien; salir pocas veces al mes y, sobre todo, evitar el alcohol ya que si consumís en exceso es probable que no arranqués”, comenta la nutricionista para la que esta disciplina se convirtió en un “estilo de vida”.

Si bien ya hay un gran nivel dentro del país, todos los competidores coinciden en que el CrossFit sigue en su etapa amateur. “Es muy difícil vivir de esta disciplina porque las ganancias son mínimas. Todavía falta mucho camino por recorrer para que sea rentable”, comenta Pece, quien se dedica a ser entrenador en su gimnasio. “Estamos a años luz de Estados Unidos, en donde los deportistas ya viven de esto gracias a los sponsor y a los premios que hay en las competencias”, reflexiona.

En este sentido, el coach asegura que todos los costos de la competencia salen de sus bolsillos. “Para pagar la inscripción, hicimos unas remeras del equipo que vendimos a las personas del box. Es bastante caro si decidís dedicarte a competir”, puntualiza. “Acá todavía estamos en un periodo en el que hacemos todo a pulmón. Por eso, este tipo de logros tienen una mayor relevancia”, agrega Moreno.

Debido al juego de la oferta y la demanda y con las constantes escaladas del dólar, también tuvieron que anticiparse lo máximo posible para reducir los costos del hospedaje y pasajes. “Apenas nos dieron la noticia de que íbamos a participar, tuvimos que comprar el traslado y el hotel porque se podía ir por las nubes los precios”, dice Moreno.

En tanto, que Pece reconoce que en más de una ocasión pensó en tirar la toalla dentro del circuito competitivo. “Muchas veces los resultados no me acompañaban. Pero en 2020, el único año que no competí, me sentí muy vacío. Era como que no tenía objetivos ni nada. Por eso, a partir de ahí vi a cada competencia como una meta a corto plazo”, dice, antes de advertir que todavía tiene un sueño pendiente dentro de la disciplina. “Quiero llegar a los CrossFit Games, una competencia a la que van los mejores del mundo. Es dificilísimo entrar, tanto en categorías individuales como las de equipos. Pero espero lograrlo. Ese es mi objetivo a largo plazo”, concluye.

Pece, Muñiz, Fernández y Moreno siguen soñando con poder vivir del deporte que aman. Mientras tanto, no bajan los brazos. Apostaron en grande y se consagraron como los mejores en Buenos Aires.