Cómo lograr que nuestros hijos sean más ordenados

Cómo lograr que nuestros hijos sean más ordenados

Especialistas nos ofrecen una variedad de consejos para intentar acabar con la ropa y los juguetes tirados alrededor de la casa. Destacan que se trata de desarrollar habilidades que sirven para el mañana.

CAJONES ACCESIBLES. Es importante que los chicos puedan tener autonomía para guardar sus cosas. CAJONES ACCESIBLES. Es importante que los chicos puedan tener autonomía para guardar sus cosas.

“A guardar, a guardar, cada cosa en su lugar”... aunque haya canciones que hacen más ameno el desafío de enseñarle a nuestros hijos sobre orden y limpieza, la tarea no es nada sencilla. En especial, porque parece que con cada juguete o prenda guardada, luego aparecen otras cinco, ¿es posible conseguir un equilibrio?

“Aunque para algunos padres la organización es un aspecto secundario en comparación a otros aprendizajes (como la socialización o las habilidades manuales), este tema tiene varios beneficios para los más pequeños. Entre ellos, mantener y crear espacios ordenados le aporta a los niños una mayor seguridad y sensación de calma”, indica la psicóloga infantil Florencia Giraldes.

También esta acción posee su réplica en el plano intelectual. “Cuando un chico es ordenado y mantiene cierta gestión de sus cosas (objetos, peluches, muebles) es más probable que ese esquema se traslade a otros ámbitos de su vida y, por ejemplo, sea capaz de ordenar con mejor precisión sus ideas o llevar a cabo de una manera más sólida, con constancia y determinación cualquier meta o acción que se proponga”, agrega.

Para lograr que el hogar no sea un caos, Giraldes recomienda diagramar áreas o habitaciones exclusivas para que nuestros hijos jueguen. “El principal error que cometen los padres es permitir que los niños lleven sus juguetes a la sala, el living o el patio sin controlar lo que ocurre una vez que ellos se aburren o cambian de actividad”, destaca.

De por sí, ampliar los lugares recreativos para que ellos se distiendan y exploren implica una ventaja (sobre todo con los menos de 12 años). No obstante, el problema llega con la falta de límites. “Sin darnos cuenta, esos objetos se convierten al poco tiempo en parte de la decoración del salón o la cocina y no regresan al lugar de donde fueron sacados. Cuando avalamos conductas así, lo que antes era una muñeca o autito se convierte en dos, tres o cuatro porque toda la casa acaba por ser una extensión de la habitación de los chicos”, agrega.

Recomendaciones

Con esta perspectiva en mente, la primera sugerencia pasa por incluir en los ciclos de juego de los niños una última etapa: la de guardado y acondicionamiento del lugar.

“Al notar que los chicos se dirigen hacia otro lado o finalizan su entretenimiento, debemos tomarnos un tiempo para retenerlos y acomodar entre ambos los objetos usados. Antes que convertir el orden en una exigencia, es preferible emplear dinámicas lúdicas para que la limpieza se asocie a una práctica agradable. Las intervenciones deben ser sutiles, pero constantes para desarrollar el hábito”, detalla Giraldes.

Además, para reforzar el aprendizaje, es importante acompañarlos con algunas preguntas (¿a dónde debería ir esto?, ¿cómo se guarda?, ¿está sucio?, ¿crees que hay que lavar eso?) que los inviten a reflexionar.

La segunda sugerencia apunta a incluir en casa estructuras de guardado que los niños logren manipular sin esfuerzos ni riesgos. “Existen pequeños que son aplicados y desean ordenar, pero carecen de la autonomía suficiente porque deben abrir cajones pesados, subir los objetos a alguna encimera alta, etcétera. Si queremos que aprendan a responsabilizarse y organizarse, hay que prestar atención a este punto y chequear que en la pieza del niño y/o las áreas de juego haya cajas, bolsas, separadores y otros sistemas de almacenaje simples de utilizar”, señala la psicóloga infantil Luciana Villarreal.

En el proceso, la especialista recomienda también invitar a los chicos a decorar o pintar las cajas o los cajones para guardar sus pertenencias. “Eso potencia el efecto lúdico de estas instancias de orden y les da un mayor protagonismo a las infancias. Sin embargo, estos consejos van a funcionar solo si nos tomamos el tiempo para guiarlos y les mostramos un espejo digno de imitar. A fin de cuentas, los chicos son una esponja que absorben los conocimientos y acciones del entorno”, acota.

Cómo lograr que nuestros hijos sean más ordenados

Flexibilidad

Antes que como una obligación o exigencia, ambas expertas recomiendan empezar a educar a los chicos con una actitud positiva, que les permita ver la diferencia entre una pieza u hogar ordenado y desordenado.

“Los pedidos de limpieza deben ser graduales y arrancar por cosas cuyo cambio sea sencillo de comprobar. La mejor ruta para adquirir una rutina de orden, es indicarles primero como se arma la cama y la forma en que se ordena la ropa y el calzado. Una vez que esta rutina quede dominada, conviene seguir por la gestión de objetos que se transportan cotidianamente (como los juguetes o la mochila)”, detalla Villarreal.

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