Cartas de lectores III: Tucumán, cuatro décadas

Cartas de lectores III: Tucumán, cuatro décadas

10 Noviembre 2023

En estos últimos meses, al tiempo que se aceleraba el deterioro y la inflación, corría en el ambiente político el apuro para intensificar sus campañas, valiéndose de toda clase de artimañas para sacar ventajas, tratando de mantenerse en sus lugares de privilegio. Debido al lógico malestar de la población por la situación económica que cada día se hace más insostenible por la creciente inflación, muchos ciudadanos han manifestado sus quejas de diferentes formas y en reiteradas oportunidades han empezado sus críticas refiriéndose a los 40 años de democracia que llevamos cursados. Creo que muchos cometen el mismo error al considerar estos 40 años de democracia como una panacea que no supimos aprovechar. No tienen en cuenta que precisamente en estos 40 años hemos sufrido el mayor deterioro en la historia del país, sea cual fuere el aspecto que se analice. En realidad, todo ocurrió porque una deformada democracia hizo posible que los partidos políticos se llenaran de gente incompetente e irresponsable, cuyo único interés fue tratar de aprovecharse de los privilegios de algún cargo público, gozando de remuneraciones desproporcionadas con respecto a la situación del resto de los habitantes. Con la intención de cooptar voluntades y adhesiones, procedieron a imprimir y repartir dinero fiduciario, sin exigir la correspondiente contraprestación laboral. Esto perjudicó especialmente a la clase media del país, porque se descuidaron las áreas de salud y educación. La incapacidad del gobierno, sumergido en una ola de corrupción, no supo planificar la forma de promocionar un aumento de la producción y del producto bruto. Por el contrario, perjudicó al campo con arbitrarias retenciones para conseguir fondos. La industria pesada también se ha visto perjudicada por la falta de representatividad de un gobierno inexistente para establecer acuerdos serios con otros países. En definitiva, no hay ningún misterio en las causas que nos han llevado al deplorable estado en que nos encontramos, y que nos ha convertido en la vergüenza del mundo y ha provocado que las instituciones mundiales nos miren con desconfianza y nos adviertan del peligro de una hiperinflación por el grado de endeudamiento en que hemos caído. Sin embargo, el Ejecutivo nacional intenta conseguir créditos con lo cual nos endeudaríamos cada vez más, lo que nos precipita hacia un futuro impredecible.

Humberto Hugo D’Andrea                        

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