Septiembre Musical: otra vez se enciende la chispa del amor

Septiembre Musical: otra vez se enciende la chispa del amor

“El elixir del amor”, la ópera de Gaetano Donizetti, marca el inicio del tradicional festival que organiza el Ente Cultural. La producción está montada íntegramente por artistas tucumanos con dos elencos alternativos. Siete funciones con entrada gratuita.

 la gaceta / fotoS de josé nuno la gaceta / fotoS de josé nuno

El humor, el lirismo, la diversión, el sentimiento y la emoción se mezclan en el escenario hoy, tal como hace dos siglos, como marca todo arte cuando es sólido. Otra vez llega la historia ingenua sobre un supuesto elixir, que vende un embaucador, y que enciende la chispa del amor. Y otra vez elegiremos creer que todo es posible, si se sigue la partitura que Gaetano Donizetti compuso en 1832.

Desde entonces la ópera cómica en dos actos “El Elixir de Amor” suena a cada rato en los escenarios del mundo, para que vuelva a rodar Una furtiva lágrima por el rostro de Adina.

Al cierre de esta edición se abría el telón del 63° Septiembre Musical, en el Teatro San Martín (avenida Sarmiento 601). Hoy a las 21 será la segunda función. Las próximas serán mañana, y luego el jueves, viernes, sábado y domingo (jueves, viernes y sábado a las 21 y domingos a las 20) siempre con entrada libre y gratuita.

La producción del Ente Cultural está montada íntegramente por artistas tucumanos y cuenta con dos elencos protagónicos. Participan la Orquesta y el Coro Estable, dirigido por Ricardo Sbrocco; el Ballet Contemporáneo, por Patricia Sabbag; el Teatro de Títeres y Marionetas, por Romina Muñoz, así como actores del Ente Cultural, y más de 150 artistas en escena.

El director general es Jorge Bulacia Soler; mientras que la régie está a cargo de Jorge de Lassaletta y la escenografía, de Juan Carlos Malcún. Juan Pablo Scafidi fue el preparador operístico. Los roles principales son: Nemorino, en las voces de Iván Vega y Agustín Dranizarek (según la función); Adina, por Josefina Viejobueno y Cynthia del Carril; Dr. Dulcamara, por Marcelo Oppedisano y Alfredo Tiseira; sargento Belcore, por Matías Safarsi; Giannetta, por Paula Lozano y Claudia Manrique.

Para ahondar en el personaje central, Nemorino, el campesino enamorado, le consultamos a uno de sus intérpretes, el tenor Vega, acerca de su rol:

- ¿Este es tu primer Nemorino?

- Sí, es mi debut como Nemorino. Canté en conciertos las arias y los conjuntos, pero es la primera vez que interpreto el personaje completo.

- ¿Cómo es el personaje?

- Nemorino es un personaje entrañable y vulnerable, cuya sinceridad y amor desinteresado resaltan el poder del amor verdadero en contraste con las pretensiones superficiales. A pesar de su falta de recursos, es consciente en todo momento de los desafíos que enfrenta y de las situaciones a las que se expone en nombre del amor. Su disposición a enfrentar estas adversidades con valentía y perseverancia refleja su profundo compromiso con su sentimiento hacia Adina y su creencia en la autenticidad del amor puro. Tiene un carácter encantador y capacidad para ver más allá de lo evidente, lo que le permite apreciar la esencia de las cosas y tocar el corazón de su amada, de una manera que ningún elixir artificial podría lograr.

- ¿Qué se necesita para cantar la emblemática aria “Una furtiva lágrima”?

- Tal y como es el personaje y lo que representa, “Una furtiva lágrima” es una aria que refiere al amor simple, por lo cual creo que se debe cantar con absoluta franqueza y simplicidad. El aria demanda un control vocal refinado y dominar el uso de vibrato y legato. Además, la emoción y la pasión son centrales, hay que ser capaz de transmitir la tristeza y la añoranza que siente Nemorino al ver la lágrima de Adina.

- ¿En qué tenores referentes te inspirás?

- Siento profunda admiración por una diversidad de tenores excepcionales. Desde Caruso, Pavarotti, Gedda y Wunderlich entre otros, así como intérpretes contemporáneos como Beczała, me inspiran a aspirar a una interpretación vocal profunda y conmovedora, capaz de transmitir emociones a través de cada nota y de cada palabra cantada. Para este personaje traté de conectarme con la belleza y dulzura del Nemorino de Pavarotti y la fluidez de interpretación de Villazón.

Un desafío que no da respiro

“Es sin dudas musicalmente la ópera más representativa del bel canto, movimiento que se caracteriza, entre otras cosas, por el virtuosismo que requiere de los cantantes. A la vez como contraparte exige el manejo de líneas largas. ‘El elixir...’ es una de las óperas más representadas en el mundo por varias razones: una de ellas es porque el lucimiento de los cantantes y de los instrumentistas debe ser muy acertado. La trama mantiene al público con una sonrisa y al mismo tiempo con un dejo de melancolía, que se refleja en el aria Una furtiva lágrima. Tiene tantos elementos que resulta atrapante. En lo musical es compleja, tiene alegría y chispa. Tiene una elaboración fantástica; Donizetti logró su máxima expresión. Dirijo por primera vez la ópera completa. Es un desafío porque es una ópera de poco más de dos horas donde la complejidad está centrada en el dinamismo, que no da respiro”. Jorge Bulacia Soler, director general

Realismo ingenuo

“El vector estético es lo que llamo realismo ingenuo, porque intento hacer visibles la inocencia, la ingenuidad y el juego del amor en la adolescencia.

La propuesta escenográfica es mostrar el fuerte vínculo de la población con su lugar, la exuberante naturaleza y su relación con los animales, como el caballo amigo de Nemorino o los pájaros, con su metáfora del vuelo amoroso. También, muestra la actividad de la que viven los aldeanos, granjeros, campesinos y los filibusteros como Dulcamara. Muestra soldados para la guerra del amor. Todo esto se cuenta con distintos niveles piramidales y jerárquicos que se materializan en la ubicación de los objetos escenográficos, como ser la casa de Adina, el galpón y los fardos de alfalfa. Todo esto ocurre en el maravilloso mundo de la adolescencia con sus juegos de sueños e ilusiones en el entramado de redes que la vida les propone”. Juan Carlos Malcún, escenógrafo.

Un coro de campesinos

“La última puesta de ‘El elixir...’ fue en 2011, dirigida por Jeff Manookian con régie de Jorge de Lassaletta. Al haber dos elencos de solistas se requirieron más ensayos. La participación del Coro es importante: son campesinos que participan mucho de la acción escénica. Es una puesta interesante y divertida, como buena ópera cómica”. Ricardo Sbrocco, director del Coro Estable.

12 voces formidables

“Trabajé con 12 cantantes tucumanos a la altura de los mejores del país. Tratamos de llegar al fondo de los personajes, con gran respeto por el texto. Fue un trabajo intenso, con voces formidables de gran capacidad artística. Van a ser funciones descollantes por los directores y la régie, Se van a divertir muchísimo”. Juan Pablo Scafidi, preparador operístico.

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