Murió Gerardo Vallejo: el fin del camino

BUENOS AIRES.- El cineasta tucumano Gerardo Vallejo falleció ayer en su casa, de Villa Ballester, donde residía desde hace muchos años, a causa de las complicaciones derivadas de un cáncer de pulmón. Su hermano, Eduardo Vallejo, confirmó que los restos del realizador serán trasladados hoy a la provincia de San Luis -en la que rodó su última película- para ser sepultados allí, de acuerdo con su expreso pedido. Vallejo fue velado durante la tarde de ayer en la sede de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc).
Gerardo Vallejo nació el 4 de enero de 1942 en San Miguel de Tucumán. De acuerdo con su propio relato, vertido en el libro “Un camino hacia el cine”, su relación con la pantalla grande se inició en su niñez, cuando descubrió una puerta que comunicaba la sede del club Almagro -en la que sus padres trabajaban- con la sala del ya desaparecido cine Broadway. Las imágenes que se proyectaban en la pantalla alimentaron las fantasías del pequeño Gerardo, y pronto llegó a la cabina de proyección para comenzar a descubrir los secretos de las máquinas de cine.
En 1965 se diplomó como director de cine documental en el Instituto de Cinematografía de la Universidad Nacional del Litoral, que dirigía Fernando Birri.
A partir de la década de 1960, Vallejo formó parte del grupo “Cine de Liberación” junto a “Pino” Solanas y Octavio Getino, que alguna vez comentó que ese movimiento artístico nació como una necesidad de poder expresar la visión del país y de sus problemas sociales y políticos.
En 1968, Vallejo filmó “El camino hacia la muerte del viejo Reales”, filme que lo proyectó en la consideración de la crítica internacional. Después de un atentado contra la casa de sus padres en 1974, se vio forzado a exiliarse en Europa. A su regreso al país, filmó en Tucumán “El rigor del destino”; y una década después, “Con el alma”, en la que intervinieron Alfredo Alcón y Lito Cruz. En 2006 rodó en San Luis “Martín Fierro, el ave solitaria”, uno de sus más ambiciosos proyectos. Dejó inconclusa “El inocente”, sobre una novela de Julio Ardiles Gray. (Especial)


- CERCA Y LEJOS. “El exilio es así, como un largo viaje en un tren entre el pasado y el futuro; igual que aquellos viajes de mi adolescencia en el ‘Estrella del Norte’, que me alejaban de Tucumán, pero siempre al mismo tiempo acercándome más, en un nuevo y distinto regreso”.

- VOCACION. “Filmar nuevamente significa volver a lo que uno ha deseado y aspirado siempre, a la vocación de sentir que puede llevar adelante esa cosa mágica que tiene el cine de poder construir vidas en la pantalla”.

- EL CINE NACIONAL. “Falta la mirada del interior y la mirada del pueblo, su protagonismo. Lo que se ve ahora es el cine de la burguesía y de la clase media, pero que no expresa los sentimientos del pueblo argentino, que es el que sufre las postergaciones desde hace tanto tiempo. En el cine me interesa mostrar la identidad nacional y la memoria popular, como puede verse en todas mis realizaciones”.

- EL PAISAJE. “El espacio físico de los Valles Calchaquíes me atrae cinematográficamente como espacio mítico. Para Tucumán son el ancestro por siglos, ligado a la madre Tierra”.

- EL ALMA “Hay hechos y situaciones que llegan al corazón de la gente porque identifican y reivindican lo mejor de la condición humana, porque logran refugiar en el centro del alma una mágica y misteriosa resistencia contra las desventuras y las penurias de este mundo, que siempre tiene  que ver con alguna historia de amor”.