Imagen femenina: un modelo para armar

Imagen femenina: un modelo para armar

El ideal de belleza que se difunde a través de los medios resulta una meta imposible de alcanzar para muchas mujeres. Un modelo que puede llevar a enfermedades como la bulimia y la anorexia.

21 Junio 2007
¿Alguien se ha preguntado por qué las mujeres se miran tanto al espejo? ¿Por qué las rubias quieren ser morenas, y las de pelo enrulado lo quieren tener lacio? La insatisfacción en cuanto a la imagen de sí misma es una constante en el 90% de las mujeres de todo el mundo, dice un estudio que investigó el universo femenino en 11 países. Los especialistas tratan de develar el secreto. Hay quienes afirman que se debe a un síntoma de baja autoestima, en especial en momentos de la vida como la adolescencia, cuando una chica está buscando la imagen de sí misma como mujer. Otros ponen el acento de la insatisfacción en los exigentes modelos que presentan los medios de comunicación, tan perfectos, que ninguna mortal puede alcanzarlos. Otra interpretación sostiene que la construcción de la imagen femenina se elabora a lo largo de la vida, lo cual no resulta tan fácil (como los hombres con la construcción de la imagen masculina). Por eso una mujer siempre mira a otras mujeres. Hasta que un día ya no necesita una imagen porque descubre que la seducción no está en un cuerpo lindo sino en poder provocar un deseo en el otro, de manera creativa.

Todas mueren por aquello que no tienen
Es inevitable: la morocha quiere ser rubia, la de pelo lacio muere por los rulos; la que es baja quiere ser alta. Es más fácil encontrar un hombre feo conforme con su cuerpo, que una chica linda contenta con su propio físico. Según las estadísticas, cuatro de cada cinco mujeres adultas de todo el mundo está disconforme con su figura. El 67% de ellas evita mostrarse en traje de baño porque se siente mal con su físico. Cree que no encaja en el modelo de belleza predominante en la sociedad.
La hermosura puede ser un duro desafío, según un estudio de la marca Dove que afirma que el 90% de las mujeres de todo el mundo desea cambiar al menos un aspecto de su apariencia física.
Más allá de los estereotipos, pareciera que la autoestima y el impacto de los ideales de belleza que se transmiten por los medios de comunicación actúan en contra. "El ideal es siempre inalcanzable, por eso la mujer siempre va a estar insatisfecha. Yo miro las revistas de moda y pienso: ese vestido me gusta, pero no sé cómo me va a quedar a mí", sostiene Marcia Carreras, docente, de 32 años.
"El problema de la insatisfacción ante la propia imagen es que puede dar lugar a desórdenes alimentarios, como la bulimia y la anorexia. Por eso se está luchando para que las modelos no se vean tan delgadas, a la vez que se obliga a los fabricantes de ropa a tener todos los talles, destinados a la mujer real, y no a la mujer ideal", explica la psicóloga Mariana Salas.
Para la socióloga Susie Orbach, de la Escuela de Economía de Londres, los resultados son alarmantes: "la correlación entre la satisfacción de una mujer con su aspecto físico y su autoestima es evidente. Afecta sus sentimientos de autovaloración y sus capacidades. Hay que superar los estereotipos de belleza dañinos, para adoptar formas más auténticas y positivas de sentirse lindas", advierte.
La especialista afirma que cuando las mujeres están bien consigo mismas se sienten más seguras, queridas, saludables e inteligentes, y que estas características promueven una actitud de mayor compromiso con la vida. Cuando tienen baja la autoestima, esto redunda en sentimientos de agobio e inseguridad y adoptan una actitud desinteresada y evasiva.
Lo más positivo es que el 90 % de las mujeres considera importante que las adolescentes se involucren de manera activa en la construcción de una imagen corporal realista y saludable.

Frida Kahlo demostró que la seducción va más allá de lo físico
Para validar su aspecto y condición femenina, la mujer se mira en las otras mujeres. Por ejemplo, cuando entra a una fiesta de inmediato se fija en cómo están vestidas las demás. "Constantemente queremos tener lo que tiene la otra. El pelo de la otra, la figura de la otra, su estilo para vestir. Cada vez que nos miramos en el espejo nos vemos distintas, por eso nos miramos tanto", afirmó la psicóloga Gabriela Abad.
Para el hombre, en cambio, las cosas son más fáciles porque la cultura le ofrece la respuesta de la masculinidad. No necesita tanto la referencia de otros hombres para tener una respuesta.
Durante la adolescencia, los cambios que se producen en el cuerpo femenino hacen indispensable la referencia a las otras mujeres. "Por eso las chicas se visten todas iguales y se la pasan mirándose al espejo", agregó Abad. "El de los cuerpos perfectos es un mandato imposible de cumplir, terrorífico. Puede llegar a enloquecer -advirtió la psicóloga-. Hay que entender que la femineidad no va por el lado de la imagen sino por poder producir el deseo. No solamente con un cuerpo lindo. Hay otras cosas que atañen a lo creativo".
Como ejemplo de que la seducción no depende de la perfección física, Abad mencionó a la artista plástica Frida Kahlo, quien a pesar de tener su cuerpo muy dañado por un accidente, apareció en la revista Vogue como el prototipo de la mujer hermosa. Además, tuvo como amantes a hombres muy destacados. "Lo importante es qué respuesta logra dar ella, desde su interioridad, y no por el lado del cuerpo", sentenció Abad.
Frida Kahlo representa un nuevo ideal de mujer. Se caracterizó por un profundo sentido de la independencia y una actitud de rebeldía contra los hábitos sociales. Vivió movida por la pasión y la sensualidad. Orgullosa de su mexicanidad y de su tradición cultural, se enfrentó a la americanización, incluyendo a los cánones de belleza que imponía Estados Unidos.

Una encuesta preocupante
- En la investigación participaron más de 3.300 mujeres de entre 15 y 64 años, de 11 países: Brasil, Canadá, China, Alemania, Italia, Japón, México, Arabia Saudita, Reino Unido, Estados Unidos y Argentina. Los resultados son preocupantes.

- El 88 % de las mujeres de 18 a 64 años, y el 92 % de las adolescentes de 15 a 17 desean cambiar al menos un aspecto de su apariencia física. De las adultas, el 45% quiere cambiar el peso y el 33% la figura. Entre las adolescentes, el 35% quiere cambiar su peso y el 33%, la altura.

- Por la disconformidad con su cuerpo, el 29% de las adultas evita ir a la playa o a la pileta, el 25% no va a eventos sociales y el 23% no sale a comprar ropa.

- La satisfacción con su apariencia está estrechamente relacionada con la autoestima. El 14% de las mujeres y el 19% de las adolescentes tiene baja autoestima.

- La mitad de las mujeres cree que las ideas de belleza de sus madres han determinado las propias. Y el 61% siente que sus madres influyeron positivamente en sus sentimientos acerca de sí mismas y de su belleza.

- El 25% de las chicas considera la posibilidad de recurrir a la cirugía plástica para mejorar su aspecto.

- Los valores que arrojó el estudio en Argentina están en sintonía con el resto de los países. El 30% de las mujeres quiere cambiar su peso, el 24% la altura, y el 22% la forma de su cuerpo. Las chicas empiezan a preocuparse por su aspecto físico a los 14 años. Seis de cada 10 mujeres reconocen haber hecho dieta en distintos momentos. Y el 50% considera seriamente someterse a una cirugía estética.

Lindas y feas
- "Hay dias en que me siento espectacular. Incluso sin pintura me veo fresca y rozagante. Tiene que ver con mi estado de ánimo. Cuando estoy deprimida me veo ojeras y la piel opaca, casi verdosa. Es entonces cuando más me produzco; no quiero que nadie descubra cómo me siento por dentro. (Gabriela, 33 años)
- "En mi adolescencia yo pensaba que era la chica más fea del colegio. No me quería juntar con los varones porque pensaba que ellos se reían de mí. Después, cuando cumplí los 15 y dejó de importarme tanto la belleza, empecé a disfrutar más de los amigos. Muchos chicos me confesaron que no se acercaban a mí no porque era fea, sino porque pensaban que yo los rechazaría". (Juliana, 20 años)
- "Todo pasado fue mejor. Así parece cada vez que veo mi foto de años anteriores. Por ejemplo, hace 10 años, cuando tuve a mi primer hijo, me veía espantosa, gorda y ojerosa. Hoy miro aquella foto y me encuentro más joven y más linda que ahora. Que lástima ¿no?" (Flavia, 30 años)
- "Las cirugias son como un vicio. Nunca te conformás. Si te hacés las lolas, como yo, notás que podrías quedar mejor con una lipo en la panza. Ahora que me veo bien de cuerpo quiero comenzar por la cara y ponerme colágeno en los labios. Mi novio no está de acuerdo; no sé qué hacer" (Romina, 34 años)

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