26 Octubre 2007
INMENSA. La fase de plenilunio coincidió con el perigeo o distancia mínima de nuestro satélite respecto de la Tierra. LA GACETA/JUAN PABLO SANCHEZ NOLI
El aire tibio invitaba a la aventura. Altiva, ella se vistió con sus mejores brillos y salió a presumir. Entonces, la noche se iluminó. Los tucumanos observaron ayer a la más hermosa y grande Luna llena del año. El inmenso farol que se prendió en el cielo azabache estuvo lo más cerca que puede estar de la Tierra, y ratificó el dicho popular que afirma que la de octubre es la luna más bella de todas.
El satélite se observó un 14 % más grande y un 30 % más brillante. El incremento de estos porcentajes se debe a la coexistencia de dos fenómenos: el plenilunio (la Luna llena) coincidió con el perigeo (la distancia mínima entre la Luna y el planeta). Es decir que, además de iluminarse en toda su superficie, el satélite se acercó hasta donde más se lo permitió su órbita y ofreció un increíble espectáculo a los terrícolas.
La Luna se mueve alrededor del planeta en una órbita elíptica, en sentido contrario a las agujas del reloj. En el apogeo (lo más lejos que puede estar de la Tierra) se ubica a 406.700 kilómetros. En el perigeo, lo hace a 356.400 kilómetros. LA GACETA ©
El satélite se observó un 14 % más grande y un 30 % más brillante. El incremento de estos porcentajes se debe a la coexistencia de dos fenómenos: el plenilunio (la Luna llena) coincidió con el perigeo (la distancia mínima entre la Luna y el planeta). Es decir que, además de iluminarse en toda su superficie, el satélite se acercó hasta donde más se lo permitió su órbita y ofreció un increíble espectáculo a los terrícolas.
La Luna se mueve alrededor del planeta en una órbita elíptica, en sentido contrario a las agujas del reloj. En el apogeo (lo más lejos que puede estar de la Tierra) se ubica a 406.700 kilómetros. En el perigeo, lo hace a 356.400 kilómetros. LA GACETA ©
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