Un pueblo con contradicciones y carencias

Un pueblo con contradicciones y carencias

La localidad de Ranchillos, ubicada a 28 km de la capital, tuvo su época de esplendor cuando funcionaba el ingenio. Nació con el ferrocarril.

SALIDA DE LA ESCUELA. Los chicos de 5º año de la Politécnica dicen que tendrán que emigrar a la capital. LA GACETA / JOSE NUNO SALIDA DE LA ESCUELA. Los chicos de 5º año de la Politécnica dicen que tendrán que emigrar a la capital. LA GACETA / JOSE NUNO
19 Marzo 2006
Es un pueblo apacible, con gente hospitalaria. En Ranchillos, la tranquilidad se quiebra sólo por el ruido de algún vehículo (autos o tractores) que cruza las vías del ex ferrocarril. La gente disfruta el mate en bombilla acompañada por charlas que se dilatan hasta el mediodía en la puerta de las casas. El edificio de la iglesia del Espíritu Santo contrasta con la vieja fachada de la ex estación de trenes, que se cerró hace 15 años. Desde entonces todo ha cambiado: la chimenea del ex ingenio San Antonio, que comenzó a funcionar en 1910, es hoy un monumento al recuerdo de años de esplendor, cuando la fábrica daba trabajo a la mayoría de los hombres. Ranchillos es un pueblo centenario ubicado a unos 28 km de la capital, con aproximadamente 16.000 habitantes, y se ha convertido en un lugar de paradojas.
El hospital -del que dependen 8 CAPS- no tiene ambulancia, mientras que la comuna cuenta con una, marca Ford Ranger, equipada para atender urgencias y hacer traslados programados. En ese centro médico sólo se atienden partos de urgencia, porque no hay parteras ni infraestructura para enfrentar complicaciones. El acceso, que se supone tiene que estar aséptico, es un puente de cemento que cruza una acequia a cielo abierto con aguas estancadas, donde proliferan insectos y despiden malos olores.
La única escuela secundaria es la Politécnica, que otorga títulos de administrador de empresas y de técnico electromecánico, pero en Ranchillos no hay empresas ni industrias, salvo una fábrica de ladrillos que emplea a no más de 20 trabajadores. La falta de fuentes de trabajo condena a miles de familias a depender de los planes sociales, o a ser empleados de la comuna. Los jóvenes se esclavizan como trabajadores "golondrina" en las cosechas.

Servicios básicos
A pesar de todo, hay cierto ímpetu de progreso, patente en las obras públicas que realiza la comuna que, entre otras cosas, está llevando agua potable a poblaciones dispersas. "Hace 20 años que no se hacen obras, y nuestra mayor preocupación es que la gente pueda vivir mejor; pero el presupuesto no alcanza", dijo el habilitado de la comuna, Américo Ricardo Muzzatti. Para paliar la desocupación, que es un problema generalizado en el interior, la comuna busca que la gente se asocie en cooperativas de trabajo. "Necesitamos de la inversión privada y líneas comerciales y de transporte; en todo Cruz Alta no hay ómnibus", dijo. Hace 11 años que la empresa El Ranchilleño dejó de pasar. "La licitación fracasó por la competencia de los remises truchos", añadió Muzzatti. Esto obliga a pagar $ 2,50 el viaje hasta la capital. Sin embargo, el centenario Club San Antonio logra atraer a más de 10.000 personas para carnaval. Es la otra cara de la moneda.

El hospital no tiene ambulancia
El hospital de Ranchillos atiende a más de 80 adultos por día y a entre 60 a 70 niños en las guardias pediátricas; cubre a los afiliados del PAMI y controla 65 casos de desnutrición registrados en esa jurisdicción. Si bien cuenta con una sala de partos, no puede asistir a más de tres por mes, en casos de urgencia, por carecer de hemoterapia. La directora, Margarita Bauzá, dijo que tampoco hay parteras, por lo que las pacientes son derivadas a otras localidades. El hospital no tiene ambulancia. "Hace un año que la vieja ambulancia -data del 95- está en reparaciones; nos prometieron una nueva, pero mientras tanto, contamos -cuando está disponible- la de la comuna", comentó. El residente Miguel Ruiz, opinó que el servicio de la ambulancia "está politizado". "Llama la atención que localidades como La Florida, que tiene un solo CAPS, cuente con una ambulancia J 35 Fiat Dukot equipada, mientras que el hospital de Ranchillos -que cubre ocho CAPs y a más de 15.000 habitantes- tenga que depender de la comuna. El enfermo acude al hospital, no a la delegación comunal", dijo. "Las condiciones sanitarias no son las mejores. El personal de mantenimiento se fue jubilando y las vacantes desaparecieron del presupuesto. Por dos horas trabajan beneficiarios de los planes sociales, pero para el hospital eso no es suficiente", acotó.

Los jóvenes buscan empleo en la cosecha
"Nuestros hijos se van a la cosecha del limón; y según la época del año, a la cosecha de aceitunas en Catamarca, pero allí son explotados por los capataces. Muchas veces se van engañados y lo que les pagan no les alcanza ni para comer o pagarse el boleto de vuelta. Duermen como animales y los explotan sin miramientos". Con tremenda tristeza, Norma Cajal resumió el dolor de las madres ranchilleñas. Casada con Ramón Domingo Gallardo (55), la mujer relató los peligros que corre la juventud en busca de unos pesos. "Por necesidad deben dejar la familia y el pueblo". Su esposo es empleado de la comuna, pero cuenta que la mayoría de la gente es beneficiaria de un plan social. "Quién puede vivir con $ 150?", pregunta, mientras ceba unos mates a su vecino Manuel Santos Comera.
El mayor padecimiento de los pobladores de Ranchillos son las inundaciones que en épocas de lluvia arrasan con todas sus pertenencias. "Perdimos casi todo; el Gobierno nos entregó un colchón chico y una sola bolsa con mercadería. No nos alcanzó ni para tres días; somos cinco en la familia", dijo la señora. Ranchillos está cruzado por acequias que se colmatan rápidamente con las lluvias.

Necesitan que se instalen industrias
En Ranchillos no hay cajeros automáticos. La mayoría de la población que tiene trabajo estatal (comuna, hospital, docentes y personal de Irrigación) debe viajar a la capital o a Banda del Río Salí para poder cobrar sus salarios. "Necesitan $ 6 cada vez que deben ir a cobrar sus haberes; viajan a las 8 de la mañana y están volviendo a las 17 -dijo el habilitado de la comuna, Américo Muzzatti-. El delegado, Antonio Alberto Pino, está gestionando con el Banco del Tucumán la posibilidad de resolver esta necesidad de la población, pero nos dicen que no es rentable".
De las 34 obras proyectadas por la comuna ya se concretaron 24, a través de las cooperativas de trabajo que suman a 12 asociaciones, cuyos integrantes están empleados en obras de construcción de viviendas, pavimentación, agua potable, aulas para las escuelas y 7.800 metros de cordón cuneta. La comuna cuenta con 127 trabajadores incluidos en el Programa de Emergencia Comunitaria (PEC) e Interzafra y entrega 900 módulos alimentarios. Además, de las 800 pensiones solicitadas se entregaron 250.
"El presupuesto no alcanza para más, pero siempre contamos con el apoyo del gobernador, José Alperovich", dijo el habilitado. "Hacen falta industrias y fábricas para poder progresar", agregó.

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