El ataque de abejas y de perros a humanos es cotidiano en la ciudad

El ataque de abejas y de perros a humanos es cotidiano en la ciudad

Quemar panales es la segunda actividad de los bomberos, después de los incendios. La cantidad de canes abandonados en la calle va en aumento.

EN PLENO CENTRO. En agosto del año pasado apareció un panal en un árbol en Mendoza al 600. EN PLENO CENTRO. En agosto del año pasado apareció un panal en un árbol en Mendoza al 600.
09 Marzo 2006
A ella se la identifica con la dulzura y con la laboriosidad. A él, con la amistad y con la fidelidad hacia su amo, el hombre. Pero lo cierto es que tanto abejas como perros pueden reaccionar de manera agresiva ante situaciones que las personas no llegan a prever, y las consecuencias pueden ir desde una insignificante herida hasta la muerte.
Después de los incendios, la segunda tarea que más ocupados mantiene a los Bomberos de la provincia es la de combatir ataques de abejas. Según datos de la entidad, se atienden por día entre dos y cuatro de estos siniestros. "Las abejas proliferan en escuelas, plazas, barrios de la periferia y del centro, paseos públicos y tanques de agua; también en los últimos pisos de edificios de varias plantas. Se tornan más agresivas cuando hace mucho calor", explicó el comisario Raúl Lobo, jefe de Bomberos. "Además de controlar la situación, tenemos que programar el trabajo nocturno de destrucción del panal, porque es el momento en que las abejas están en él. De día andan volando y sacar el panal no tendría sentido", dijo.
Lobo comentó que la desesperación y los excesivos movimientos de la gente ante una invasión de abejas o de avispas las pone peor. "Pican incluso a los bomberos, aunque vistan los trajes de protección especiales, que se usan cuando hay que quemar panales. Si esto no se puede hacer, se utiliza un insecticida potente", señaló.

A la deriva
Un perro no sólo es peligroso porque muerde sino también porque transmite enfermedades, como la rabia. "El número de animales vagabundos que circula por la ciudad va en aumento. En muchos casos, sus dueños los abandonaron y no tienen vacunas. Esto los convierte en vectores de graves enfermedades evitables", explicó la veterinaria María del Carmen Gottero. "Trato de inculcar una tenencia responsable de mascotas. Ellas necesitan cuidados para crecer sanas, como una buena alimentación", añadió.
"Los perros que atacan a personas en la vía pública suelen ser propiedad de personas que no los sacan a pasear. Un perro de características agresivas no puede salir sin su dueño, y debe tener correa o bozal", recomendó Gottero.


"Hay que ser rápidos"


"La gravedad de una picadura de abeja depende de la sensibilidad de cada persona y del número de incisiones que reciba", explicó el director de Eemergencias de la Provincia, Juan Masaguer. "Una sola puede producir desde una pequeña hinchazón local hasta un edema de glotis, lo que puede derivar en la muerte. Esto no es lo más frecuente, pero quienes son alérgicos deben estar al tanto y tomar todas las precauciones", agregó. Si el dolor o la inflamación causada por una picadura aumentan, hay que dirigirse de inmediato a un centro asistencial de, por lo menos, mediana complejidad. Allí se aplicarán corticoides al accidentado o suero si se trata de una picadura de insecto más venenoso, como la araña loxoceles o una especie de escorpión que pueda ser mortal. "Hay víboras muy peligrosas, como la de coral y la de cascabel. Una picadura de alguna de ellas es muy grave, pues el veneno es muy potente y actúa rápidamente. En esos casos hay que actuar lo antes posible", recomendó. Agregó que en caso de emergencias, hay que comunicarse al teléfono 427-0010.

TENER EN CUENTA

Si un perro lo ataca en la calle se deben tener en cuenta los siguientes pasos:

ASISTENCIA: localizar de inmediato un centro médico y hacerse revisar por un profesional; este deberá evaluar la herida con la conciencia de que fue provocada por un animal callejero.

POLICIA: informar en una comisaría cercana al accidente o a un guardia callejero para que investigue el origen del animal. Cabe la posibilidad de que este tenga dueño.

CERTIFICADOS: en caso de que el animal tenga propietarios, estos deberán presentar ante la Policía los certificados de vacunación, sobre todo la antirábica. Esta enfermedad es transferible al hombre, y una vez contraída no tiene cura.

SEGUIMIENTO: no hay que perder contacto con los responsables del animal ni con la Policía; menos aún si el perro está enfermo.




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