Esperan meses de duro debate con el Fondo

BUENOS AIRES.- El ministro de Economía, Roberto Lavagna, procuró restar dramatismo al proceso de reestructuración de la deuda pública que lleva adelante el Gobierno con los acreedores. "En los próximos meses, habrá muchas presiones", vaticinó Lavagna, en una doble alusión a la negociación con los acreedores privados que arranca en abril y a la definición de la pauta de superávit primario que deberá fijarse ante el FMI en setiembre.
En igual sentido se pronunció el canciller Rafael Bielsa, quien dijo que el país no estará tranquilo hasta octubre. "No es nada que no esperáramos. Tendremos que aprender a convivir con esta situación. Hasta octubre, no tendremos tranquilidad", advirtió Bielsa cuando fue consultado respecto de las declaraciones de Anne Krueger a través de las cuales la funcionaria volvió a presionar a la Argentina por un mayor ajuste y por un mayor nivel de superávit fiscal. En setiembre, la Argentina deberá renegociar las metas de superávit que tendrá que cumplir para lograr un acuerdo con el organismo de crédito.

Contra economistas
Distendido y sin saco, a bordo del avión presidencial que lo trajo de regreso a Buenos Aires desde la cumbre mantenida entre Néstor Kirchner y Luiz Inácio Lula da Silva, Lavagna se expresó contra los economistas ortodoxos y contra los bonistas extranjeros. "No hay que comprar lo que dicen los noventistas. Si a la convertibilidad la llaman programa, prefiero no tener programa", sostuvo el ministro. "El programa de ellos es decir que nosotros no tenemos programa", agregó.
En ese sentido, criticó a los sectores del agro que se quejan por las retenciones a la exportación. "Durante la convertibilidad no había retenciones, pero dos tercios de los campos estaban hipotecados. Hoy esas hipotecas están cubiertas porque le dimos rentabilidad al agro. Por eso les pido que pongan todo en la balanza", señaló el ministro en el marco de los festejos por el Día del Ruralista.
Lavagna reveló que dejó en Brasil una lista con 13 problemas actuales en las reglas de juego financieras internacionales para que ambos gobiernos impulsen modificaciones en conjunto. En esa lista, está la subejecución de los créditos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que dispone de unos U$S 8.000 millones anuales, pero destina mucho menos a los proyectos en los países de la región, según refirió el funcionario. (DyN-Especial)

Ratifican que no cambiará la meta de superávit del 3%
BUENOS AIRES.- El Gobierno aseguró que no puede haber cambios en el superávit fiscal primario del 3% para los próximos dos años.
"El Estado tiene un límite y tiene que asistir forzosamente a su gente que la está pasando mal. Esa es la necesidad de sostener el 3% de superávit para 2005 y 2006", indicó el ministro del Interior, Aníbal Fernández. Esa meta es la que deberá discutirse en setiembre próximo con el FMI.
En la misma línea, el canciller Rafael Bielsa consideró que el pedido de la directora interina del Fondo, Anne Krueger, para que la Argentina alcance un mayor superávit es inviable. "No hay forma de honrar una deuda si no crecemos, y para crecer, no puede dedicarse todo el superávit a cancelar deuda porque, de esa manera, se neutraliza el proceso de crecimiento", advirtió Bielsa. "Esta es una Argentina que no miente, que no firma (acuerdos) stand by y después no los cumple jamás. Hoy la Argentina se compromete con lo que está dispuesta a cumplir", agregó Fernández.
Por su lado, el ex ministro de Economía, Ricardo López Murphy, sostuvo que fue un error del Gobierno no haber definido en 2003 las metas fiscales para 2005 y 2006. "Como este año la recaudación será enorme, la Argentina no tendrá argumentos para decir que no tiene recursos para aumentar los pagos de la deuda. En setiembre firmaron sin mirar", afirmó López Murphy. (DyN)