Las escuelas rurales están llenas de "maestras orquesta"

Las escuelas rurales están llenas de "maestras orquesta"

En el 50% de los establecimientos educativos alejados de centros urbanos los docentes deben atender a chicos de varios niveles al mismo tiempo. Jornada de capacitación.

29 Agosto 2006
Enseñar a alumnos de dos, tres o más grados asociados, en una misma aula, es un desafío para 580 docentes de Tucumán. En lugares inhóspitos, a menudo inaccesibles y alejados de centros urbanos, estas maestras se convierten en “mujeres orquesta”. La clave está en atender la diversidad y lograr que cada alumno aprenda, de acuerdo con su edad, su nivel de escolaridad y sus capacidades individuales.
“No es fácil, pero se puede”, admite Claudia del Valle Pérez, maestra de 4º y 5º grado (asociados) de la escuela de El Cortaderal, Leales. “En estas escuelas, con muy baja matrícula, el docente debe atender varios grados al mismo tiempo. Lo más difícil es la simultaneidad de situaciones que se le presentan”, explicó, durante el megacurso sobre “Fortalecimiento de las prácticas educativas en aulas plurigrado”, que se desarrolló ayer, en la Residencia de Horco Molle. Allí se realizó el II Encuentro de Maestros Rurales, con el que cerró la capacitación iniciada en 2005 por el Ministerio de Educación de la Nación y la Secretaría de Educación de la Provincia.
Se capacitaron 580 docentes, en Matemática, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales. Los participantes pertenecen a 232 escuelas del interior donde se trabaja en plurigrado. Esta realidad afecta al 50% de las escuelas rurales.

Situaciones cotidianas
“Cada día es muy intenso para el docente. Yo enseño 5º y 6º grado juntos, y en la medida en que puedo, doy temas compartidos. Pero es inevitable que se hagan preguntas a un grupo y conteste el otro. Todo lo hago con un acompañamiento de lectura, porque hay serias dificultades en la comprensión de textos, sumado a que los padres no pueden comprar libros”, cuenta María Fabiana Antelo, de la escuela Nº 156 de Romera Pozo, Leales.
La situación de la escuela Nº 225, de Los Pereyra, Cruz Alta, es más que particular. Allí, en una sola aula, trabajan dos maestras,  que enseñan materias diferentes, a chicos de diversos grupos: 2º y 3º, por un lado, y 4, 5º y 6º, por el otro.
“Además de que trabajamos con grados asociados, nos falta espacio. Las docentes debemos turnarnos para hablar, y aclarar, por grupos, las consignas, para que no haya confusiones”, relata, con humor, su realidad tragicómica, Melina Oyola.
“Lo más frecuente es que los chicos de un grupo quieran participar en otra clase porque les interesa más”, añade.




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