"Las perspectivas para el azúcar son muy alentadoras"

En 1966, cuando el gobierno de facto de Juan Carlos Onganía decidió cerrar 11 ingenios tucumanos, nadie hubiera pensado que 40 años después las perspectivas para el sector azucarero serían tan alentadoras como lo son actualmente.
"El cierre de los ingenios fue una gran injusticia; no se miró al interior del país y se privilegió la Capital Federal y el puerto de Buenos Aires", opinó el industrial azucarero Jorge Rocchia Ferro, propietario de los ingenios La Florida y Aguilares. Este empresario, que en 1992 adquirió y luego cerró el ingenio San Pablo, explicó que tuvo que tomar esta decisión porque las circunstancias de esa época así lo requerían. "No eran las condiciones que se merecían los tucumanos", subrayó.
Consideró que hoy la situación es totalmente distinta a la de 1966. "En ese entonces no existían los derechos humanos y el autoritarismo estaba de moda; gobernaba un grupo que no dejaba pensar", remarcó.

Contexto internacional
Rocchia Ferro sostuvo que la actividad azucarera se encuentra favorecida en el concierto internacional porque el precio de la caña está muy ligado a la cotización del petróleo.
"Los tucumanos debemos defender nuestra provincia y abrazarnos para proteger al azúcar", destacó. Dijo que los altos niveles de productividad que se obtienen hoy en el cañaveral tucumano se deben al trabajo de la Estación Experimental, en la adaptación de la variedad LCP 384, de Luisiana, Estados Unidos. "No podemos olvidarnos del aporte que hicieron Daniel Vidal, César Paz, Ben Leyender, Jorge Scandaliaris y Manuel Martínez Zuccardi, entre otros, verdaderos artífices de este buen momento", apuntó. El industrial azucarero comentó que se hizo cargo del ingenio Aguilares cuando esta fábrica azucarera "venía muy mal".
"Estamos realizando inversiones muy importantes en el Aguilares, al punto que estimamos que este año obtendremos una producción de azúcar superior en un 30% a la lograda el año pasado (32.600 toneladas)", indicó Rocchia Ferro.