En Famaillá hubo fiesta y hasta un gol de Evo

En Famaillá hubo fiesta y hasta un gol de Evo

El presidente de Bolivia jugó al futbol junto con el "Burrito" Ortega en la selección "verde", en contra de Fillol y de Bochini.

02 Julio 2008
Famaillá llevó el colorido y la pompa del Mercosur a su ciudad. La excusa fue simple: un partido de fútbol. Pero no era un encuentro más. Jugaban la Argentina y Bolivia, y en el equipo visitante se alistaba nada menos que el presidente Evo Morales. Del otro lado, conocidas figuras como Ariel "Burrito" Ortega, Ubaldo Fillol, Ricardo Bochini, Carlos Enrique, Héctor Almadoz, el periodista Diego "Chavo" Fucks y Peteco Carabajal, entre otros, garantizaban un partido "en serio".
El marco en la cancha del "Fama" fue imponente. Agrupaciones bolivianas de la zona y de la capital llevaron sus banderas y grupos de bailes y de músicos para alentar, y los famaillenses se vistieron de celeste y blanco para la ocasión.
El resultado fue 2 a 1, a favor de la "verde". Fue un triunfo merecido, sobre todo por el desempeño en el primer tiempo.
Lo atípico no fue el gol de penal de Evo, a los 20?, sino que esa primera etapa duró 25 minutos. En ese lapso, el mandatario mostró alguna habilidad con el balón, porque jugó más de "quesero" que de armador (10), y hasta tuvo un mano a mano que le ganó Fillol.
En el complemento el partido terminó de ser inverosímil. A los 2? Enrique clavó un zurdazo para empatar. Parecía todo normal, salvo que "Burrito" ya jugaba para los bolivianos, por pedido de Evo. Una vez combinaron pases y articularon una pared, ya que a los 10 minutos el crack de River se calzó nuevamente la "celeste y blanca".
El empate se encaminaba como resultado puesto, pero la gran cantidad de cambios en la Argentina desequilibró su estructura. Así llegó el gol de David Miranda, con un soberbio remate que "Chavo" vio pasar por falta de reacción (su estado físico habría sido determinante).
Inmediatamente el árbitro marcó el centro, recibió quejas y expulsó a Iván Castillo. El mediocampista se encaminó al vestuario, pero al llegar al área se entreveró en la jugada y continuó jugando hasta el final. Antes, Peteco había demorado unos tres minutos en salir. No quería saber nada de ir al banco. Mientras, el "Bocha" daba instrucciones y verificaba los cambios.
A los 25? todos creían que se terminaría el partido, pero no fue así. Siguieron 10? más entre avances argentinos y contragolpes bolivianos, hasta que la voz del estadio casi obligó al árbitro a la pitada final. Dos minutos antes, le habían anulado el empate a Alfredo Graciani, por un dudoso offside.
Las 6.000 personas que habían esperado pacientemente la llegada de Morales (el cotejo comenzó con más de dos horas de atraso), aplaudieron a los rivales, en especial a Ortega y a Evo, que huyeron de la cancha en medio de un enjambre de policías. La prensa nacional e internacional también fue protagonista. Más de 200 periodistas invadieron el campo y le dieron mucho trabajo a los policías, al caer la noche.

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