Producción de granos: “una menor rotación degrada al suelo”

Producción de granos: “una menor rotación degrada al suelo”

Presentaron un balance sobre el impacto de la fertilización en el maíz.

05 Octubre 2019

El ingeniero agrónomo Gonzalo Robledo, de la Sección Suelos y Nutrición Vegetal, expuso sobre las experiencias de fertilización en el cultivo de maíz y brindó recomendaciones.

En Tucumán, la superficie destinada a la producción de granos durante la campaña pasada fue de 272.700 ha, aproximadamente, de las cuales, el 34% fueron ocupadas por maíz. Este bajo porcentaje de rotación, la utilización de híbridos de maíz de mayor potencial y la insuficiente reposición de nutrientes, por los productores, han provocado la degradación física, química y biológica de los suelos de nuestra región productora. La degradación química se traduce en importantes pérdidas de materia orgánica (MO), nitrógeno (N) y fósforo (P).

La necesidad de nutrientes por parte del cultivo de maíz es, aproximadamente, de 20 kg/ha de “N” y 8 kg/ha de P2O5, por cada tonelada de grano producido, lo que significa que, para producir 6.000 kg/ha de granos, se necesitan 120 kg/ha de “N” y 45 kg/ha de P2O5. Estas necesidades deben ser cubiertas por el aporte (parcial) que hace el suelo y por el agregado de fertilizantes.

Con respecto al Nitrógeno (N), la dosis recomendada depende del contenido de MO de los suelos y los rendimientos esperados por el cultivo. En nuestras condiciones, un suelo que contiene 2% de MO puede aportar al cultivo unos 70 kg/ha de “N”. Significa que, para un maíz de 6 ton/ha, se debería fertilizar con 50 kg/ha de “N” (equivalente a 100 kg/ha de urea, aproximadamente. Esta fertilización se recomienda realizarla hasta seis hojas verdaderas (V6), momento en el cual la gramínea presenta la mayor demanda de “N”. Se considera de gran importancia dividir la dosis para aumentar la eficiencia de los fertilizantes nitrogenados: 30% a la siembra y el resto hasta V6. Con respeto al uso de diferentes fuentes, durante esta campaña no hubo diferencias entre el uso de la urea y el nitrato de amonio calcáreo.

El cultivo antecesor también es muy importante a la hora de definir la dosis de fertilización. Ensayos llevados a cabo por la Sección Suelos y Nutrición Vegetal demuestran el aporte nutricional que realizan los distintos “cultivos de servicios” (CS) al sistema de producción de granos. De esta manera, la implantación de una leguminosa como CS, durante el invierno, aporta al sistema entre 20-22 kg/ha de “N” orgánico, por cada tonelada de materia seca producida, por lo cual se puede disminuir la dosis tradicional del fertilizante mineral.

Para el caso del Fósforo, el valor crítico en el suelo por debajo del cual el cultivo tiene mayores probabilidades de responder a la fertilización fosfatada es de 13 ppm. En este sentido, una dosis recomendable para una producción de 6 tn/ha, sería de 45 kg/ha de P2O5 (unos 100 kg/ha de superfosfato triple de calcio). Esta dosis recomendada es solo considerando la extracción por el cultivo durante ese año, y no aumentarían los valores de “P” en el suelo. Si se pretende, además de reponer lo que extrae el cultivo durante una campaña, aumentar el valor de “P” cuando éste se encuentra por debajo del valor crítico, se debería agregar a la dosis anterior unos 15 kg/ha de P2O5, por cada ppm que se quiera incrementar.

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