26 Noviembre 2018
La suspensión con tintes perentorios que a fines del año pasado decretó la Unión Argentina de Rugby sobre el Campeonato Argentino de Mayores fue un duro golpe para Tucumán, acaso la provincia que mayor cariño guarda por el tradicional torneo de Uniones. Sin competencia oficial a la vista -se habló de un posible torneo entre selecciones del Interior como reemplazo, sin que se llegara a nada concreto- la única forma de darle vida a la “Naranja” era a través de la organización de algún amistoso internacional como los que se hicieron hasta mediados de la década pasada.
Por supuesto, desde entonces el panorama ha cambiado bastante en términos de asistencia de público. Es una tendencia general, que se siente también en el rugby de clubes (salvo en las fases finales), pero que se advertía con mayor profundidad en los partidos del seleccionado. Por incómoda que suene, la verdad es una sola: pese al amor que Tucumán profesa por el Argentino y la indignación que le produce su desaparición, lo cierto es que en los últimos años, a la “Naranja” no iba a verla casi nadie. Ni siquiera con entrada libre y gratuita el año pasado se logró recuperar el interés por un torneo al que la UAR hacía tiempo que le había soltado la mano.
ESPECTÁCULO. Tucumán y Brasil jugaron un gran partido. La “Naranja” tendría dos amistosos planeados para 2019. la gaceta / foto de hector peralta
Sin embargo, la experiencia del amistoso entre Argentina XV y Toulon el año pasado -que prácticamente llenó la cancha de Lawn Tennis- había dado muestras de que, si se gestiona un espectáculo de nivel, la gente viene sola. Y por eso es que el “experimento Brasil” puede ser calificado de exitoso. Porque a pesar de ser un mero amistoso y de tratarse de un rival sin grandes pergaminos, su status de seleccionado nacional alcanzó para atraer a un más que interesante marco de público, finalmente recompensado con un espectáculo de buen nivel. Los brasileños demostraron que le van agarrando la mano al juego y los tucumanos dejaron en claro que, más allá del desgaste con el que llegan a esta altura del año, el amor por la “Naranja” sigue intacto.
Será cuestión de aprovechar el guiño que le hizo el gobernador Juan Manzur a la URT al prometerle que apoyará económicamente este tipo de eventos siempre y cuando se elabore una agenda. Este puede ser el punto de partida.
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