Cartas de lectores
26 Septiembre 2018

> PARO DE LA CGT (I)

Siempre opiné que toda medida de protesta de un gremio, sindicato o CGT, son válidas siempre que se respeten los derechos de los ciudadanos. Uno de esos derechos es poder trabajar si es su voluntad. Tengo más de 30 años trabajando en el Estado, específicamente en el Siprosa (Sistema Provincial de Salud). Es la primera vez que veo y escucho que, garantizando la atención de las guardias, los hospitales “no atenderían”. Es más, un directivo me dijo que de una oficina del Siprosa le dijeron que no iban a trabajar en los hospitales. Esto es un grave error que confunde a la gente. Me atrevo a decir que todos, tucumanos y argentinos en general, estamos preocupadísimos por la situación del país. Pero cada uno es dueño de reaccionar como quiera, o pueda. Y no está bien que el Estado les quite ese derecho. Uno, que tiene años en estas situaciones, sabe que puede ir y trabajar si así lo considera. Pero a la gente más joven hay que permitirle tomar sus decisiones. Tomar medidas coercitivas, diciendo que es inseguro ir a trabajar, no es ninguna solución. Todos queremos un pueblo que piense y decida por sí mismo.

Nélida Cristina Salve

> PARO DE LA CGT (II)

Nuevamente se le impuso la fuerza, la violencia al que quiere trabajar. Los sindicalistas, con cortes de rutas y amenazas de despido, forzaron a gran parte de los trabajadores a tomarse el día de descanso, sin respetar la libertad de sus decisiones. Obviamente, a esta gente qué le vamos a hablar de esfuerzos en la mala, de ponerle el pecho en la desgracia a la patria para sacarla adelante, y de estoicismo (¡no conocen siquiera el significado de esta palabra!). Siempre vivieron como bacanes y poco y nada saben de sacrificio, trabajo y responsabilidad. Total, a ellos, a los “defensores de los trabajadores”, no les falta nada, tienen demasiado gorda la panza y la billetera, y les sobran palabras intimidatorias y engañosas.

Daniel E. Chávez

> VECINOS DESAPRENSIVOS

Quiero advertir al Intendente de la “ciudad del limón” (Tafí Viejo), que este hermoso pero vapuleado municipio parece encaminarse a convertirse en “Macondo”, el vale todo. Digo esto pues observo con tristeza cómo muchos engrosan sus arcas en detrimento de nuestra sociedad; caminar por las veredas en Tafí Viejo constituye hoy un desafío; es arriesgarse a que postes de distintas empresas caigan sobre nuestra integridad física, por el estado de abandono en que se encuentran, mientras dichas empresas recaudan suculentas sumas. Desde este medio frecuentemente se alerta sobre esta situación. Observamos cómo vecinos desaprensivos invaden la vía pública con sus lavaderos clandestinos, que son frecuentados por muchos funcionarios de nuestra ciudad. A esto debemos sumarle los negocios que se apropian de las veredas, obligando al peatón a bajar a la calle para poder circular, todo esto con el peligro que ello implica. Es decir, engrosan sus bolsillos en detrimento de su prójimo. Otra práctica muy de moda es depositar los escombros de sus mejoras edilicias en la cinta asfáltica o en alguna esquina, impidiendo la libre circulación. Es decir, una vez más, todo atentando contra las normas de convivencia urbana, en detrimento del buen vivir. Ruego a las autoridades que tomen cartas en el asunto de manera urgente, antes de que esta hermosa ciudad deje de serlo. Acepto que hoy la situación es difícil, pero debemos recordar: “mis derechos terminan donde comienzan los derechos de los demás”.

Marcelo Maza

Constitución 1.600
 - Tafí Viejo

> SALARIO Y CLÁUSULA GATILLO

Un docente, para no ser pobre, necesita un ingreso de $ 20.868,93, según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec)” (LA GACETA). Para no ser indigente debe contar con 
$ 8.347,57, durante agosto. Paralelamente, hace unos días, la fuente mencionada informaba que “los docentes tucumanos tienen un salario que supera el promedio nacional”. Daba un ejemplo: un maestro de grado en esta provincia llega a un sueldo bruto de 
$ 18.690, ligeramente por encima de los $ 18.524 que arroja el promedio de los 24 distritos del país. La docencia, del país y de la provincia, con Macri y Manzur, es pobre. Con un agravante: ese valor se dará a fin de mes, cuando los docentes cobren la última cuota del convenio salarial firmado en marzo, y corresponde al cargo testigo de maestro de grado” (ATEP). En este cuadro, entre los trabajadores, se está hablando de la llamada “cláusula gatillo” establecida para septiembre (a cobrar en octubre) y diciembre. Hay cautela y preocupación. ¿Razones? Dos indicadores de inflación. El Indec, por un lado, y la Dirección de Estadísticas de la Provincia, por el otro, fijaron la inflación de julio en 3,1% y 3,8%, con acumulados de 19,6% y 22,8%, respectivamente. Ninguna de las dos se ajusta a la realidad. El año pasado, frente a un acuerdo del 19% y de una inflación del 24%, se pagó en diciembre 2,5% y en enero 2,5%. El propio gobernador rememoró la historia. Cuando sancionó el Presupuesto General de la Provincia para 2018, el dólar rondaba los $ 16 y la inflación prevista era del 15%. “En aquel momento, habíamos acordado un 17% a pagar en etapas. Después de lo que pasó en Argentina, con un dólar que supera los $ 38, una inflación que el Gobierno nacional proyecta en 42%, las tasas interés de las Lebac al 60% y las tarjetas de créditos que también han seguido la inflación, se alteró todo”. La primera, del 8%, se efectivizó con los haberes de marzo. La segunda, del 9%, se realizará con los haberes de septiembre. Además, se estableció una suma fija de $ 2.500 ($ 1.100 en marzo, y $ 1.400 en septiembre). Caben interrogantes: ¿qué están esperando los dirigentes del Frente Gremial Docente para luchar por la reapertura de las negociaciones salariales? El salario, sólo con la devaluación, ha perdido el equivalente a una semana. Un congreso provincial de delegados escolares, en el Club Caja Popular, es perentorio. El salario equivalente al costo de la canasta familiar y su indexación automática es uno los temas a debatir, considerar y votar.

Pedro Pablo Verasaluse

> INFLACIÓN Y MORAL

Se ha observado que la inflación pasó a quitarle mérito a la moral y a dominar todas las variables de nuestra economía, afectando el consumo, la inversión y el ahorro, hasta conformar el fenómeno de la hiperinflación, donde no funciona el mecanismo de los precios ni las leyes específicas de la ciencia económica, que ha llegado a elaborar diversas teorías básicas del proceso, insertas parcialmente dentro de nuestro espectro económico. Entre esas teorías está la Inflación por Demanda, o desequilibro causado por el exceso de dinero circulante, que luego Keynes modificó afirmando que la inflación surge por exceso de la demanda agregada y por encima del pleno empleo; la Inflación por Costo, producida por la suba de los salarios competitivos o colusorios; la Inflación por Sobreprecio, descripta como una espiral ascendente de precios y salarios, y la Inflación Híbrida -entre otras- siendo los casos más frecuentes los producidos por el exceso de gasto público financiado con dinero nuevo, y por el descontrol de la caída de la oferta de ciertos productos básicos de consumo. Pero lo que ahora nos debe interesar es curar este flagelo en el plano nacional, adoptándose medidas básicas que tiendan al incremento progresivo de la producción, al saneamiento del sistema monetario, al reordenamiento del comercio exterior, y a la eliminación de la especulación de los oferentes. Esto se logrará mediante la implementación de una auténtica moral basada en la justicia, donde el hombre considere que la riqueza es un medio y no un fin, y no sea tanto grande como bien distribuida.

Pablo Y. Condrac

Avenida Soldati 728
San Miguel de Tucumán

> DESDE LA TIBIEZA A LA PASIÓN

Hace ya muchas décadas que los argentinos hemos venido degradando los vínculos que nos caben de lo que somos, desde nuestras tibiezas hacia un estado de superación, desde todos los puntos de vista invalorables: una cosa es lo que el Estado o las corrientes sociales e intelectuales podrían hacer por nosotros, y otra cosa es lo que cada uno de nosotros tenemos la obligación de hacer por nosotros mismos. Es la hora de reivindicar todo lo que haga a enseñanzas y a lo cultural. Escuelas cerradas no sirven, maestros que en octubre no podrán lograr salarios dignos es una aberración. Tenemos en nuestro pasado ejemplos y referentes de vida; sean estos fuentes de inspiración, coraje y voluntad, para romper las ominosas asimetrías, las que hoy sentencian nuestras vidas. Demasiado hemos sido vapuleados, manoseados, marginados por los grandes capitales, conglomerados o grupos de inescrupulosos traficantes de dinero, los que han encontrado en nuestro país condiciones generadas desde nuestros propios gobiernos. Es obligación promulgar leyes que pongan límites a estos traficantes de capitales, los que una vez que hacen sus diferencias, y sin que nadie los toque o pueda hacer nada, se llevan capitales e intereses hacia otros lares. Las marchas de protestas de todos los días son las que el Gobierno no quiere ver, sumido en incapacidades, terquedades que no cesan, más explicaciones que no explican nada. El Gobierno debe aprender y poner en dinámica, a saber: escuchar las demandas del pueblo; aunar fuerzas y tendencias políticas, en función de un solo bien común, nuestro país, la Argentina. Debe, el Estado, sincerar todo lo que haga a nuestras deudas externas y cuánto pagamos de intereses por año; a cuánto asciende la deuda interna; generar un gran pacto social entre empresarios, políticos, gremios y el Estado nacional; arbitrar medidas tendientes a recuperar el poder adquisitivo, hoy en escandalosos y groseros déficits; pautas para equilibrar el dólar; e impedir que el FMI tenga una mayor intromisión en las políticas socioeconómicas de la Argentina, entre varios otros requisitos. El foco debe estar puesto en menores impuestos, para que sobre todo las PyME no deban desactivarse, tomando en cuenta que en este sector se han desactivado casi 20.000 fuentes de trabajo. En el año 2001, cuando Lavagna asumió el Ministerio de Economía, en 8 a 10 meses y en función de las medidas tomadas se comenzaron a sentir los primeros cambios positivos. Es un deber del Estado ponerles límites a las importaciones, para aliviar a las distintas fábricas o empresas que no pueden competir por los menores precios de esos países, que pagan muy poco por mano de obra. Para aliviar las presiones económicas de los argentinos, generar nuevos trabajos y no seguir echando a miles de trabajadores todos los días. El Gobierno de Mauricio Macri deberá efectuar cambios profundos, radicales y sustantivos en sus políticas y estrategias de Gobierno. De no ser así, nada nos impide suponer que puedan producirse desbordes compulsivos.

Héctor Leonardo Bravo

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