Por Gustavo Rodríguez
25 Septiembre 2018
EN PLENO TRABAJO. Jóvenes de Los Vázquez realizan los moldes para confeccionar prendas de vestir.
“Nos dimos cuenta que con esta iniciativa le estamos dando un proyecto de futuro a gente que sólo sabe de problemas y necesidades”, aseguró Carolina López Flores, titular de la Secretaría de Extensión y Cultura de la Universidad de San Pablo T, que apoya una serie de talleres productivos para que los habitantes de Los Vázquez tengan una alternativa laboral.
En su edición de ayer, LA GACETA publicó la historia de Norma, una mujer que es contratada por un transa para que comercialice droga durante los fines de semana únicamente. Ese es uno de los nuevos casos, ya que desde hace varios años que los vendedores de drogas contratan a gente para que lo acompañen en sus negocios.
“Lo más grave es que por la pobreza que hay en los barrios, el trabajo que ofrecen los transas ya está legitimado entre sus habitantes”, explicó Emilio Mustafá, psicólogo social que conoce muy de cerca lo que sucede en los barrios.
“La situación de abandono de las personas que viven en los barrios de la periferia es alarmante. No dejamos de sorprendernos por las historia de vida de esa gente. Creo que son muy pocos los que realmente entienden lo que está sucediendo allí”, agregó la representante de la universidad de San Pablo T. “Pensamos varias alternativas y no nos equivocamos a la hora de elegir que la personas con las que estamos colaborando necesitan herramientas para tener un proyecto de vida”, agregó.
Todo comenzó cuando representantes de esa casa de estudios se reunieron con Mustafá, que realiza tareas de contención en los diferentes barrios del Gran San Miguel de Tucumán para la Secretaría de dicciones. Se mostraron interesados por la tarea que desarrollan en el Merendero “Con ganas nos fortalecemos”, en Los Vázquez.
El primer encuentro fue sobre chacinados. “Ellos aprendieron de todo. Desde la elección de los animales, pasando por los cuidados sanitarios y la elaboración. Al principio pensaron que era para su propia dieta, pero después se dieron cuenta que lo podrían utilizar para hacer un microemprendimiento”, explicó López Flores.
Esa fue experiencia entusiasmó a todos. El segundo paso fue invitar a jóvenes a un curso de programación dictado por dos especialistas chilenos que visitaron la provincia. “No sólo les fue bien y participaron activamente, sino que se eligieron a talentos para que continúen con esta actividad. Los visitantes quedaron sorprendidos por el nivel que mostraron los chicos durante el encuentro”, aseguró.
López Flores explicó que este proyecto no se podría haber realizado sin el apoyo de los docentes y alumnos de la San Pablo T. “Todos se sumaron porque no sabían de la dura realidad que está pasando la gente de Los Vázquez y se contagiaron del entusiasmo que tienen para aprender e iniciar nuevos caminos”, destacó.
La abogada indicó que actualmente están avanzando con un taller de fabricación textil. Los primeros pasos lo están y su intención es crear la marca Los Vázquez. “Estamos muy esperanzados con los resultados que se puedan conseguir. Ya comenzaron a cortar los primeros moldes. Un vecino, que trabaja de mozo, pidió que se le confeccione varios delantales para venderlos en el lugar donde trabajan. Eso es lo que buscamos: devolverle las esperanzas a que se puede tener un proyecto de vida”, concluyó.
En otros barrios los transas ofrecen cinco tipos de puestos de trabajo
1- Transporte
Los proveedores de cocaína de la frontera, por el incremento de control de las fuerzas nacionales, ya no quieren trasladar la droga. Los pocos que lo hacen, según confiaron fuentes judiciales, incrementan el valor del kilo hasta unos U$S500 (casi $20.000). Por ese motivo, los transas terminan reclutando a vecinos necesitados para que la trasladen. Les pagan hasta $12.000 por viaje, sin importar el total de la carga.
2- Los vendedores
Un transa puede pagar entre $16.000 y $18.000 mensuales a las personas que transforman sus hogares en quioscos de venta de drogas. No pagan comisiones por nivel de venta, de acuerdo a lo informado por personal que investigan la comercialización de sustancias en los barrios del Gran San Miguel de Tucumán.
3- Nueva alternativa
En las últimas semanas se conocieron nuevas alternativas para la comercialización de drogas. Los jefes de las redes de narcomenudeo buscan a personas necesitadas para que comercialicen de manera temporaria (normalmente son los fines de semana) la sustancia. De acuerdo al testimonio de una mujer, recibirían hasta $3.500 para realizar esta tarea. En todos los casos, los transas les prometen asistencia legal si llegan a ser descubiertas realizando esta actividad.
4- Los soldaditos
Los vendedores de drogas tienen un sistema muy aceitado para cuidar el negocio. Recurren a jóvenes para que realicen la tarea más dura: custodiar los quioscos, cuidar que los adictos no generen incidentes, cobrar deudas y, eventualmente, trasladar las dosis a los puntos de ventas. Por su trabajo, según las investigaciones que realizaron los pesquisas de fuerzas nacionales y provinciales, reciben entre $10.000 y $15.000 mensuales.
5- Los favores
Los jefes de las bandas que se dedican al narcomenudeo prefieren no tener droga en su poder para evitar ser descubiertos. Normalmente les piden a cambio de una propina (entre $2.000 y $4.000) que les guarde la sustancia y armas de fuego. Pero también así se cobran los favores que les hacen a los habitantes a los barrios. Por ejemplo, una mujer recurre a ellos para que le compren determinado remedio. Ellos cumplen con el pedido, pero el líder la organización recurrirá a ella cuando necesite ocultar algo.
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