Despistados: suben al taxi y dejan televisores, mochilas, computadoras, teléfonos ¡y hasta una hija!

Despistados: suben al taxi y dejan televisores, mochilas, computadoras, teléfonos ¡y hasta una hija!

Un ranking reveló cuáles son los objetos que más olvidan los pasajeros en los autos de alquiler. Algunos aparecen si sobreviven a la tentación de los “apropiadores de lo ajeno”

17 Septiembre 2017

Estiró la mano en la puerta de un súper ubicado en avenida Belgrano. Ella, sobrecarcaga de bolsas, subió en el asiento trasero junto a su hija. La nena habrá tenido unos tres o cuatro años, calcula Juan Luis Salvatierra, chofer que hace más de tres décadas pilotea su taxi por las calles de la capital. Ella le pidió que la llevara hasta el barrio Padilla. Se la notaba algo agitada. Estaba apurada, según el conductor. Le dijo a la niña que se quedara quieta y dos cuadras después la chiquita -vestida con un pintorcito jardinero- se quedó dormida. Cuando arribaron a la vivienda, pagó el viaje y bajó todos los paquetes. Menos uno. ¡Chan! Se había olvidado del más importante: su hija. Apenas arrancó, el chofer vio a la mujer corriendo detrás del auto, suplicando que se detuviera.

Juan Luis no olvida esa anécdota. Tampoco aquella vez que un señor, jubilado, dejó una billetera. A la noche, al cabo de todo el recorrido, la descubrió debajo del asiento. Buscó al pasajero y la devolvió. “¡Tenía una cara de desolación, se le iluminaron los ojos al verme! Me agradeció y me dio propina”, recuerda.

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En los asientos de los taxis los despistados dejan de todo y los celulares encabezan la lista. Y también son la mayor causa de distracción, razón por la cual se ha disparado la cantidad de cosas que la gente olvida, coinciden choferes y operadoras de agencias. Computadoras portátiles, mochilas, carteras, billeteras y documentos personales figuran entre esos elementos, cuentan Susana y Elsa Medina, empleadas de Centro Taxi.

“Generalmente si el pasajero hizo el pedido del móvil por teléfono y tenemos registrada la licencia y el auto se suele devolver lo extraviado. Eso, si antes no subió otro pasajero y se llevó el objeto”, comenta Elsa. Entre los artículos más sorprendentes que se dejaron en un taxi, ella recuerda que una tarde alguien contrató un traslado desde un centro comercial, donde había comprado un televisor grande. Al llegar a destino el pasajero se bajó y olvidó el electrodoméstico en el vehículo.

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Los viajeros de larga distancia, que piden taxis en la terminal de ómnibus o para ir hasta allí, están entre los más olvidadizos, sostiene Elsa. “Se dejan el equipaje e incluso los pasajes olvidados”, resalta.

“Todos los días la gente llama diciendo que se dejó algo en el taxi. Cuanto antes se comunican, mejor, porque da tiempo al chofer a buscar el objeto y guardarlo. Hace un ratito, por ejemplo, tres obreros se olvidaron las herramientas. Hablaron inmediatamente y se las devolvimos”, especifica. Y añade que generalmente el que extravía sus cosas se enoja y suele insultar a las operadoras o al chofer, a quien acusa de ladrón desde la primera frase.

Ranking

A nivel nacional también los celulares encabezan el ranking de los objetos más olvidados, de acuerdo con la lista que elaboró una app para conseguir taxis.

Según los datos, del total de artículos reportados en la empresa “Easy Taxi”, el 68% corresponden a teléfonos móviles, 10% a documentos personales y 9% a computadoras portátiles. Las llaves y tesis de estudiantes también aparecen en ese listado. En el 80% de los casos, los artículos fueron reportados por los taxistas.

El caso que más recuerdan en esta empresa es el de una nena que se dejó olvidada su muñeca favorita, Minnie. Para ella, llamada Greta, el peluche era muy importante porque se había aferrado a él mientras estaba haciendo un tratamiento médico por una enfermedad grave. Pese a la búsqueda en redes sociales y medios de comunicación, no pudieron dar con la muñeca.

Algunas explicaciones

Los taxistas tienen algunas teorías de por qué los pasajeros están más olvidadizos que antes. “Primero porque viven conectados a sus celulares desde el primer minuto que suben. No te hablan para nada, salvo para decirte hacia dónde se dirigen”, sostiene Julio Conrado, de 58 años. Su compañero, Mario Vargas, de 49, tiene parada en la city bancaria y es abordado a diario por numerosos pasajeros. “Para muchas los taxis son como oficinas móviles. Empiezan a hablar por teléfono, sacan cosas, anotan y después algo se dejan olvidado”, resume. Agrega que en estos tiempos en que la gente vive a mil, los autos de alquiler permiten descansar un rato si el destino está a 20 minutos o media hora. “Muchos se despiertan desconcertados, bajan y al rato se dan cuenta que se olvidaron algo”, cuenta.

Desde el punto de vista psicológico, el hecho de “ser olvidadizo” es una conducta que responde a factores multicausales: la edad, la fatiga, el estrés, la dispersión (estar pendientes de muchas cosas a la vez) y los muchísimos estímulos que nos distraen hoy: los ruidos, el tránsito, el ir escuchando música mientras caminamos, estar pendientes del celular, enumera el psicólogo Arturo Gómez López. “También puede ser una conducta sintomática, que es una mezcla de factores de personalidad y situaciones conflictivas no resueltas que se expresan a través del olvido de cosas”, explica.

Despistados en el ómnibus

También los colectivos son escenarios que no perdonan a los olvidadizos. Pero allí es muy difícil recuperar allo, por la cantidad de pasajeros. Miguel Villagra, de la línea 19, sostiene que sólo un mínimo porcentaje de lo olvidado vuelve a manos de los dueños.

Objetos como celulares y billeteras no sobreviven a la tentación de los “apropiadores de lo ajeno”. O bien aquellos que consideran que no es malo adueñarse de un objeto sin nombre ni apellido, que está abandonado.

“Todos los días recibimos llamados de pasajeros que se olvidan cosas. Lo más habitual son las mochilas, carpetas, tarjetas del boleto estudiantil y celulares. Es raro que aparezcan”, comenta Villagra. “Al terminar el recorrido los choferes revisan el colectivo. Algunas veces encuentran algo, pero son casos muy aislados”, cuenta Villagra. Y relata, orgulloso, una vez que una mujer dejó la cartera y una Biblia en la cual había guardado su sueldo de jubilada. El conductor la encontró, buscó la dirección y fue en su auto a devolverle todo. No aceptó recompensa. Entonces, ella envió a la empresa un paquete con un regalo para él. Son hechos que sorprenden, y que de ocurrir todos los días serían la regla y no la excepción.

Siempre aparecen entre los reclamos de los objetos perdidos, pero difícilmente se recuperan. La estadística así lo demuestra: en Argentina se roban unos 175 celulares por hora y unos 4.195 por día. Casi todos van a parar al mercado negro.


historias y respuestas
1) “Hay que devolver lo que no es de uno, aunque sean $10”
“Salí de casa recién y acabo de encontrar esta billetera con esta plata. Aparentemente de alguien que cobró... Si alguien es propietario, por favor se contacte conmigo. Obviamente dando nombre y apellido, cosa que no tengamos malos entendidos... El mundo da vuelta. Siempre existen maneras de sentirnos mejor”, escribió en su cuenta de Facebook Rody Bravo, un productor radial de Aguilares, que la semana pasada halló un monedero con $ 3.000 cuando se dirigía a trabajar.
La publicación comenzó a circular y después de un rato apareció el dueño. “Estaba muy emocionado. Obvio, no es lo normal que alguien te devuelva lo que perdiste, menos si se trata de dinero. Debemos aprovechar que tenemos las redes sociales; son una excelente herramienta para encontrar gente. Empecemos nosotros, cada uno, a tener buenas actitudes. Todos alguna vez hemos perdido algo y nos hemos lamentado. Creo que la gente debe actuar en cadena; para tener un país mejor debemos arrancar por nosotros mismos; es la única manera de que todo empiece a cambiar. Y, aparte, una manera de sentirte bien. Hay que devolver lo que no es de uno, aunque sean $10”, advirtió Bravo, de 35 años.
2) Una página en Facebook para buscar ayuda
“Objetos perdidos Tucumán” es una página de Facebook creada por Gonzalo Juárez, un tucumano de 21 años que es estudiante y trabaja como radioperador de emergencias. Hace varios años perdió su celular y nunca lo encontró. Pensando en todos los objetos que la gente extravía a diario y en lo útil que puede ser al respecto una red social decidió armar esta fan page. “Lo ideal sería que todos devuelvan lo que encuentran, pero no es así. Pero hay muchas personas que sí lo hacen”, cuenta Gonzalo. En la página, queda en claro cuáles son los objetos que los tucumanos encuentran y están decididos a devolver: documentos y llaves. Los pedidos de ayuda de las personas que extravían artículos son de los más variados: carpetas, mochilas, maletines, documentos, billeteras, osos y muñecas.
3) ¿Dónde ir si encuentro un objeto perdido?
Quien encuentra un objeto en la vía pública tucumana, ¿tiene dónde dejarlo? Sí. De acuerdo con una ley sancionada en 2012, en la Defensoría del Pueblo (Balcarce 64). Si bien no existe una oficina dedicada a esta tarea, la institución recibe los artículos extraviados. De hecho, hay un registro en el que queda asentado cada vez que un vecino devuelve algo que encontró y si fue posible hallar al dueño. Hasta ahora no se han devuelto muchos objetos y en la mayoría de los casos fueron DNI, informó la Defensoría.
Antes de la sanción de esta ley la Policía tenía una división que recibía los objetos extraviados. Pero muy pocas personas los llevaban, de modo que se cerró en 2010. “Justamente, la ley que propuso la creación de la oficina en la Defensoría del Pueblo tenía la finalidad de evitar que la gente debiera ir a una comisaría, con el temor que eso despierta, por ejemplo de que lo involucren con un robo o algo así. Queríamos que esto funcionara en un ámbito amigable, para que las personas se animen a devolver las cosas perdidas”, expresó el autor de la iniciativa, Ariel García.
4) Devolver o no devolver, una cuestión de valores y algo más...
“Resulta evidente que la conciencia moral colectiva está devaluada. El valor de la palabra está devaluado; la confiabilidad y la credibilidad están devaluadas. Quien se da cuenta de que olvidó algo piensa “ya no debe estar” o “seguro que lo robaron”. Sobran hechos de la vida cotidiana que afirman y refuerzan este supuesto”, evalúa el psicólogo Arturo Gómez López.
“El factor individual debe ser tenido en cuenta. Sin lugar a dudas que hay gente honesta, con valores, empática y sensible, que cuando encuentra un objeto extraviado busca la manera de hallar a su dueño. Hay muchísimas maneras de buscar y encontrar gente. La educación recibida es también es fundamental. Se trata de educar en valores, de aprender a hacerse cargo y a pensar el posible impacto de mis conductas y omisiones en la vida del otro; de tomar conciencia de que a mí me encantaría que me devuelvan lo que pierdo. Entonces... ¿por qué no hacerlo yo?”, plantea.
Según su punto de vista, recompensar a quien devuelve un objeto tiene que ver con que ya no se supone que esa conducta sea “lo normal”, y baste con recibir un muchas gracias y un abrazo. “Es tan raro que merece ser pagado y publicado”, señala.
5) ¿Tengo que devolver o no? ¿Qué dice la ley?
El artículo 1.955 del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación establece: “el que encuentra una cosa perdida no está obligado a tomarla, pero si lo hace asume las obligaciones del depositario a título oneroso. Debe restituirla inmediatamente a quien tenga derecho a reclamarla, y si no lo individualiza, debe entregarla a la Policía del lugar del hallazgo, la que debe dar intervención al juez”.


Historias y respuestas

1) “Hay que devolver lo que no es de uno, aunque sean $10”
“Salí de casa recién y acabo de encontrar esta billetera con esta plata. Aparentemente de alguien que cobró... Si alguien es propietario, por favor se contacte conmigo. Obviamente dando nombre y apellido, cosa que no tengamos malos entendidos... El mundo da vuelta. Siempre existen maneras de sentirnos mejor”, escribió en su cuenta de Facebook Rody Bravo, un productor radial de Aguilares, que la semana pasada halló un monedero con $ 3.000 cuando se dirigía a trabajar.
La publicación comenzó a circular y después de un rato apareció el dueño. “Estaba muy emocionado. Obvio, no es lo normal que alguien te devuelva lo que perdiste, menos si se trata de dinero. Debemos aprovechar que tenemos las redes sociales; son una excelente herramienta para encontrar gente. Empecemos nosotros, cada uno, a tener buenas actitudes. Todos alguna vez hemos perdido algo y nos hemos lamentado. Creo que la gente debe actuar en cadena; para tener un país mejor debemos arrancar por nosotros mismos; es la única manera de que todo empiece a cambiar. Y, aparte, una manera de sentirte bien. Hay que devolver lo que no es de uno, aunque sean $10”, advirtió Bravo, de 35 años.

2) Una página en Facebook para buscar ayuda
“Objetos perdidos Tucumán” es una página de Facebook creada por Gonzalo Juárez, un tucumano de 21 años que es estudiante y trabaja como radioperador de emergencias. Hace varios años perdió su celular y nunca lo encontró. Pensando en todos los objetos que la gente extravía a diario y en lo útil que puede ser al respecto una red social decidió armar esta fan page. “Lo ideal sería que todos devuelvan lo que encuentran, pero no es así. Pero hay muchas personas que sí lo hacen”, cuenta Gonzalo. En la página, queda en claro cuáles son los objetos que los tucumanos encuentran y están decididos a devolver: documentos y llaves. Los pedidos de ayuda de las personas que extravían artículos son de los más variados: carpetas, mochilas, maletines, documentos, billeteras, osos y muñecas.

3) ¿Dónde ir si encuentro un objeto perdido?
Quien encuentra un objeto en la vía pública tucumana, ¿tiene dónde dejarlo? Sí. De acuerdo con una ley sancionada en 2012, en la Defensoría del Pueblo (Balcarce 64). Si bien no existe una oficina dedicada a esta tarea, la institución recibe los artículos extraviados. De hecho, hay un registro en el que queda asentado cada vez que un vecino devuelve algo que encontró y si fue posible hallar al dueño. Hasta ahora no se han devuelto muchos objetos y en la mayoría de los casos fueron DNI, informó la Defensoría.
Antes de la sanción de esta ley la Policía tenía una división que recibía los objetos extraviados. Pero muy pocas personas los llevaban, de modo que se cerró en 2010. “Justamente, la ley que propuso la creación de la oficina en la Defensoría del Pueblo tenía la finalidad de evitar que la gente debiera ir a una comisaría, con el temor que eso despierta, por ejemplo de que lo involucren con un robo o algo así. Queríamos que esto funcionara en un ámbito amigable, para que las personas se animen a devolver las cosas perdidas”, expresó el autor de la iniciativa, Ariel García.

4) Devolver o no devolver, una cuestión de valores y algo más...
“Resulta evidente que la conciencia moral colectiva está devaluada. El valor de la palabra está devaluado; la confiabilidad y la credibilidad están devaluadas. Quien se da cuenta de que olvidó algo piensa “ya no debe estar” o “seguro que lo robaron”. Sobran hechos de la vida cotidiana que afirman y refuerzan este supuesto”, evalúa el psicólogo Arturo Gómez López.
“El factor individual debe ser tenido en cuenta. Sin lugar a dudas que hay gente honesta, con valores, empática y sensible, que cuando encuentra un objeto extraviado busca la manera de hallar a su dueño. Hay muchísimas maneras de buscar y encontrar gente. La educación recibida es también es fundamental. Se trata de educar en valores, de aprender a hacerse cargo y a pensar el posible impacto de mis conductas y omisiones en la vida del otro; de tomar conciencia de que a mí me encantaría que me devuelvan lo que pierdo. Entonces... ¿por qué no hacerlo yo?”, plantea.
Según su punto de vista, recompensar a quien devuelve un objeto tiene que ver con que ya no se supone que esa conducta sea “lo normal”, y baste con recibir un muchas gracias y un abrazo. “Es tan raro que merece ser pagado y publicado”, señala.

5) ¿Tengo que devolver o no? ¿Qué dice la ley?
El artículo 1.955 del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación establece: “el que encuentra una cosa perdida no está obligado a tomarla, pero si lo hace asume las obligaciones del depositario a título oneroso. Debe restituirla inmediatamente a quien tenga derecho a reclamarla, y si no lo individualiza, debe entregarla a la Policía del lugar del hallazgo, la que debe dar intervención al juez”.

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