Riesgos del doble juego

Riesgos del doble juego

Furibunda cesantía de un magistrado, en 1843.

JUAN PABLO FIGUEROA. El presidente del Tribunal de Alzadas de Tucumán, en un retrato de Amadeo Gras. JUAN PABLO FIGUEROA. El presidente del Tribunal de Alzadas de Tucumán, en un retrato de Amadeo Gras.

Derrotada la Liga del Norte contra Rosas en la batalla de Famaillá (1841), el gobernador Celedonio Gutiérrez embargó los bienes de los “salvajes unitarios”, por medio de una “Comisión Clasificadora”. En esos momentos, presidía el Tribunal de Alzadas el abogado Juan Pablo Figueroa. Al parecer, este se declaraba públicamente “federal”, pero no quería quedar mal con los “unitarios”. El doble juego le valió la cesantía. La ordenó la Sala de Representantes el 12 de noviembre de 1843, con furibundos considerandos.

Además de recordar que fue diputado durante el pronunciamiento contra Rosas (1840), la Sala decía que cuando Gutiérrez, “por informes cuya inexactitud comprobó luego”, lo nombró en la Comisión Clasificadora, se negó tenazmente, aceptando luego sólo “para que no lo sospecharan de salvaje”. Pero después anduvo “dando satisfacciones” a las familias de los embargados, “diciendo que él se había opuesto, que era obra de otros y no suya, etc, etc”.

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Además, que cuando Gutiérrez mandó a un dependiente a arrodillarse frente al retrato de Rosas que estaba en la plaza, “por haberse atrevido a ajar el nombre respetable de este Eminente Magistrado y Grande Americano”, Figueroa tuvo “la insolencia” de criticar esa medida. Consideraba asimismo que, en agosto y septiembre último, había intrigado para distanciar a Gutiérrez del jefe de la División de San Juan, Nazario Benavidez. Y finalmente que, sorprendiendo “el candor y poca práctica” del gobernador delegado, logró que le dieran un pasaporte para irse. Por todo eso, lo declaraba “cesante del Tribunal y fuera de la ley”.

La medida movió al doctor Figueroa a limitar su fidelidad sólo a Rosas, en adelante. Se radicó en Salta. Fue ministro de los gobernadores rosistas José María Iturbe, de Jujuy, y Manuel Antonio Saravia, de Salta. Luego se retiró a la vida privada, aunque en 1861 fue brevemente ministro del gobernador salteño José María Todd.

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