Buscando un símbolo de paz

Buscando un símbolo de paz

Tucumán se adelantó a la celebración del Día Mundial del Yoga. Ayer se realizó una práctica colectiva en la plaza San Martín. Música y ritual.

21 Junio 2017

Un torneo enardecido de salto a la piola entre dos nenas se mezcla con un grupo de 15 jóvenes que hacen entrenamiento funcional en la plaza San Martín. Morita, una perra pila, ya lleva varios kilómetros corridos detrás de una rama que le arroja una y otra vez su dueño. Una infinidad de nenes y de nenas comparten la tarde de sol en sus bicicletas con rueditas y los solitarios se olvidan del mundo leyendo un libro, apoyados en el tronco de un árbol. Y, como un agujero negro en medio del barullo, se escucha el “ommmm” conjunto de un grupo de aficionados al yoga que se ha reunido para celebrar por anticipado el Día Mundial de esa disciplina oriental.

Parece imposible que puedan practicar el yoga, que se apoya en la relajación y la respiración consciente, sumergidos en el ruido de una plaza en feriado. Pero se puede. Y cuando los que se suman logran abstraerse del entorno, consiguen que el único sonido que se escuche sea el de sus mantras. “Porque eso es lo que busca el yoga: llegar a un vacío, no importa todo lo que esté pasando alrededor. Logramos aquietar el cuerpo y la mente, convertirnos en un templo, y todo lo que está alrededor desaparece”, le explica el maestro Ángel Singh a LA GACETA.

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El centro de yoga de Singh fue el organizador de la actividad de ayer, que aprovechó el feriado para adelantarse al Día Mundial del Yoga, que se celebra hoy. “Es un día promovido por el primer ministro indio, Narendra Modi, para difundir en todo el mundo los beneficios de esta práctica”, explicó el yogui. La fecha elegida coincide con la llegada del verano en India y con el día más largo del año allí, el 21 de junio, lo que habla de la relación entre el yoga y la luz.

Destruir y crear

El encuentro en la plaza comenzó con un largo silencio y respiraciones conscientes para lograr la conexión entre el cuerpo y la mente. Luego siguieron los cantos de mantras; el más movilizador fue “Om namah shivaya” (traducido “¡om! reverencias a Shivá” -una diosa hindú-). “Es un mantra muy poderoso, que tiene la capacidad de destruir para volver a crear.”, explicó Singh. Y, verdaderamente, era necesario derribar todo el bullicio de la plaza más grande de barrio Sur para poder conectar con el yoga.

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Los mantras fueron acompañados por el sonido hipnótico del armonio de Ana Levy. Ella dejó su vida como comerciante hace 25 años para dedicarse de lleno a esta disciplina, que ahora enseña y difunde. No son pocos los que encuentran en el yoga un cambio necesario en sus vidas, que pareciera acelerarse y distorsionarse cada día más. “Estamos viendo mucha gente joven que se acerca. La mayoría de los que practican tienen entre 20 y 30 años y luego hay un salto hacia los 50 y 70 -explica Levy-. La gente está reclamando una transformación, necesita paz interior, y el yoga ayuda a comprender que el cambio comienza por uno, que no hay que esperar que todo cambie alrededor. Por eso es tan bueno hacerlo en lugares públicos y abiertos: nada nos molesta y no molestamos a nadie”.


> El cuerpo es la puerta de entrada a la espiritualidad

Hay una infinidad de formas y razones para acercarse al yoga, de probar de qué se trata. Hay quienes tienen una búsqueda física, otros mental y otros más espiritual. “El cuerpo es la puerta de entrada, pero no el fin en sí mismo. Es mucho más fácil aquietar el cuerpo, que es lo más burdo que tenemos, que la mente; entonces empezamos por ahí: en el esfuerzo por tener el cuerpo quieto, nos concentramos y aquietamos la mente”, explicó el maestro Ángel Singh.

A partir de ese acceso a la mente a través del cuerpo, la persona puede comenzar a profundizar más a lo espiritual, si es que esa es su búsqueda. “El yoga permite salir de la idea del cuerpo como forma. No es un trabajo físico, sino un trabajo interno, la unión del cuerpo y la mente. Si vas por esa parte te vas a encontrar con el yoga, pero si buscás la parte física, es más recomendable ir a un gimnasio”, advierte Singh.

Ana Levy llegó a esta práctica como una búsqueda de expresión. “Siempre tuve una inclinación por lo humanista, la psicología, la filosofía, la literatura, las artes en general. Pasé por todas esas formas de expresión, hasta que me encontré con el yoga. Ya hace 25 años y ahora enseño”, contó Levy, antes comerciante y ahora entregada a la práctica y enseñanza de esta disciplina.

Pero además del encuentro cuerpo-mente, ella cumplió su sueño de hacer música. Aprendió a tocar el armonio, un instrumento originariamente de Alemania pero que se usa mucho en las ceremonias hindúes. “Es muy distinta la música de la India, mucho menos matemática que la occidental, por eso es más fácil de aprender. Hay una mínima estructura, pero tiene que ver más con un proceso interno, con un fluir”, compara.

Laura Slame, en cambio, probó el yoga como manera de combatir las permanentes contracturas musculares que padecía. “No dormía bien, tenía mucho estrés. Me mejoró mucho la calidad de vida, dejé los relajantes musculares y comencé a descansar mucho -sostuvo-. Al principio, en mi caso, entré buscando un resultado físico, lo tenía dentro de las opciones como ir a un gimnasio o bailar. Pero cuando tuve la experiencia, te permite tener contacto con el silencio, como algo distinto a lo que uno está permanentemente expuesto”.

Slame se define como una persona muy mental. “Siempre he sido de razonar mucho todo, pero el yoga me hizo dar cuenta de que no todo es razón, que hay que escuchar ese instinto o esa búsqueda espiritual que cada uno tiene -reveló-. Y el hecho de dejar de sentir la mente perturbada te da espacio para tomar las decisiones de tu vida con más claridad, desde las más simples a las más complejas”.

 

EN INDIA
una multitud reunida en Ahmedabad
Desde hace cuatro días que la ciudad de Ahmedabad, la séptima más poblada de la India, vive una masiva meditación previa a la celebración del Día Mundial del Yoga. La imagen muestra a gurú Baba Ramdev al frente de una de las ceremonias. En toda la India se ha llamado a participar del Día Mundial, que coincide con el inicio del verano en ese país, por lo tanto es el día más largo del año. Las ceremonias se realizan al aire libre en ciudades y pueblos.
> EN INDIA
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Desde hace cuatro días que la ciudad de Ahmedabad, la séptima más poblada de la India, vive una masiva meditación previa a la celebración del Día Mundial del Yoga. La imagen muestra a gurú Baba Ramdev al frente de una de las ceremonias. En toda la India se ha llamado a participar del Día Mundial, que coincide con el inicio del verano en ese país, por lo tanto es el día más largo del año. Las ceremonias se realizan al aire libre en ciudades y pueblos.

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