Ana Stekelman: “el arte no cura, pero sí enferma”

Ana Stekelman: “el arte no cura, pero sí enferma”

La semana próxima se estrenará “Ensayo sobre muñecos”. Baile y danza no son sinónimos.

TRABAJO. Ana Stekelman (de anteojos) trabaja con los bailarines en una escena de “Ensayo sobre muñecos”. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA.- TRABAJO. Ana Stekelman (de anteojos) trabaja con los bailarines en una escena de “Ensayo sobre muñecos”. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA.-
30 Mayo 2017

La entrevista con Ana Stekelman es más una conversación que la rutina de preguntas y respuestas. Aunque le gusta música muy diversa, disfruta de la lectura de Henry James o Vladimir Nabokov. “Todo está haciéndose”, le repetirá a LA GACETA, una frase que suena como una reflexión teórica y filosófica.

La destacada coreógrafa argentina trabaja una obra con el Ballet Contemporáneo de la Provincia desde hace días: se trata de “Ensayo sobre muñecos”, con música de “Coppelia” y de Michael Jackson, que se estrenará la próxima semana. “El tema es el creador y su creación. Somos juguetes del tiempo, y todo está en esa intertextualidad”, comenta. El espectáculo comenzará con una película de sus primeros bailarines de Tangokinesis (Nora Robles y Pedro Calveyra), la compañía nacida en 1993 con la que ella recorrió el mundo y ganó el diploma al mérito de la Fundación Konex en 2009, en la categoría de música clásica.

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“Es fundamental que exista un ballet contemporáneo aquí y que sea disciplinado. Tenía muchas ganas de trabajar esta obra, más allá del contrato”, agrega.

- Hablemos de la danza contemporánea.

- Está sucediéndose y desde hace mucho. Estuve en 1963 en el estudio de Marta Graham, pero la placa ubicada en 1930 ya decía arte contemporáneo. Es que la danza sigue los cambios que tiene el mundo, no se aparta de ellos. Pero lo que vale es la belleza, la que también está en el feísmo.

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- ¿Cómo definir la belleza?

- Podríamos decir que donde hay emoción hay belleza y viceversa. En una coreografía los bailarines toman las ideas y el movimiento, el contenido y el continente, lo trabajan y lo hacen propio, y de ahí abren el camino.

- Con sus cuerpos...

- El cuerpo es expresión en sí mismo. El lenguaje escrito u oral es una traición, porque achica las cosas, tiende a reducirlas. El movimiento del cuerpo es el primer lenguaje y el más verdadero. Por eso se esconde mucho la danza, pero tiene que reaparecer.

- ¿Usted bailaba?

- Sí, pero abandoné por mi edad y porque asumí otros roles. Pero siempre enseñé. Luego fui directora y posteriormente coreógrafa.

- ¿Todo vale en la danza contemporánea?

- Hay que distinguir que hay una corriente que interviene en lo clásico, y otra prescinde del ballet y de sus técnicas. Todo vale si es bueno, porque en el arte importa la calidad.

- En el tango, ¿qué le interesa?

- Juan Carlos Copes, que fue quien llevó el tango al escenario, y Ástor Piazzolla porque me gusta. Otra cosa distinta es el tango for export, con el que no tengo nada que ver.

- ¿Cómo crea?

- Una obra se va haciendo dentro de uno y lleva mucho tiempo, años... Cuando madura se hace la coreografía, pero con los bailarines, con ellos se resuelve la coreografía. Hay mucho abuso de la palabra fusión; fusionar no es juntar, no es mezclar; se hace adentro de la cabeza del creador y sale. Lo que ocurrió con la salsa es un verdadero ejemplo.

- ¿Baile o danza?

- Son dos palabras. El baile es como divertimento, pero la danza es pulsión, hay una proceso más elevado y más tamizado, hay estudio. Hay bailes que se han transformado en danza porque se elevaron. Con Copes sucedió en el tango, y con Santiago Ayala, El Chúcaro, en el folclore.

- Dicen que el arte sana...

- Para nada, no cura, enferma, pero tampoco la enfermedad produce artistas. La danza exige que tu cuerpo tome una forma que no tuvo y eso lastima y produce dolor. Pero cuando se logra la forma que se desea hay un gran placer.

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