Dos carillas para los inundados
“El resultado positivo, el acierto en el modo, la estrategia para plantear y concretar las obras resultan evidentes. Debido al esfuerzo y a un plan de trabajo mancomunado de distintas áreas del gobierno provincial y los gobiernos locales, coordinados por nuestro Ministerio, en el periodo de lluvias 2016-2017 no hubo desbordes de los cauces de los ríos. Desafortunadamente, los vecinos de algunas comunas y municipios fueron afectados por las fuertes tormentas de lluvia y viento, pero no hubo inundaciones producidas por crecidas de ríos”.

Ese párrafo está escrito en la página 269 del Informe de Gestión 2016-2017 que el Poder Ejecutivo presentó el 1 de marzo pasado a la Legislatura. Con esa afirmación concluye el ítem “Prevención de Inundaciones” que elaboró el Ministerio del Interior de la Provincia como parte del escrito que Juan Manzur entregó a los parlamentarios. Por supuesto, hasta allí, no habían caído las copiosas lluvias que terminaron arrasando con La Madrid y otros pueblos del sur provincial. En la página anterior del informe, se comenzaba diciendo que, ante las inundaciones del periodo estival 2015-2016, ese ministerio se había concentrado no sólo en asistir a los damnificados, sino también que “se imponía una solución definitiva a fin de evitar que estas situaciones se repitan”. “Para ello, se fijó como prioridad para el año el trabajo en los ríos, cauces y canales a fin de prevenir inundaciones y llevar tranquilidad a los tucumanos”. Trascartón, se explica qué obras se hicieron y en qué ríos para cerrar afirmando con el párrafo que da inicio a esta columna. Es decir, el Gobierno sabía que había que hacer obras para evitar nuevas inundaciones y en el informe legislativo lo admite y hasta se compromete a dar “soluciones definitivas”.

Si bien el último mes muestra a las claras que el Ministerio del Interior no logró cumplir con ese cometido, menos aún es lo que hizo la Secretaría de Obras Públicas o al menos lo que tenía planeado. O lo que informó que haría ante la Legislatura. En media página (la 201), el área más importante en las tareas de prevención de desastres hídricos apenas dice que “coordinó tareas” en canales, ríos y arroyos para evitar desbordes, que mejoraron rutas y que gestionó proyectos. Todavía peor, Obras Públicas no detalla emprendimientos ni señala qué necesita ni qué falta para prevenir inundaciones, pero sí admite su incapacidad para evitarlas al señalar: “además, se acondicionaron escuelas y se planificó su uso para eventuales lugares de albergue”...

Lo que manifiesta la Dirección Provincial del Agua es igual de “concreto”. Apenas en un tercio de página dice que “continuará con los trabajos de encauce de ríos” y que se “continuará buscando financiamiento para la ejecución del plan previsto”. Y entre esas obras menciona canalización de arroyos y reconstrucción de los canales sur, norte y Yerba Buena. Advierte, además, que el total de la inversión para esas obras “sujeta a financiamiento de la Nación” es de $ 5.800 millones.

Ni en Obras Públicas ni en la DPA se menciona un plan prelluvia ni hay más números ni detalles sobre inversión realizada, necesidades puntuales de financiamiento, obras prioritarias o grado de avance de las gestiones. Para el Gobierno, los trabajos relacionados a la prevención de inundaciones merecen apenas un par de páginas (además de menciones de proyectos en marcha que realizan la Unidad Ejecutora Provincial y los trabajos de recuperación de puentes y ríos afectados por las lluvias a cargo de Vialidad Provincial). La misma cantidad de espacio que destinó, por ejemplo, la Dirección Provincial de Aeronáutica, que incluso aprovechó esas carillas para mostrar estadísticas y explicar en qué invirtió sus recursos.

Si los planes concretos del Gobierno para mitigar el efecto de las inundaciones, en sus áreas específicas, existieron, no aparecen detallados en el informe rector del Poder Ejecutivo. Lo curioso es que sí abundan los detalles de planificación y ejecución de la mayoría del resto de las áreas. Suena a que no se le dio, al menos “en los papeles”, la atención suficiente a un problema que todos admiten, en la misma carpeta, que seguramente surgiría en la época de lluvias. Habrá que esperar al próximo informe de gestión para ver números más finos y, quizás, conocer en detalle si fueron la Nación o la Provincia quienes quedaron en falta con los inundados.

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