Seis para triunfar
A los conductores del peronismo ya se les animan. Abundan las pintadas y pegatinas con nombres de dirigentes que comenzaron a pedir un espacio en las listas o a amenazar con inscribirse en las internas, aunque sea para forzarlos a que les den “algo”. La falta de un liderazgo firme o claro de los que están en el Gobierno y de los que comandan el partido lleva a eso. La trinidad que conforman José Alperovich, Juan Manzur y Osvaldo Jaldo (¿en ese orden?) marea a los justicialistas. Los que ocupan algún cargo temen que su continuidad corra riesgo si apuestan al caballo perdedor y los que miran desde el llano se debaten entre jugárselas con el mandatario o trabajar para el operativo retorno de Alperovich.

En medio de ese descalabro interno entraron a terciar otras cuestiones de origen externo al PJ. El pedido de indagatoria del ex gobernador tucumano no parece casual. Lo formuló el fiscal Carlos Stornelli, cercano Daniel Angelici, señalado como el operador tribunalicio de Mauricio Macri. Alperovich está siendo investigado por la utilización de unos $ 1.200 millones del Plan Más Cerca y la denuncia de la radical Silvia Elías de Pérez habla de sobreprecios, obras mal realizadas y cuentas con dinero “extra”. No suena extraño que se investigue al mandatario, pero sí llama la atención el momento. El mandatario había, primero, operado desde el Senado contra el paquete de leyes que había pedido la Nación a fines del año pasado. Luego, se reunió con el ministro Rogelio Frigerio para hacer gala de su poderío y liderazgo político en Tucumán. Los desconfiados de siempre afirman que los macristas y/o los propios le estarían pasando factura...

Poco acuerdo

Mientras tanto, en el Acuerdo para el Bicentenario el trío de dirigentes que lo encabezan se tantea con sigilo. José Cano y Domingo Amaya participan de una disputa que proviene del “Olimpo rosado”: la de Frigerio con el jefe de Gabinete, Marcos Peña. El ministro del Interior incomoda a Cambiemos con su idea de fortalecer la pata peronista a nivel nacional y convocar a internas. Él fogonea a Amaya para que encabece la lista de diputados en Tucumán. Peña -o sea, Macri- querría que sea José Cano el que se ponga al hombro los comicios. ¿Habrá internas? ¿O el radicalismo impondrá su fortaleza en la coalición que llevó a Macri al poder? ¿Se pelearán los socios que soñaban con destronar al peronismo? Muchas incógnitas, aunque hay algunas certezas. Una es que Cano no querría dejar el Plan Belgrano, porque creería que los frutos de sus gestiones para obras se comenzarían a ver el año próximo, y se quedaría sin degustar los frutos del ente al que le puso la cara y por el que recibió varios chirlos. Por otra parte, se sometería a un desgaste que quizás no le sea conveniente de cara a su principal objetivo: la Gobernación. Otra verdad de perogrullo es que si Amaya liderara la lista de la oposición, el ApB terminaría rompiéndose y alejando de la coalición a sectores radicales como el de Elías de Pérez y el de un par de intendentes. En Tucumán, además, las dos principales ofertas electorales estarían encabezadas por peronistas.

¿Y Germán Alfaro? Ya habría avisado que, de haber internas, no jugaría con ninguno de los dos. Su intención sería evitar esa confrontación. Tampoco aportaría un nombre de alguien de su espacio para que integre lista alguna si crece la discordia entre Cano y Amaya. Mientras tanto, aprovecha para eliminar los intermediarios en su relación con la Nación. En el Ministerio del Interior ya habría pasado a ser “Germán” y no “el de San Miguel de Tucumán”.

En el ida y vuelta de oficialistas y opositores está en juego el premio mayor: quedar bien posicionados para las provinciales de 2019. Como en el exitoso programa que supo conducir Héctor Larrea a fines de los 80, los seis que buscan -cada uno por su lado- triunfar podrán hacerlo si responden el “plin, plin, plin” de este intríngulis político. Algo así como adivinar qué tan conveniente será jugar en estos comicios e intentar ganar. Todo un desafío en una provincia en la que el sexteto de jugadores enfrenta, cada uno por su lado, complicaciones internas, desafíos externos, denuncias judiciales y una sociedad partida e indecisa.

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