El problema del desborde de aguas en la provincia

El problema del desborde de aguas en la provincia

El agua que ingresa para expandirse, incontenible, por donde no debiera hacerlo, constituye el serio problemas que afronta, a cada rato, una enorme cantidad de vecinos de San Miguel de Tucumán, así como de ciudades y pueblos del interior de la provincia. A diario nuestras ediciones consignan la alarmante dimensión que tiene el asunto, que por cierto se traduce en daños muy concretos y muy graves.

Basta echar una mirada, por ejemplo, a nuestra columna de denuncias en whatsapp, en LA GACETA del lunes último. Se informaba allí sobre los continuos anegamientos de Constitución al 2400, a causa de “trabajos incompletos de cloacas y cordón cuneta”. En el barrio Olleros, entre Alberdi y Granaderos, los vecinos denunciaban que el canal cercano, que no se ha entubado a pesar de las promesas, desborda cada vez que llueve e inunda las viviendas.

También se desborda el Canal Sur, expresa otra queja, a cada precipitación. En Tafi Viejo, se denuncia que mientras la SAT realiza trabajos en las cañerías, hay viviendas de las calles Perú, Monteagudo, Alberdi, que se ven afectadas por el ingreso de líquidos cloacales. Por su parte, vecinos de la calle Belgrano, de Monteros, claman por los constantes anegamientos que sufren, y subrayan que, para drenar el líquido, solamente cuentan con cuatro boca tormentas.

A todo esto debiera agregarse, por cierto, el siempre vigente problema de las defensas en las zonas de ríos, para evitar que las crecientes destrocen todo lo que está cercano a sus riberas. Tal tema es eterno protagonista de nuestras informaciones y notas de opinión, desde tiempo inmemorial.

Todo ello da la pauta de la magnitud que el problema tiene, en sus diversas expresiones. Parece inaceptable que, a esta altura de los tiempos, la lluvia siga representando una catástrofe para grupos muy extensos del vecindario. Les causa enormes daños económicos, además de la angustia consiguiente, que el agua ingrese a sus viviendas. Como también es inaceptable que la realización de arreglos en cañerías suscite problemas a las viviendas próximas.

Son cuestiones que, como cualquiera puede advertirlo, permanecen sin solución a través de los años. Pareciera innecesario abundar en adjetivos respecto a lo que estas calamidades representan para quienes se ven forzados a sufrirlas, en diversos puntos de la capital y de la provincia que habitamos.

No corresponde, por cierto, a una columna periodística, detallar las soluciones técnicas que deben aplicarse en este asunto. Pero sí podemos decir que aquellas sin duda deben existir y que, sin duda también, los organismos correspondientes las deben haber estudiado y planteado alguna vez. Se trata, obviamente, de trabajos que requieren fuertes inversiones presupuestarias. Pero nadie puede discutir que ha llegado la hora de encararlas, cuando se advierte la dimensión que tiene la problemática, y el número de personas que resultan afectadas.

Esa agua que con tanta abundancia recibe nuestra provincia en el transcurso de su largo verano, tiene que canalizarse de alguna manera que evite perjuicios a las viviendas. Acometer frontalmente y sin parches el asunto, es uno de los grandes desafíos que deben considerarse como prioridad en toda planificación de obras públicas para la provincia de Tucumán. Dista de ser la primera vez que nos referimos a un punto de tanta importancia para todos.

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