“Nada puede conformar a una madre”

Con el corazón desarmado, Nelly Pacheco entró ayer al despacho del fiscal Washington Navarro Dávila. Hablaron durante mucho tiempo: ella le expresó sus deseos de no vivir más y él le pidió que no decaiga, que ya hay un sospechoso detenido y están tras los pasos de los otros tres. Pero a Pacheco nada la conforma desde el 29 de diciembre, cuando su hijo Agustín Ferrari falleció luego de haber sido baleado durante un asalto, 15 días antes.

“Estoy muy triste, era mi único hijo, era todo para mí”, dijo Pacheco al salir de la reunión. “El fiscal fue muy atento, muy amable, pero nada puede conformar a una madre. Estoy muy quebrada”, agregó, mientras aparecía la primera lágrima en su rostro. Así transcurren sus días desde el 14 de diciembre, cuando cuatro asaltantes se presentaron en el Rapipago que atendía su hijo en calle Marcos Paz primera cuadra. Los ladrones le pegaron un tiro en la ingle para robarle $ 87.000.

Ferrari murió el 29 de diciembre, en el Centro de Salud. Tenía 35 años y tres hijos (uno en camino). “Su bebé va a nacer el 10 de febrero. Ya no tienen papá los niños, es terrible esto”, lamentó la mujer. “Esas cuatro personas -agregó- arruinaron la vida de mi hijo, la mía y la de mis nietos”.

Los avances

Como dos días después empezó la feria judicial, Pacheco no pudo conocer en detalle de qué manera avanzaba la investigación. Por eso Navarro Dávila la citó ayer en su oficina. “El fiscal trató de levantarme, de ayudarme, se ve que es una buena persona”, comentó ella. Por su parte, Navarro Dávila explicó que hay un joven de 21 años detenido y que ya solicitó su prisión preventiva. “Sería el autor material del hecho. Además, estamos tratando de que la Policía ubique a otras dos personas de quienes conocemos los apodos”, indicó.

Además, Navarro Dávila adelantó cómo seguirá la pesquisa: “vamos a tomarles declaraciones a las otras personas que estuvieron en el lugar del hecho y ver si se puede hacer un retrato hablado y un reconocimiento en rueda de personas”, anunció.

“Esperemos que la persona que está detenida sea la culpable y que encuentren a los otros tres”, rogó Pacheco, por su parte. En ese sentido, recordó que el 9 de enero fue asaltada por un delincuente en el barrio Jardín cuando volvía de hacer averiguaciones de la causa en la división Homicidios. “Un tipo me atacó, me quitó mis cosas, me golpeó y me peleé con él también. No sentí miedo porque tenía mucha ira, impotencia”, expresó.

Pero admitió que después se calmó y que ahora el sentimiento es otro. “Lo que más me duele es que ya no tengo odio, tampoco tengo paz, no tengo nada, estoy como vacía. Todo esto lo hago para que no haya otro Agustín, que trabajaba todo el día para que vengan cuatro sinvergüenzas y le hagan esto”, agregó, con la mirada en el piso.