“Nosotros también estamos desprotegidos”

“Nosotros también estamos desprotegidos”

Los “trapitos”, por un crimen, piden que se realice un relevamiento en la capital para evitar que ingresen personas peligrosas a trabajar.

PAGAN INOCENTES POR CULPABLES. Los cuidadores también quieren que se elabore un registro de trabajadores. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso PAGAN INOCENTES POR CULPABLES. Los cuidadores también quieren que se elabore un registro de trabajadores. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso
24 Enero 2017
El homicidio de un joven, puso en escena la falta de control sobre las personas que se dedican a cuidar vehículos en las calles de la ciudad. La Justicia trata de identificar al “trapito” que podría ser el autor del crimen de Esteban Largentiar ocurrido el domingo en un departamento de Las Piedras al 600.

Los pesquisas intentaron dar con el sospechoso, que según varios testimonios, fue el último que estuvo con la víctima antes de que lo ultimaran de una puñalada. Sin embargo, no pudieron hacerlo porque se dieron cuenta que en la capital no existe un registro con el nombre de las personas que se dedican a la actividad.

Después de este hecho, los cuidacoches que trabajan la capital temen que por el crimen se los vuelva a estigmatizar y piden que se distinga entre “laburantes y delincuentes”.

Andrés Ovejero tiene 35 años y desde los 9 que trabaja junto a su familia en el pasaje Padilla cuidando vehículos y motocicletas. “También estamos desprotegidos y corremos riesgos. No es justo que por un desconocido que se manda una cagada después paguemos todos”, se lamentó.

Ovejero comentó que de día no hay incidentes en las calles del centro. “Lo complicado es durante la noche porque es más difícil controlar qué cuidador está en cada cuadra o si se trata de un delincuente”, aclaró.

Confianza

Sobre la relación que mantienen los cuidacoches con los vecinos, Ovejero remarcó que es importante que reconozcan a los trabajadores, porque eso les da tranquilidad. “Saben que pueden confiar en vos y además estar seguros porque también cuidamos la cuadra. La confianza de la gente que deja sus vehículos aquí desde hace años es fundamental para nosotros”, aclaró.

“Para que los que trabajabamos no caigamos en la misma bolsa que los delincuentes hay que hacer un relevamiento serio en la capital, cuadra por cuadra. Por ahora no hay ningún registro de la gente que trabaja en la calle. Pasan los meses y no tenemos novedades”, agregó.

Ezequiel (18), trabaja en el pasaje Padilla hace cinco años cuidando motos. “El principal inconveniente es cuando los cuidacoches no tienen un puesto fijo, porque cualquiera se puede aprovechar de esa situación”, dijo.

El joven también coincidió en que los vecinos están más tranquilos cuando conocen a los ‘trapitos’. “La gente nos ubica y entre nosotros nos conocemos. Si aparece alguien que no es de la zona me doy cuenta. Por supuesto que hay algunos que son intratables y hasta cobran una tarifa, nosotros no cobramos, trabajamos a voluntad”, comentó.

Martín Salas trabaja en la cuadra de Córdoba al 900. Él también reclamó que se efectúe un relevamiento de los trabajadores del sector. “Habría que hacer un informe estadístico que ayude a mantener los puestos de trabajo y saque de circulación a los “truchos”, opinó. “Es algo que charlamos mucho con los compañeros porque es un tema que nos preocupa. Muchas veces viene uno de afuera que no tiene intenciones de trabajar y nos hace quedar mal a todos”, remarcó.

A Raúl se lo reconoce desde lejos por su chaleco amarillo fosforescente. Es otro cuidacoches histórico de calle Córdoba al 1.000, arteria que custodia desde hace años.

“Soy del Centro de Lisiados. En este sector trabajo sin inconvenientes. Claro que estoy por la mañana y la noche es cada vez más peligrosa”, resumió.

Falta de trabajo

Enrique Romero, Director de Tránsito de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán explicó que es difícil realizar un relevamiento de los trabajadores de ese sector por el grado de informalidad laborar en la que se encuentran. Además del crecimiento del parque automotor en la capital, que ronda los 300.000 autos y alrededor de 100.000 motocicletas.

“La actividad de los ‘trapitos’ se viralizó por la falta de trabajo. Hay dos cooperativas que están habilitadas para cobrar en la vía pública”, explicó Romero, y agregó: “No se puede estigmatizar, por supuesto. Tendrían que estar mejor identificados, por ejemplo con los chalecos”.

“Los cuidacoches muchas veces se imponen con violencia y cobran un monto cuando no corresponde que lo hagan. Te dan un ticket por un monto que ellos imponen. Recibimos muchas quejas y tratamos de intervenir”, opinó el funcionario.

“Muchas veces los ‘trapitos’ son agresivos. En algunos sectores en particular como la esquina norte y la zona del parque 9 de Julio se dan incidentes. Las que más padecen son las mujeres”, destacó.

Finalmente, Romero hizo mención a la esquina de Chacabuco y Las Piedras (ubicada a metros del edificio donde fue asesinado Largentiar el domingo). “Es una esquina complicada sobre todo los fines de semana. El otro día hicimos un control en la zona de bares por la cantidad de quejas de vecinos por incidentes que ahí se registran. Era un caos, no solo por la cantidad de vehículos estacionados de manera irregular, sino porque las mesas ocupaban toda la vereda e impedían el paso de los transeúntes”, concluyó Romero.

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