Murió "Pachuli", sinónimo de la noche tucumana durante los 80 y los 90

Mientras los DJ en los boliches pinchaban discos de (buena) música, en las barras de esos lugares nocturnos la moda era pedir tragos originales. Eran los 80. Y esa década trajo nuevos espacios bailables para los tucumanos. La tendencia se fortaleció aún más en los 90, donde nadie duda que marcaron un antes y un después en la forma de vivir la noche.

Había alrededor de 50 discos en Tucumán: La Cárcel, La City, Bull Dog, Gasoil, la Fábrica y Kaiser aparecen entre los nombres más recordados por los que disfrutaron de esos años. Eran tiempos en las que la estética, la música y los tarjeteros de un boliche eran los llamadores oficiales del público. Y allí estaba él: Pablo Julio, más conocido como Pachuli, uno de los personajes emblemáticos que tuvo la noche tucumana durante los finales de los 80 y principio de los 90.

Relacionista público de los mejores boliches y bares, el polémico RRPP era amado y a la vez odiado por muchos jóvenes. El martes, tras luchar contra una larga enfermedad, falleció en su casa de Yerba Buena, cerca del barrio Viajantes.

Pablo había nacido el 2 de mayo de 1968, en Tucumán. Cursó la primaria en el colegio San Carlos y la secundaria en el colegio Nacional. Polémico como pocos, marcó presencia no solo en los lugares históricos de la noche (como el bar "La Bardera"), sino también en las salas de videojuegos (como Sacoa y Tic Tac Toe) con su grupo "Fondo Blanco".

Su nombre, para muchos, fue un mito. Un clásico personaje urbano de la provincia. Tenía sus (fieles) seguidores y en esos tiempos era difícil encontrar a alguien que no haya oído hablar de él.

El nombre Pachuli empezó a sonar más fuerte con los años en Tucumán, a tal punto que llegó a estar envuelto en muchos escándalos, hasta que terminó en la cárcel por problemas relacionados con las drogas.

Contrajo una enfermedad en los últimos años y el martes su cuerpo dijo basta. El ícono de la noche tucumana de los 80 y de los 90 se fue de Tucumán, lugar donde dejó marcado buenos recuerdos para algunos y no tanto para otros.