Los vitivinicultores de Colalao del Valle padecen la falta de agua

Los vitivinicultores de Colalao del Valle padecen la falta de agua

El productor “Rolo” Díaz describió el preocupante panorama que enfrentan

CRECIMIENTO. El desarrollo de la vitivinicultura, que es un cultivo fino, necesita contar con agua en calidad y cantidad durante todo el ciclo productivo. - CRECIMIENTO. El desarrollo de la vitivinicultura, que es un cultivo fino, necesita contar con agua en calidad y cantidad durante todo el ciclo productivo. -
17 Diciembre 2016
Rolando “Rolo” Díaz, productor vitivinícola de Colalao del Valle, describe con precisión la compleja situación que atraviesan los agricultores de la zona, ante la falta de agua para riego, por carencia de lluvias, y por las pésimas condiciones de mantenimiento y/o ausencia de las obras de infraestructura necesaria.

“La verdad es que estamos muy preocupados. No solo faltan las lluvias y recibir más agua de los deshielos desde las altas cumbres, que proveen a nuestras vertientes, sino que carecemos de una obra básica como es una toma de agua en el río. No tenemos la obra, y necesitamos que sea una obra definitiva y bien realizada”, planteó con sentido crítico.

“Nos falta agua y la distribuyen mal. Falta personal de Recursos Hídricos que trabaje. El sistema de riego sólo opera de lunes a viernes, y antes regábamos también sábados y domingos. Desde la Junta de Regantes hacemos lo que podemos; reclamamos ante las autoridades de Recursos Hídricos y también del Ministerio de la Producción de Tucumán, pero nos responden, cuando nos dicen algo, que nuestras obras no son prioritarias y que debemos esperar, pero es lo mismo que nos vienen repitiendo desde hace tres o cuatro años”, reclamó.

Díaz reconoció que hay una licitación en marcha para construir en la zona una red de riego sistematizado presurizado.

“Pero si no tenemos una toma de agua esa inversión no sirve de nada. Creemos que la construcción de una toma nueva no está contemplada, así que estamos mal”, deslizó el productor vitivinícola de Colalao del Valle.

“Además, falta que los organismos competentes hagan docencia con los agricultores, porque deben abandonar un sistema tradicional de riego por otro nuevo. Así que creo que esta capacitación es fundamental para que esas inversiones se aprovechen bien”, sintetizó. “Hay gente que utiliza mal el agua que recibe, incluso llegan a desperdiciarla”, observó.

Condiciones

Rolando es consciente de que el riego presurizado “es el mejor del mundo, pero hay que hacerlo bien; en verano casi siempre tenemos agua sucia, por lo tanto no se puede utilizar (agua en esas condiciones) en ese tipo de redes”, advirtió.

El agricultor insistió: “no solo nos falta agua, sino que la atendemos mal por falta de personal idóneo. Antes regábamos cada 20 días; hoy lo hacemos cada 30 días o más de separación entre riego y riego”. “Para un cultivo fino como el nuestro tenemos que asegurarnos el agua”, agregó.

A modo de anécdota, relató que los productores vallistos que desarrollan sus chacras con maíz para alimentar familiar o para animales de granja, “las plantas ya no aguantan por esa grave falta de agua”.

Delineando conceptos como conclusión, “Rolo” Díaz dijo lo siguiente: “hay grandes fallas en los sistemas de riego. En la Junta de Regantes deberíamos trabajar más, tener una mayor presencia y ser más firmes en nuestros reclamos. Incluso, el canon de riego presenta muchas inconsistencias en su recaudación”.

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