El Nobel de Bob Dylan

El Nobel de Bob Dylan

13 Noviembre 2016

Días atrás, el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa juzgaba impropio que se haya concedido ese premio este año a Bob Dylan, un cantautor. Sentí que estaba de acuerdo con él pero la noticia no traía un argumento contundente para ese rechazo. Busqué entonces el motivo de ese desacuerdo con el premio. Y creo haberlo encontrado en este hecho: una canción resulta de una alianza entre letra y música; es verdad que poesía y música están en ella. Lo que no es verdad es que se trate de una suma cuyas partes conserven independencia. Algo diferente ha nacido desde esa poesía y esa música, una tercera realidad cuya autonomía reclama no ser asimilada a sus componentes. ¿Qué ocurriría si un catador de buen café pruebe evaluarlo en un café con leche? Algo semejante está ocurriendo con el Nobel de Literatura último.

Piénsese en la calidad de un tango como Sur. Si su valor radicara en su texto sería indiferente cambiarle su música. ¿Acaso sobreviviría Sur desde semejante mutación?

Bastante desconfianza despiertan siempre los premios Nobel de Literatura. Y los de la Paz. Ambos caen dentro del ámbito de las humanidades y en ese terreno señorean las ideologías. Eso explica que se haya asignado el Nobel de Literatura a Neruda y negado a Borges. Los Nobel de Ciencias, en cambio, eluden con mayor facilidad ese predominio de las ideologías: se justifican sobre hechos y razones sólidas, no sobre creencias.

De donde mejor hubiese sido crear un premio Nobel para cantautores y así ver si lo de Bob Dylan se justifica.

© LA GACETA

Jorge Estrella

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