Los náufragos del Lyncée

Los náufragos del Lyncée

La invención presente en estado puro

PECULIAR ESTILO. Roussel no brinda mensaje, como tampoco alegoría metafísica, ni siquiera simbolismos. PECULIAR ESTILO. Roussel no brinda mensaje, como tampoco alegoría metafísica, ni siquiera simbolismos.
13 Noviembre 2016

NOVELA

IMPRESIONES DE ÁFRICA

RAYMOND ROUSSEL

Traducción: Estela Canto(Mansalva - Buenos Aires) 

En Impresiones de África, el “argumento” surge tras el naufragio del buque Lyncée en costas africanas y como su tripulación (francesa con destino a América del Sur, ¡Buenos Aires!) es tomada prisionera por indígenas bajo las órdenes de Talú VII, “emperador de Ponukelé, rey de Drelchkaff”. Entre los náufragos se encuentran un fabricante de fuegos de artificio, un inventor, un ictiólogo, una vieja dama, y varios miembros de la troupe de un circo, entre tantos otros. Ahora bien, y este es el núcleo del relato, lo que estas estrambóticas personas deben hacer, es conmemorar la coronación del rey y entretener a los nativos a través de una serie concatenada de extrañas maravillas que cada cual supo aprender en dichas tierras extranjeras. De modo que para ganarse la libertad cada uno debe poner a prueba sus habilidades e ingenio a través de una larga exposicíon de inventos cuyos mecanismos siempre alcanzan un grado de imaginación deslumbrante. Es lícito indicar que quien narra la historia es un sujeto elíptico con un gusto demencial por el detalle pormenorizado. Asimismo hay que remarcar que no hay en todo el texto, salvo por la mención de Tombactú, nada que relacione la historia con alguna realidad. Se trata de combinaciones de objetos totalmente imaginarios.

En cuanto al peculiar estilo de la novela, Roussel no brinda mensaje, como tampoco alegoría metafísica, ni siquiera simbolismos de ningúna naturaleza. Su pulso es apagado y neutro lo que deriva en una excesiva transparencia. Así, la mirada se detiene en la superficie misma de las cosas. Todo es lo que se dice ser, no hay segundas intenciones. Tras leer la descripción de cada actuación de los náufragos, se nos da el derecho al conocimiento riguroso de su funcionamiento. Como si se tratara de instrucciones de un truco de magia infinito, así nos enteramos cómo es posible que exista el cantante de la voz cuádruple, cómo opera la orquesta termomecánica del químico Bex, el modo estrafalario en que un gusano de seda logra tocar la cítara, etc, etc. Al concluir Impresiones de África, una dosis de invención es transmitida al lector como por encantamiento. Se trata de una máquina perfecta cuya matriz narrativa tiene la forma precisa de la invención en su estado puro. Gracias a Roussel, en literatura sabemos que los milagros existen.

© LA GACETA

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Pablo Nardi

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