Un escritor argentino inventó "la máquina expendedora de literatura"

Un escritor argentino inventó "la máquina expendedora de literatura"

El aparato cuenta con una pantalla que permite navegar por una lista de autores y cuentos.

FOTO TOMADA DE WWW.TWITTER.COM/RONIBANDINI FOTO TOMADA DE WWW.TWITTER.COM/RONIBANDINI
24 Octubre 2016
Con la doble intención de hacer más soportables los tiempos de espera en bancos, consultorios u otros organismos y de tender un puente entre las personas y los autores de cuentos argentinos, el escritor y tecnólogo Roni Bandini creó el "Expendedor de Literatura", una pequeña máquina que imprime a demanda del interesado textos cortos de ficción en papel de tíquet.
"La idea llegó por un descubrimiento terrible que hace cualquier escritor argentino: en un punto se da cuenta de que sus lectores son otros escritores, y esto presenta alguna problemática. A mí me pareció algo interesante para buscarle alguna solución a esto y así surgió la idea de hacer el expendedor", relató Bandini la génesis de su invento en diálogo con Radio Télam.
¿Cómo funciona?
La máquina, explicó su creador, tiene una pantalla que permite navegar por una lista de autores y cuentos, un listado que "obviamente, es configurable, incluso lo puedo conectar a Internet y permitir que esos cuentos sean enviados por la gente, llegado el caso".
El dispositivo cuenta con una minicomputadora Raspberry Pi, un monitor LCD y una impresora térmica, como la que utilizan las cajas registradoras o los cajeros bancarios, y está controlado por aplicación para el sistema operativo Linux.
Bandini es escritor, pero antes de dedicarse a la literatura trabajó en tecnología. "Fui emprendedor, programador y siempre estuve muy en contacto con todo este mundo. Hará cosa de dos años -yo tenía un poco negada esta parte desde que comencé a escribir-, decidí reencontrarme con esto y tratar de encontrar puntos de contacto entre la literatura y la tecnología", señaló.
"Llevé a cabo algunos proyectos: la máquina para leer Rayuela, un softwarte que convierte textos a música... distintas cosas. Y hará cosa de 15 días desarrollé este expendedor de literatura", recordó. 
Cuando pensó en esta máquina, Bandini se imaginaba "la situación que, por ejemplo se da cuando uno va a un banco y no tiene la posibilidad de leer o de agarrar el teléfono ni una tablet ni un e-book reader y está ahí, mirando la pared hasta que lo atienden". 
"Y pensaba: 'qué tal si en el mismo tiquet que uno recibe, uno puede llevarse un cuento, una ficción corta de un escritor argentino. Seguramente lo va a leer y si le gusta, por ahí sea un puente a buscar algún potro material, un libro o ponerse en contacto con el autor. Me entusiasmó mucho la posibilidad de hacer eso", continuó el inventor. 
El escritor relató que cuando la idea surgió, lo habló con colegas y "todo eran negativas", porque le decían "que era imposible o que una expendedora es algo que se fabrica en toro país, algo caro que no tiene sentido. Pero bueno, al final sí se puede hacer y se puede hacer sin demasiada inversión". 
Por el momento ningún organismo, consultorio, banco o línea de subterráneo se contactó con el autor para contar con su invento, básicamente porque "esto no surgió de un requerimiento previo". "De hecho, cuando estaba hace 15 días sacándole una foto a lo que iba haciendo y subiéndolas a Twitter, algunas personas me decían: '¿para qué?'. Porque no les entra en la cabeza la idea de que uno pueda desarrollar algo sin tener un requerimiento previo o sin tener asegurado un pago por lo que uno hace", concluyó. (TÉLAM)

Con la doble intención de hacer más soportables los tiempos de espera en bancos, consultorios u otros organismos y de tender un puente entre las personas y los autores de cuentos argentinos, el escritor y tecnólogo Roni Bandini creó el "Expendedor de Literatura", una pequeña máquina que imprime a demanda del interesado textos cortos de ficción en papel de tíquet.

"La idea llegó por un descubrimiento terrible que hace cualquier escritor argentino: en un punto se da cuenta de que sus lectores son otros escritores, y esto presenta alguna problemática. A mí me pareció algo interesante para buscarle alguna solución a esto y así surgió la idea de hacer el expendedor", relató Bandini la génesis de su invento en diálogo con Radio Télam.

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¿Cómo funciona?

La máquina, explicó su creador, tiene una pantalla que permite navegar por una lista de autores y cuentos, un listado que "obviamente, es configurable, incluso lo puedo conectar a Internet y permitir que esos cuentos sean enviados por la gente, llegado el caso".

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El dispositivo cuenta con una minicomputadora Raspberry Pi, un monitor LCD y una impresora térmica, como la que utilizan las cajas registradoras o los cajeros bancarios, y está controlado por aplicación para el sistema operativo Linux.

Nadie le tenía fe

Bandini es escritor, pero antes de dedicarse a la literatura trabajó en tecnología. "Fui emprendedor, programador y siempre estuve muy en contacto con todo este mundo. Hará cosa de dos años -yo tenía un poco negada esta parte desde que comencé a escribir-, decidí reencontrarme con esto y tratar de encontrar puntos de contacto entre la literatura y la tecnología", señaló.

"Llevé a cabo algunos proyectos: la máquina para leer Rayuela, un softwarte que convierte textos a música... distintas cosas. Y hará cosa de 15 días desarrollé este expendedor de literatura", recordó. 

Cuando pensó en esta máquina, Bandini se imaginaba "la situación que, por ejemplo se da cuando uno va a un banco y no tiene la posibilidad de leer o de agarrar el teléfono ni una tablet ni un e-book reader y está ahí, mirando la pared hasta que lo atienden". 
"Y pensaba: 'qué tal si en el mismo tiquet que uno recibe, uno puede llevarse un cuento, una ficción corta de un escritor argentino.

Seguramente lo va a leer y si le gusta, por ahí sea un puente a buscar algún potro material, un libro o ponerse en contacto con el autor. Me entusiasmó mucho la posibilidad de hacer eso", continuó el inventor. 

El escritor relató que cuando la idea surgió, lo habló con colegas y "todo eran negativas", porque le decían "que era imposible o que una expendedora es algo que se fabrica en toro país, algo caro que no tiene sentido. Pero bueno, al final sí se puede hacer y se puede hacer sin demasiada inversión". 

Por el momento ningún organismo, consultorio, banco o línea de subterráneo se contactó con el autor para contar con su invento, básicamente porque "esto no surgió de un requerimiento previo". "De hecho, cuando estaba hace 15 días sacándole una foto a lo que iba haciendo y subiéndolas a Twitter, algunas personas me decían: '¿para qué?'. Porque no les entra en la cabeza la idea de que uno pueda desarrollar algo sin tener un requerimiento previo o sin tener asegurado un pago por lo que uno hace", concluyó. (TÉLAM)

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