Un festival para fanáticos de la aeronáutica

Un globo aerostático se infla en menos de 10 minutos y está listo para salir a pasear por los cielos de Yerba Buena. En tierra, sobre el césped del Aero Club Tucumán, cientos de curiosos, fanáticos y amantes de la aeronáutica observan los movimientos de los expertos.

El enorme predio, rodeado por el verde de los cerros, es el escenario del Festival Aéreo del Bicentenario, un encuentro de experimentados pilotos y seguidores de la actividad aeronáutica. En un extremo de la pista, un avión ultra liviano gira en “u”, mientras el piloto pide, por radio, autorización para efectuar el rodaje y el posterior despegue. Al costado, sobre el césped, los curiosos, los fanáticos y los amantes de la aeronáutica disfrutan cada uno de los movimientos.

Hay madres que llevan a sus hijos de la mano y que se acercan lo que más pueden para tomar fotografías. Hay padres con hijos montados sobre los hombros con la mirada curiosa y repleta de asombro, que recorren el predio para no perderse ningún detalle.

Todos buscan una foto cerca de los aviones. En una aeronave de color rojo puede leerse “Salta, la linda”. Se trata de un Fleet 5 Modelo 10 “A” que llegó a Tucumán para participar del Festival Aéreo. Ayer comenzó la octava edición de este encuentro nacional que se realiza en la provincia. Como en las ediciones anteriores el Festival Aéreo congrega a expertos que llegaron desde distintos puntos del país.

Sobre el césped, en un espacio al aire libre, se exhiben los modelos de aeromodelismo, mientras una pareja se prepara para hacer un “vuelo bautismo” en un ultra liviano de color blanco. Rodolfo Guerci, presidente del Aero Club Tucumán, se mueve exultante entre sus colegas y algunos fanáticos. “Para esta ocasión esperamos unas 8.000 personas entre sábado y domingo -explica Guerci con entusiasmo-. Es un evento para disfrutarlo en familia y los que se animan pueden hacer un vuelo bautismo en avión o en globo aerostático”, agrega.

En helicóptero

Dante Chiarello, delegado regional de la Federación Argentina de Aeroclubes (FADA), resalta que la nueva comisión directiva del Aero Club Tucumán se propuso transformar a la aeronáutica en algo accesible a todo el mundo. La exhibición de aviones incluye también al helicóptero del 911 de la Policía de Tucumán. El piloto Horacio Labrador aterriza cargado de cajas que deberá llevar después, cuando mejoren las condiciones climáticas, hasta Anca Juli y Chasquivil, en la alta montaña, donde las únicas vías para llegar son “a lomo de mula” o por vía aérea.

Pablo Valdez, vicepresidente del Aero Club Tucumán, supervisa los preparativos en coordinación con otros colaboradores. Nada debe quedar librado al azar. Los sectores para el público están delimitados con señalización visible. El área de movimiento de aeronaves queda restringida; sólo ingresan los pilotos.

Un grupo de adolescentes se suma a las tareas de organización. Algunos, inclusive, ponen en práctica su rol de señaleros (encargados de guiar un avión cuando está en tierra).

En un espacio de recreación, cerca del bar, los chicos forman una fila para esperar su turno y poder disfrutar de la realidad virtual con un visor de VR. “Viví, Conocé, Disfrutá Yerba Buena, tu ciudad, tu jardín”, dice la cartelería que atrae a los curiosos, grandes y chicos, para ver la experiencia del video en 360 grados.

“Pasen chicos, pasen -dice una promotora-, pasen y vean, es gratis”, anuncia. De fondo se oye el rugido de los motores de aviones que avanzan hacia la pista listos para la exhibición de acrobacia aérea. El público ansioso prepara sus teléfonos para registrar el momento como un gran recuerdo.

A estirar las alas 

La entrada cuesta $ 40 por persona. 

Hoy, las actividades se desarrollarán de 10 a 19.30.

Un vuelo bautismo tiene un costo de $ 400.

Dentro del predio hay sitios para comidas y recreación.

Hay sitio para estacionamiento a $ 20 (todo el día).