12 Octubre 2016
LA GACETA / FOTO DE JOSE NUNO
Ayer a la siesta declaró la chica trans que había denunciado por abuso sexual a policías de la comisaría 4°, hecho que habría ocurrido en noviembre de 2013. Ante los jueces Dante Ibáñez, Fabián Fradejas y Néstor Macoritto ratificó las acusaciones hacia los efectivos e incluso agregó que le ofrecieron dinero y hasta un automóvil para que no los denunciara.
“La policía irrumpió en mi casa sin una orden cuando yo me estaba bañando. Primero me golpearon y después me llevaron a la cocina de la comisaría”, relató la joven. Según lo que dijo, en ese sector sufrió las vejaciones por parte de los uniformados.
“Después me llevaron hasta una celda grande y de ahí me pasaron a una más chica. En todo momento tenían apagada la luz, así que no pude ver quiénes eran los presos. Lo que sí puedo decir es que estuve cerca de una semana en la comisaría y los detenidos abusaron de mí todas las noches”, añadió.
La joven trans, que tiene 23 años, explicó que los policías la hacían limpiar la comisaría y la tenían “como una mucama”. Un día que ella estaba barriendo, siempre según su relato, tiró la escoba y salió corriendo al hospital para tratarse las hemorragias que había sufrido durante las violaciones.
Desde la comisaría, la joven fue primero hasta el Centro de Salud y luego hasta la ex Brigada de Investigaciones a realizar la denuncia. Allí se encontró con dos de los policías a los que iba a acusar. “Ellos, llorando, me dijeron que tenían familia, que no les podía hacer esto, que me iban a dar $ 50.000 y un auto”, contó la joven mientras lloraba.
En cuanto a los acusados, ella dijo que no conocía los nombres. Tampoco pudo señalarlos, ya que había pedido que ellos no estuvieran presentes durante su relato. Apenas los pudo describir: “eran dos gordos, uno de ellos negro (sic) y bajito. También había uno alto y otro con un tatuaje en el brazo”.
Los imputados son Rubén Ernesto Aguirre, Walter Trejo, Miguel Concha, Ramón Ledesma, Roberto Gallardo y Aldo Quiroga. Este último era el jefe de la seccional.
“La policía irrumpió en mi casa sin una orden cuando yo me estaba bañando. Primero me golpearon y después me llevaron a la cocina de la comisaría”, relató la joven. Según lo que dijo, en ese sector sufrió las vejaciones por parte de los uniformados.
“Después me llevaron hasta una celda grande y de ahí me pasaron a una más chica. En todo momento tenían apagada la luz, así que no pude ver quiénes eran los presos. Lo que sí puedo decir es que estuve cerca de una semana en la comisaría y los detenidos abusaron de mí todas las noches”, añadió.
La joven trans, que tiene 23 años, explicó que los policías la hacían limpiar la comisaría y la tenían “como una mucama”. Un día que ella estaba barriendo, siempre según su relato, tiró la escoba y salió corriendo al hospital para tratarse las hemorragias que había sufrido durante las violaciones.
Desde la comisaría, la joven fue primero hasta el Centro de Salud y luego hasta la ex Brigada de Investigaciones a realizar la denuncia. Allí se encontró con dos de los policías a los que iba a acusar. “Ellos, llorando, me dijeron que tenían familia, que no les podía hacer esto, que me iban a dar $ 50.000 y un auto”, contó la joven mientras lloraba.
En cuanto a los acusados, ella dijo que no conocía los nombres. Tampoco pudo señalarlos, ya que había pedido que ellos no estuvieran presentes durante su relato. Apenas los pudo describir: “eran dos gordos, uno de ellos negro (sic) y bajito. También había uno alto y otro con un tatuaje en el brazo”.
Los imputados son Rubén Ernesto Aguirre, Walter Trejo, Miguel Concha, Ramón Ledesma, Roberto Gallardo y Aldo Quiroga. Este último era el jefe de la seccional.
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