La profunda poesía de Dora Fornaciari merecía este rescate

La profunda poesía de Dora Fornaciari merecía este rescate

Arlette Neyens reunió la producción de la escritora taficeña y la publicó en un volumen muy completo.

DE VISITA EN TUCUMÁN. Neyens vivió durante 36 años con la poetisa en la Patagonia. El libro fue el fruto de un largo trabajo. LA GACETA / FOTOS DE ANTONIO FERRONI.- DE VISITA EN TUCUMÁN. Neyens vivió durante 36 años con la poetisa en la Patagonia. El libro fue el fruto de un largo trabajo. LA GACETA / FOTOS DE ANTONIO FERRONI.-
24 Agosto 2016

Un libro; dos presentaciones 
n El viernes a las 20 en el centro cultural Rougés (Laprida 31). Liliana Massara y Ruth Ramasco se referirán a la obra. 
n El próximo martes a las 20 en la Casa de la Cultura de Tafí Viejo (Alem 253).
n lnvita la Fundación Pórtico, por medio de  las doctoras Nilda María Flawiá y María Estela Assis.

Publicidad


Un libro; dos presentaciones 
- El viernes a las 20 en el centro cultural Rougés (Laprida 31). Liliana Massara y Ruth Ramasco se referirán a la obra. 
- El próximo martes a las 20 en la Casa de la Cultura de Tafí Viejo (Alem 253).
- lnvita la Fundación Pórtico, por medio de  las doctoras Nilda María Flawiá y María Estela Assis.

Publicidad



“¿Y ahora qué vamos a hacer?”, preguntó Giovanni Jannuzzi, ex embajador italiano en la Argentina y amigo entrañable de Dora Fornaciari. Ella acababa de morir, allá por junio de 2007. “Vamos a hacer un libro”, le respondió Arlette Neyens, la mujer que acompañó a la poetisa tucumana durante 36 años, una vez que Fornaciari se radicó en la Patagonia. “Mi hermana adoptiva”, dice Neyens, que es pequeña, vivaz y portadora de un anecdotario que se adivina inagotable. Detrás de los lentes de marco finito reposan ojos tan azules como los lagos cercanos a Villa La Angostura, desde donde vino a presentar su libro.


Fornaciari (Tafí Viejo, 1933) fue protagonista de la vida cultural de la provincia en las décadas del 50 y 60. Hizo de todo un poco, por ejemplo periodismo en LA GACETA. Y mientras tanto escribía poesía. A principios de los 70 rumbeó hacia Río Negro, contratada por una secretaria de Cultura llamada... Arlette Neyens. Ambos destinos quedaron unidos.

“Vida y obra de Dora Fornaciari” funciona como una antología. La taficeña publicó dos libros de poemas: el premiado “Con uno, ese demonio” y “Luz que cierra”. Toda esa producción está incluida en este volumen, con un agregado especial, al que Neyens bautizó “Páginas inesperadas”.

Cómo encontró Neyens la llave del escritorio de Fornaciari, tras la muerte de la poetisa, forma parte de lo sobrenatural. Fue un sueño, o una aparición, o una revelación. Pudo ser todo a la vez. La cuestión es que la llave estaba dentro de una media y cuando se abrió el cajón emergieron dos carpetas negras, llenas de poemas inéditos manuscritos. Neyens los fue “descifrando” y tomaron vida propia como un capítulo clave del libro.

“Fue un acto de desobediencia”, sostiene Neyens, porque Fornaciari -como Kafka- había pedido que todo se quemara. Pero la pérdida hubiera sido irreparable y Neyens eligió el camino más complicado, pero a la vez el más rico.

¿Por qué leer a Fornaciari hoy? “Porque habla de la profundidad del universo, de por qué estamos aquí, del ser humano, en definitiva”, explica Neyes, aceptando que se trata de una poesía metafísica que merece varias lecturas. Literatura tersa y a la vez esotérica, la define, tal vez comparable en su sentido a los haikus japoneses.

Ubicar a Dora Fornaciari en el mapa literario tucumano es una interesante tarea para la academia. Con la misma pasión que le pone a la pintura, la fotografía, el periodismo, la docencia y la función social, Neyens se encargó de rescatar la obra de la taficeña, imprescindible punto de partida para cualquier abordaje. El resto, como la poesía, es un viaje atrapante.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios